Francia disponía de elementos sobre una operación en preparación, pero no estuvo en capacidad de interceptarla e interrumpirla. Los servicios de inteligencia, colectan información de forma masiva, pero no tienen capacidad de analizarlo todo. Cada nación europea tiene sus propios métodos de seguridad y no siempre los comparten entre los miembros de la Unión.

Nada prueba, por el momento, que la actual y muy grave crisis de refugiados llegando a territorio europeo, sirva de protección a terroristas, que se infiltran en el moribundo espacio Schengen.

Todo lo antes descrito, permite pensar que, estamos frente a una organización con capacidad de desestabilizar a un grupo de naciones de forma simultánea.

En el terreno, una estrategia militar, la del Estado Islámico, en forma de tridente. Capaz de realizar operaciones de guerra convencional, de guerrilla y de terrorismo urbano. Algo nunca antes visto, ni practicado por grupo yihadista alguno.

A la experticia militar, se le suma una amplia capacidad burocrática. Cobran impuestos, construyen hospitales, remedian las fallas del servicio eléctrico. Por si no fuera suficiente, lo militar y político, hay que agregarle el fanatismo religioso.

En lo económico, Daech, tiene una diversificación y una prosperidad, que podrían ser la envidia de la dictadura venezolana.

No obstante, a pesar de todos estos elementos, occidente no tiene una táctica clara de confrontación, derivada de una estrategia que tenga como objetivo la desaparición del Estado Islámico.

Convencidos que Bachar, se caía solo, Washington optó por la inacción. Solo las milicias kurdas y las chiítas iraquíes, le han venido haciendo frente a Daech en la batalla terrestre.

Al momento de escribir éste artículo y 130 víctimas mortales mediante, París, ante el Consejo de Seguridad de la ONU logró se aprobara por unanimidad su propuesta de resolución que pide la “erradicación” de Daech.

Pero éste nuevo accionar internacional, lo buscó y hasta lo provocó el Estado Islámico. Se podría estar cayendo en la trampa de los yihadistas.

Los mismos que mostraron una gran e inquietante capacidad para organizar tiroteos simultáneos, explosiones y toma de rehenes, implicando un cierto número de yihadistas, todo ello, preservando el sacrosanto secreto operacional.

En lo estrictamente militar Daech, puede ser derrotado por los ejércitos occidentales. Pero armar una estructura política, sólida, post victoria castrense, en una región del mundo tan convulsionada, es una tarea que necesitará de mucho tiempo, de mucho presupuesto y de una gran perseverancia política.