Sombras sobre la Casa por Carolina Jaimes Branger
Sombras sobre la Casa por Carolina Jaimes Branger

UCV-

 

En uno de los episodios más notorios de la historia de la vergüenza mundial fue protagonizado por el General Millán Astray, golpista y veterano de guerra, miembro de la Falange que sembró de muerte buena parta del territorio español. Mientras en la Universidad de Salamanca se discutían los terribles sucesos de la Guerra Civil, el recinto universitario fue irrumpido por un grupo de militares al mando de Millán Astray. El rector era Don Miguel de Unamuno, quien los enfrentó con valor y sobre todo, dignidad:

“Estáis en el templo de la inteligencia, y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho”.

Millán Astray, como respuesta, gritó: “¡Que muera la inteligencia, viva la muerte!”.

Germán Gil Rico, en un lúcido artículo de publicado en Analítica el 26 de octubre de 2014, escribió:

El relato histórico guarda extraordinaria similitud con la actualidad venezolana. En medio de una crudelísima guerra fratricida, un militar laureado de bárbaro en los combates, con la más indignante brutalidad airea la profundidad filosófica del falangismo. Es posible que a primera lectura no se identifique el símil. Como aquí no estamos en guerra, por tanto los enfrentamientos armados se dan entre delincuentes o entre éstos y la policía. Lo demás responde a lucubraciones naturales en la insania mental de quienes nos desgobiernan. Pero es que, en la misma medida en que Millán-Astray en nombre de la patria cometió horrendos crímenes, el gobierno castro-chavista encarcela y asesina estudiantes enterrando el futuro de la patria.

Ahora bien, cuando nos enteramos que el gobierno ha conculcado el derecho a la superación de jóvenes que, luego del pregrado en nuestras universidades, han optado por alcanzar metas superiores  en el exterior y que el gobierno de Socialista delo Siglo XXI ha cancelado sus becas o negado las remesas mensuales a dólares preferenciales, llegamos a la conclusión de que son de la estirpe de Millán-Astray. Criminales capaces de cercenar la posibilidad de que el país llegue a disponer de talentos que lo catapulten a la escala de desarrollo de la cual el castro-chavismo nos hizo descender.

Esto demuestra que tal aberración no sucedió una sola vez en la historia. El hombre es el único animal que en efecto, tropieza dos veces con las misma piedra.

En Venezuela, el gobierno le tiene el ojo puesto a las universidades desde el principio del primer gobierno de Hugo Chávez. Le molesta la autonomía universitaria, el pensamiento plural, las exigencias para el ingreso y para la permanencia. Le molesta que en ellas se forman ciudadanos analíticos y críticos, nuevos líderes para las nuevas generaciones.

La negativa de la mayoría en la Asamblea a otorgar el presupuesto exigido por la universidades autónomas no es más que un paso adelante en el proceso de desmantelamiento de las universidades. Mientras, las universidades denominadas “bolivarianas” tienen presupuestos astronómicos donde no existe la rendición de cuentas, ni baremos que midan las capacidades de los docentes, mucho menos de los estudiantes.

La Universidad Central de Venezuela es la Casa que vence las sombras. Los universitarios de este país que creemos en la autonomía y el pensamiento plural estamos en pie de lucha para que esas sombras que se ciernen hoy sobre la Casa se disipen cuando la luz de la libertad vuelva a iluminar el recinto universitario. Ni vencerán ni convencerán. ¡Que viva la inteligencia!

 

@cjaimesb