Un buque con 150 mil barriles de Tame, un oxigenado utilizado para obtener el octanaje necesario de gasolina, está paralizado en la refinería Cardón. Piden pago en efectivo del cargamento, pero Petróleos de Venezuela hasta el momento no cumple con el pago. Al problema se le suma la situación interna de las plantas catalíticas del país que resalta la importación de combustible o componentes para su producción.

“Todavía no se ven los efectos de la escasez porque tenemos los inventarios en su nivel óptimo. Eso lo manejan demasiado estrictamente, pero debemos tener un inventario de 10 a 15 días”, asegura Iván Freites, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos de Falcón. El trabajador indica que la situación se tornó tan “grave” que Venezuela recibe entre 10 y 15 barcos con 300 mil barriles de gasolina al mes.

En el Complejo Refinador Paraguaná solo la planta catalítica de Amuay opera a medias, de 108 mil barriles diarios de capacidad instalada, el miércoles reportaron un procesamiento de 60 mil barriles al día. La de Cardón detuvo sus funciones desde el 31 de marzo. El Palito de 140 mil barriles que podría refinar, produce solo 70 mil diariamente. En la planta Puerto La Cruz, sus trabajadores denunciaron que solo llegan a 30 por ciento de su capacidad.