El Topo: la leyenda de un pran que se hizo realidad con la masacre de Tumeremo
El Topo: la leyenda de un pran que se hizo realidad con la masacre de Tumeremo

Correo del Caroní, El Pitazo, Runrun.es / Foto: @GonzalezMPPRIJP

 

CUAL LORD VOLDEMORT DE LA SAGA HARRY POTTER, mencionar en Tumeremo al que no debe ser nombrado hace que el minero con más bríos se sienta temeroso de su entorno. “Uno nunca sabe quién está por ahí escuchando”, susurra uno de los pocos que se atrevió a romper el silencio que rodea a este peligroso personaje del día a día de una de las poblaciones mineras del sur del estado Bolívar: «El Topo».

Mucho se rumora y especula sobre las atrocidades cometidas por él y su banda, quienes controlan la mina Hoja e’ Lata y “hasta otros 30 campamentos mineros que hay desde este pueblo hasta Guyana”. Sin embargo, una realidad infunde pánico a los pobladores del lugar: es señalado por la desaparición de al menos 17 personas que el pasado 4 de marzo se dirigían desde Tumeremo hacia la mina Atenas y viceversa.

“Cuando joven fue paramilitar en Colombia –aunque es ecuatoriano– y por eso sabe hacer cosas que hace que cualquier guapo se acobarde. ‘El Topo’ fue quien trajo al sur (de Bolívar) la práctica de picar personas con motosierras… tiene una que casi que prende sola cuando dicen que hay que trozar a alguien”, comenta un minero ya entrado en años que participó activamente en la tranca de la Troncal 10, vía que comunica al estado Bolívar de norte a sur, por parte de los familiares de los desaparecidos.

Otro hombre lo interrumpe para agregar que en varias de sus minas tiene animales a los que alimenta con partes humanas. El primer interlocutor asiente con la cabeza. “A los muertos los pican y se los lanzan a los cochinos o a unas babas. Sino, los lanzan a pozos que ya no usan y ahí se quedan… si (los cuerpos de seguridad) ingresaran a las minas, encontrarían fosas comunes que da miedo”, finalizan el minero.

Ascenso al poder

Relatan los pobladores de la capital del municipio Sifontes que el ascenso de «El Topo» fue repentino. “Más de un minero llegó a trabajar codo a codo con ese señor. Cuando la primera bulla de Hoja e’ Lata -en enero de 2009- él y su familia entraron a sacar oro (…) estaba su hermano: El Negro Aurelio, su hermana: La Bacha y sus sobrinos. Luego, cuando la segunda bulla de Hoja e’ Lata, entraron con todo un ejército de hombres y se apoderaron de eso”, explica una mujer allegada a uno de los jóvenes desaparecidos desde el pasado 04 de marzo.

Acota que «El Topo» era el segundo al mando hasta que su hermano se batió a tiros con otro hombre apodado «El Niche» y ambos resultaron muertos en la reyerta. Este hecho fue reseñado por el Diario El Progreso el 04 de julio de 2009 e identificaron al último como Nelson Murillo, de 40 años. En el hecho también resultaron heridos otros tres sujetos, quienes fueron atendidos en el Hospital Dr. José Gregorio Hernández de Tumeremo.

Lee aquí más información sobre el caso de los mineros desaparecidos en Tumeremo

“Al morir ‘El Negro Aurelio’, ‘El Topo se quedó’ con todo y ahora él controla lo que es oro, combustible y armas, mientras que su hermana y su sobrina manejan el licor, las drogas y las mujeres que se prostituyen en las minas”, precisa la joven para luego acotar que «Miguelito» y «El Indio» son sus lugartenientes y cumplen sus órdenes a cabalidad: “matan, pican gente y hacen cualquier cosa que infunda miedo en la población minera… porque además lo hacen frente a testigos para que rieguen la voz luego”.

Junto a estos sujetos también se la pasan «Dólar» y «Toto», a quienes cataloga como parte de su seguridad personal. Aclara que la banda no son únicamente los ya mencionados, sino que tiene hombres con armamento de guerra en cada mina que controla. “Para entrarles se necesitan por lo menos dos Fuerte Tiuna… y cuidado si no más, porque él también prepara a su gente para guerrear”, concluye abruptamente la joven al ver pasar a dos muchachos, obviamente conocidos por ella.

