Calidad de vida por Luis DE LION
Luis De Lión Nov 08, 2015 | Actualizado hace 8 años
Calidad de vida por Luis DE LION

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Los avances indetenibles y las convergencias de las biociencias, de las nanotecnologías y de la informática han abierto espacios de investigación y de esperanzas para mejorar las funciones y las capacidades del ser humano. Son múltiples las ventajas de dichos prodigiosos avances, los cuales permiten corregir deficiencias, mejorar condiciones de vida y aliviar sufrimientos.

En ese sentido, resulta supremamente representativo y ejemplar, el anuncio hecho ésta semana por un equipo médico británico, que logró curar a una niña enferma de leucemia. Todos los tratamientos previos fueron ineficaces, hasta que se decidió, aplicarle a Layla, la muy prometedora técnica del “gene editing”.

Layla, estaba médicamente desahuciada. Pero la muy reciente técnica francesa de manipulación en laboratorio de los linfocitos T permite integrar en el patrimonio genético de la célula, un gen de fabricación artificial, que permite obtener en la superficie de la célula un receptor capaz de contrarrestar las células cancerígenas.

Sin duda vivimos tiempos marcados por la novedad y los avances. Lo que ayer era, tema de ciencia ficción, es hoy objeto de una realidad, que impulsa la calidad y la esperanza de vida de los seres humanos.

Mejorar y aumentar las capacidades intelectuales, físicas y psicológicas. La democratización, de dichos avances médico-científicos, tendrá además del efecto salud, el nada despreciable efecto de abaratamiento de sus respectivos costos.

No todas las sociedades, avanzan social y políticamente, a la misma velocidad que lo hacen los adelantos científicos y tecnológicos. En algunas naciones, la pobreza es la principal causa de atraso, en otras, son los propios gobiernos, mediante políticas deliberadas, de destrucción de las estructuras y de la organización destinada a proteger y vigilar la salud pública.

Esta última, es una especie de crimen político, en el que particularmente se distingue la dictadura venezolana. El atraso sanitario, al borde de la crisis humanitaria, en una potencia petrolera, no es un hecho culposo, sino criminal.

No queda más esperanza que anhelar para los venezolanos, una pronta cura política. Tan eficaz y definitiva, como la que le permitió a la niña Layla, seguir viviendo.

@LDeLION