La visión compartida de país por Maria E. Arcia Paschen - Runrun

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Muchos se preguntan hoy en día si es posible tener consenso sobre una visión de país distinto al que tenemos en la actualidad y es una inquietud no solo válida sino muy descriptiva de la enorme incertidumbre que nos rodea.

En recientes intercambios he podido constatar que hay una gran mayoría de venezolanos de diversas visiones y posiciones ideológicas que están convencidos y trabajando para  construir una Visión Compartida de país.

Quiero mencionar hoy el proyecto denominado “La Venezuela que queremos Todos” que ha sido construido a lo largo de más tres años en un proceso participativo que ha incluido diálogos de colectividades; talleres de líderes comunitarios y activistas; y simposios de académicos y expertos, con la intención de construir una Visión Compartida de País. No se trata de un programa de gobierno, compendio de políticas públicas ni mucho menos un ideario sesgado por la visión de la oposición; si fuera así su valor sería muy limitado. Se trata, por el contrario, de un conjunto de aspiraciones e ideas sobre estrategias de desarrollo y democracia que es compartido por muchos venezolanos de distintas perspectivas políticas, de allí su importancia para contribuir a que los venezolanos compartamos esperanzas de futuro y nos comprometamos en su construcción.

Para la elaboración de la propuesta se realizaron talleres, diálogos abiertos, simposios universitarios contando con la participación abierta de comunidades y personas alineadas con “El Proceso”, “No alineados” y “Opositores”. Como resultado de dichos eventos realizados durante 3 años y que finalizaron a principio del 2012, se lograron siete consensos que, podemos afirmar, representan las aspiraciones de venezolanos de distintas visiones, y que resumo así:

Convivencia, seguridad y paz;  Pacto para erradicar la pobreza y asegurar progreso para todos; Construir una economía de alta productividad; Una institucionalidad para la democracia y la autonomía del ciudadano; Un desarrollo en armonía con el ambiente. Los últimos 2 que señalo a continuación constituyen las estrategias fundamentales para poder lograr las aspiraciones contenidas en los primeros cinco: Una educación relevante y de calidad, accesible a todos, reorientándola para que contribuya a la construcción de valores, estimulando las capacidades de emprendimiento y por ende la realización del individuo  y superar el rentismo que se opone al desarrollo y la libertad, lo que requerirá de la eliminación de todas las trampas económicas, políticas y culturales que éste produce  y a las cuales hemos estado acostumbrados durante los últimos cincuenta años y que han impedido la generación de una cultura de valores que coloque en la cúspide el esfuerzo, la responsabilidad y la honestidad.

Los países que han avanzado social y económicamente para superar el primitivismo, luego de períodos de enormes confrontaciones y destrucción, han logrado que la sociedad se aglutine y logre acuerdos en aspectos de alta sensibilidad. No es una tarea fácil ni de resultados inmediatos pero sí existen iniciativas en este sentido que ya están en movimiento y que, en mi cruzada personal de exhibir el país de progreso que todos queremos, estoy comprometida en divulgar para ir, progresivamente, desmontando el lenguaje de desesperanza que nos paraliza e impide ver lo que muchos están haciendo en procura de un mejor futuro.

 

María Elena Arcia Paschen

@malarcia