Al amparo de la tumba por Naky Soto
Dic 09, 2015 | Actualizado hace 8 años
Al amparo de la tumba por Naky Soto

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«Está bien nos ganaron, pero vendrán nuevos tiempos de victoria»

Nicolás Maduro

Pero no con él. Lo sabe y lo evade. Nicolás realizó una terrible sesión de su programa semanal en la tumba del finado, al lado de Jorge (el yerno), con el Alto Mando militar decorando el resto de la estructura. Esta sesión de Ouija tuvo un único propósito: recordarle al PSUV que él es un ungido, que debe permanecer ahí porque esa fue la decisión del líder, aunque fracase, aunque termine de destrozar el capital político del partido. Nicolás no entendió nada y menospreció con absurda torpeza los millones de votos en contra que sumó este domingo, manteniendo un discurso polarizado y añadiendo elementos a la campaña de odio y miedo contra la nueva mayoría de la Asamblea Nacional.

Dejó claro que no tiene interés en consensuar, que hará de la nueva AN el enemigo necesario, los responsables de todo lo que salga mal. Incluso comenzó retándolos a que acaben con las colas. Como si los legisladores controlaran las divisas, las dinámicas de producción o los precios. Todo el aparato de propaganda del PSUV ha inventado la agenda legislativa que la propia MUD aún no expone. Los medios oficialistas hablan de la Ley de Amnistía como una oferta de impunidad; de derogar la LOTTT y la Ley de Precios Justos; de reformar la Ley del BCV, la de Puerto Libre y el Código de Comercio, endosando estos temas a órdenes directas de Fedecámaras. A eso han llamado, un golpe parlamentario.

Nicolás obró en consecuencia. Su primera gran medida fue (vía Habilitante) entregar en comodato por 200 años el Museo Militar, llamado por ellos Cuartel de la Montaña, a la Fundación Hugo Chávez. El otro frente abierto, fue la supuesta amenaza que realizó Henry Ramos Allup a los trabajadores del canal de televisión de la Asamblea Nacional, exclusivo para la propaganda oficial. En respuesta a esa falsa amenaza, Diosdado Cabello anunció la transferencia de ANTv y AN Radio (una emisora que a pesar de llevar el nombre del parlamento se dedica a reproducir salsa) a sus trabajadores. No aclaró de dónde saldrá el presupuesto de ambas organizaciones, ¿los financiará el PSUV o sus trabajadores convertidos en propietarios? El siguiente anuncio de Cabello fue que la AN saliente se dedicará a designar los 12 magistrados del TSJ, antes del 31 de diciembre.

«Nosotros siempre reconocemos la voluntad popular», dijo Nicolás y acto seguido guardó silencio. Admito que gozo las pocas veces que se da cuenta de sus errores. No fue el único. También leyó un tuit con un breve mensaje que se convirtió en tendencia: «Maduro chúpalo». Aseguró que no aceptará ninguna Ley de Amnistía porque “los asesinos de un pueblo no puede ser perdonados». Acusó al pueblo de votar contra sí mismo, de haber cometido un grave error. Afirmó tener la razón, la moral y la verdad, por eso cree que esta crisis no se define por mayorías o minorías. Su esfuerzo por posicionar a Ramos Allup como el próximo presidente de la Asamblea Nacional, es un tiro que puede salirle por la culata.

Nicolás endilgó el resto de las culpas al partido, a los burócratas, invitándolos a salirse de sus equipos, de las macollas, a escuchar al pueblo “bajando a las catacumbas”. Afirmó que tenía los resultados de las elecciones a las 9:00 de la noche del 6 de diciembre, que tiene forma de saber quién votó y quién no votó por ellos, y pidió a todo su gabinete poner los cargos a la orden para una reforma del gobierno. Ya no promete calle ni plomo, ahora habla de «revisión y rectificación», aunque su discurso lo niegue. También prometió para el sábado una ley de estabilidad laboral con tres años de vigencia.

Ganaron los malos, repitió varias veces. Son 112 diputados, una mayoría calificada lograda por las propias distorsiones que el PSUV fue sumando al sistema electoral. Les duele hondo que con el 56% de los votos la oposición haya logrado el 67% de los cargos. Y repiten como loros que ellos son un solo bloque mientras que los otros pueden dispersarse rápido. Hacerse los sordos frente al grito de este domingo solo multiplica la indignación. Un país sin medicamentos ni alimentos tuvo que soportar la cadena voluntaria que esta noche mostró a Nicolás tuiteando, saludando invitados internacionales que bien podrían ser perrocalenteros, escuchando un músico patético; con más soberbia de la que su circunstancia le permitiría. Él es el eslabón más débil. Lo sabe y lo evade. Por eso juega a la Ouija.

 

@Naky