Funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) llegaron a la planta de General Motors Venezolana (GMV), en el estado Carabobo, para llevarse unas 50 Pick-Up Silverado, según denunciaron los trabajadores de la planta.

Jesús Cabrera, representante del sindicato de la empresa, detalló que unos 60 funcionarios comandados por el Mayor Wilmer Suárez notificaron la decisión y advirtieron a los trabajadores que si impedían la medida serían detenidos.

Cabrera explicó que en los patios de la planta hay 350 vehículos que el sindicato tenía “retenidos” los carros como mecanismo de presión para garantizar el «beneficio contractual» que permite que un lote de la producción vaya a los trabajadores.

Desde finales de 2013 cuando el presidente de la República emitió el decreto presidencial que regula la venta de vehículos algunas automotrices cesaron el beneficio, ya que en la norma se estableció que la producción debía ir directamente a la cadena de comercialización.

El Mayor Wilmer Suárez les informó a los trabajadores que parte de esas unidades retenidas fueron adquiridas por la empresa estatal Venezuela Productiva Automotriz. “Ellos alegan que Venezuela Productiva es un concesionario más, nosotros tenemos más de dos años sin el beneficio”, aseguró Cabrera.

Datos de la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez) indican que entre enero y agosto de este año General Motors ensambló 4.332 unidades, siendo la ensambladora con mejor rendimiento de las siete agrupadas Cavenez.

El nivel de producción de la industria automotriz es el más bajo en décadas debido a que el Gobierno nacional no ha asignado a las ensambladoras divisas para importar material de ensamblaje en lo que va de año y tampoco ha cancelado una deuda que ronda los 2 mil millones de dólares por importaciones no liquidadas.