Otra historia

Encontrar en Tumeremo a alguien que de una opinión diferente sobre El Topo es casi imposible, todos saben que él y su banda han cometido atrocidades inimaginables desde 2009, cuando la muerte de su hermano lo ascendió al poder; sin embargo hubo una persona que ofreció un testimonio algo “imparcial” y arrojó una pequeña luz en torno a lo ocurrido hace una semana en la vía a la mina Atenas.

“En este pueblo hay un hombre al que apodan El Gordo y para nadie es un secreto que él y su gente de La Caratica (un barrio del Tumeremo) y de otros sectores de acá mismo querían instalar un sindicato como el del Kilómetro 88 y así poder cobrar vacuna a mineros, comerciantes y todo lo que produzca dinero en esta zona. Todos el mundo sabe y que ellos trancaron el pueblo a principios de febrero (suceso reportado por Correo del Caroní) para pedirnos apoyar esa sinvergüenzura”, precisa un profesional del volante.

Agrega además que dicho paro, en el que hasta el Liceo Zabaleta fue tomado por El Potro -segundo al mando de El Gordo- y otros integrantes de la banda, fue una forma de amedrentar a la población (y más aún a los compradores de oro) para que aceptaran ir una reunión en la que se presentarían las cuotas semanales que cada comercio debía aportar a la banda para sustentar su actividad criminal.

Crudamente revela que “lo que pasó en (la mina) Atenas fue que la gente de «El Topo» mató a la gente de «El Gordo», malandros mataron a otros malandros… aunque también cayeron varios inocentes. Eso pasó porque al primero no le convenía que el otro tomara el control de esa bulla y a su vez de Tumeremo. No entiendo porque la gente calla la verdad. Aquí (en el pueblo) todos sabemos que entre los muertos hay tres hermanos que son sobrinos de «El Gordo» y con esto no estoy justificando lo que allí pasó, porque es una pena que la situación llegara a ese punto cuando el Gobierno tiene todo para impedirlo”.

El hombre detrás del mito

En Tumeremo creen que las autoridades persiguen a un hombre cuyo rostro desconocen, situación completamente contraria a la realidad. ¿Difícil de encontrar? Sí ¿Imposible identificar? No. El expediente XP01-P-2012-003242, el cual reposa en el Circuito Judicial Penal del estado Amazonas, permitió darle nombre y rostro al más buscado del estado Bolívar: «El Topo», sobrenombre por el que es conocido Jamilton Andrés Ulloa Sánchez, de 43 años edad.

Según lo reseñado por este expediente, el cual primeramente cayó en manos del Tribunal Tercero en Funciones de Control, este nativo de Santo Domingo de los Colorados, Ecuador, fue detenido el 14 de julio de 2012 por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Su captura se realizó luego que un motorizado denunciara que le dispararon desde una Chevrolet Silverado blanca, placas A9IVC7A, mientras transitaba por la avenida Perimetral de Puerto Ayacucho.

En esa oportunidad, en la que también detuvieron a su esposa: Nancy Guevara, le incautaron una pistola Glock 9 mm, seriales LUD789 y 30 mil Bs en efectivo. En la audiencia de presentación el Ministerio Público imputó a Jamilton y a su mujer los delitos: homicidio calificado por motivos fútiles e innobles en grado de frustración y legitimación de capitales. Adicionalmente, «El Topo» fue señalado por ocultamiento de arma de fuego y municiones. En el acto, ambos alegaron que el motorizado -quien no asistió a la audiencia- los había intentado atracar; los cargos contra Nancy fueron desestimados y al ecuatoriano solo lo imputaron por el último de los delitos y le dieron una medida de presentación. Para el momento de su detención llevaba siete cadenas de oro de 24 kilates y mostró la factura para demostrar que eran de su propiedad.

Como era de esperar, la representación fiscal apeló la decisión y el 23 de julio de ese mismo año la Corte de Apelaciones del estado Amazonas falló a favor del Ministerio Público y ordenó la celebración de una nueva audiencia ante otro tribunal. El caso le tocó al Segundo en Funciones de Control y a ambos los imputaron únicamente por ocultamiento de arma de fuego y municiones… nuevamente les dieron una medida de presentación. Para el 18 de octubre de 2013 se realizó una audiencia en la que admitieron los hechos y se les suspendió el proceso penal en su contra, siempre y cuando cumplieran con las siguientes condiciones: la donación de 4 kits que con útiles escolares a dos preescolares de Puerto Ayacucho, así como la recuperación y mantenimiento de un parque en su comunidad. Adicionalmente, a El Topo le ordenaron presentarse cada 30 días por 3 meses. Para enero de 2014, Jamilton Andrés Ulloa Suárez ya era un hombre libre.

 

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