The economist: Venezuela, un país dividido - Runrun
Sendai Zea Dic 10, 2013 | Actualizado hace 10 años

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La siguiente es una traducción libre del artículo publicado en The Economist titulado «Venezuela’s local elections. A country divided»:

No hay satisfechos después de las elecciones municipales del 8 de diciembre en Venezuela. La población urbana venezolana le dio la espalda a la «revolución socialista» del fallecido Hugo Chávez, y de ahora su sucesor, el presidente Nicolás Maduro. Pero  los resultados, que la alianza opositora representada por la MUD había tratado de convertir en un plebiscito contra los ochos meses del gobierno de Maduro,  consolidaron el poder político de la gestión de psuvista.

Un total de 335 municipios y dos distritos metropolitanos estaban en juego en las elecciones del domingo. En 2008, con Chávez en la cumbre de su poder, una oposición dividida logró aferrarse en tan sólo el 15% de ellos. El premio de consolación de la oposición para ese año fue obtener la victoria en la Alcaldía Metropolitana de Caracas. Sin embargo, el gobierno central cortó los fondos para el alcalde electo Antonio Ledezma y se transfirió la mayor parte de sus poderes a un » jefe de gobierno» no elegido por votación popular.

Como era de esperar, en las recientes municipales la MUD hizo avances importantes en las grandes ciudades. Se aferró a la alcaldía de la segunda ciudad de importancia en Venezuela, Maracaibo, y ahora controla al menos siete de las 23 capitales de los estados, incluyendo cuatro de las cinco de mayor población. Mientras que el PSUV mantuvo el apoyo en las zonas rurales.  El gobierno también defendió uno  de sus activos electorales más importantes: el municipio Libertador, que cubre la mitad del oeste de Caracas, e incluye el centro histórico de la ciudad. Otra decepción para la oposición fue que no logró una votación más alta que la del gobierno en todo el país. Con más del 97 % de los votos escrutados  el PSUV y sus aliados obtuvieron más del 49 % y la MUD y sus aliados menos de 43 %. Los independientes y disidentes representaron el resto.

Un resultado como éste, en medio de la peor crisis económica del país en 30 años, es testimonio de la eficacia de la maquinaria electoral del gobierno  y su falta de escrúpulos en el empleo de todos los recursos del Estado para obtener ventajas partidistas. Vicente Díaz, único rector independiente del CNE, dijo que ésta era la elección más injusta en la historia moderna de Venezuela. Con el control del gobierno en la radio y la televisión, la oposición ha sido invisibilizada en los medios de comunicación tradicionales.

Pero cualesquiera que sean las excusas, el líder de la oposición, Henrique Capriles , tendrá que pensar sobre cuál será el camino a partir de ahora. Recordemos que después del resultado reñido obtenido en las presidenciales, en la que  Capriles perdió por menos de dos puntos porcentuales, la MUD disputó el resultado. Sin embargo, el CNE y el Tribunal Supremo se negaron a considerar su caso. Las próximas elecciones serán las parlamentaria en 2015.

El presidente Maduro también se debe enfrentar a tiempos difíciles. Una creciente crisis económica requiere soluciones urgentes. La inflación anual es superior al 50 % y muchos productos de primera necesidad, como leche, harina y papel higiénico, son difíciles de obtener. Los cortes de energía son frecuentes y la inseguridad ha alcanzado cifras récord. Disminuyen las reservas en divisas y con un déficit fiscal enorme, se espera pronto una nueva gran devaluación de la moneda, cuyo valor oficial es diez veces más de lo que obtiene en el mercado negro.

El gobierno se proclama víctima de una guerra económica desatada por la oposición «fascista» y sus aliados en Washington, DC. La solución propuesta por el presidente Maduro es acelerar la implementación de la agenda estatista radical de Chávez. Algunos piensan que después del clima electoral el gobierno buscará una solución más pragmática a la crisis, entre ella el acercamiento con el sector privado.