¿Cuál es nuestra realidad hoy? por Rafael Alfonzo H. para @Cedice - Runrun

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Implementar una cultura liberal garantiza la posibilidad de éxito de las nuevas generaciones.

Hoy más que nunca las personas se preguntan si tenemos salida a la dura realidad que vivimos. La verdad es que como venezolano me cuesta mucho dar una respuesta pues apunta en dirección contraria a mis deseos ciudadanos. Es más, sería muy oportuno el ligarla a la pregunta: ¿puede el capitalismo sobrevivir hoy día?

Pareciera que la costumbre de dejar en manos de otro nuestra responsabilidad nos lleva a no tener un norte claro de nuestras propias prioridades. Siempre es otro el que debe actuar.

¿Cuál es nuestra realidad hoy?

1. Contamos con demasiados líderes políticos que basan su estrategia en trasnochadas medidas intervencionistas del socialismo en todas sus expresiones, y son incapaces de entender el modelo liberal que exige trabajo en lugar de proselitismo barato.

2. Tenemos muchos empresarios que creen que su rol principal es defender su propio negocio en lugar de preservar las condiciones generales que el país requiere; son empresarios que no se ocupan de defender sus empresas frente a los embates contra la libertad, quizás debido a que la mayoría de las veces no sabrían cómo hacerlo, puesto que sus talentos no abarcan esas actividades a pesar de ser el soporte de su misma existencia; son empresarios que demuestran no tener la menor idea de cómo funciona el sistema en el que operan.

3. Existen cada día más prebendarios o antiempresarios que aliados al poder, se benefician escandalosamente de los recursos públicos dando muestras de fortunas insólitas que derrochan por doquier. Es más, tristemente muchos provienen de familias tradicionales que fueron ejemplo de honorabilidad, trabajo y lucha en nuestra sociedad.

4. Encontramos mercantilistas que eliminan todo vestigio de competencia y se convierten en simples concesionarios estatales, viviendo del síndrome del pichón, o sea, esperando a papá Estado para alimentarse. No están dispuestos a ceder sus derechos adquiridos que por décadas han perjudicado al ciudadano común, al transferirles sus ineficiencias productivas a sus productos o bienes.

5. El intervencionismo, a medida que el estatismo avanza, lleva a las empresas privadas en la práctica a dejar de serlo, debido a las numerosas regulaciones impuestas, con lo que la gente termina por considerar los servicios comerciales privados tan deficientes como los gubernamentales; lo cual es cierto, puesto que resulta que el personal se convierte, de hecho, en burócratas con los consecuentes cambios drásticos de los incentivos.

6. Falta de liderazgo gremial que pueda actuar libremente ante los atropellos a que está sometido el empresariado por las regulaciones y controles sobre lo que produce y posee. Se ha llegado al extremo de afirmar que la política es solo para los partidos.

7. Falta de liderazgo sindical que promueva los verdaderos cambios que la actividad empresarial exige y garantice no solo la adecuada compensación, sino lo propia estabilidad financiera que logra su sustento.

8. Una sociedad cada día más atemorizada que con su silencio cómplice permite el arrebato diario de su derecho fundamental a la Libertad.

9. Muchos medios de comunicación parcializados que se autodenominan “imparciales”, cuando en el fondo dejan de reflejar la realidad por conveniencia política o por sobrevivencia.

Este complejo panorama nos permite concluir que difícilmente salgamos de esta realidad a menos que nosotros mismos, todos, dejemos la comodidad y asumamos el riesgo de defender los principios de la Libertad.

Como expresa Schumpeter: “la información de que un barco se está hundiendo no es derrotista. Tan solo puede ser derrotista el espíritu con que se reciba esta información: la tripulación puede cruzarse de brazos y dejarse ahogar [… ] Si los hombres se limitan a negar sin más la información, aunque esté escrupulosamente comprobada, entonces es que son evasionistas [… ] La prognosis no implica nada acerca de la deseabilidad del curso de los acontecimientos que se predicen. Si un médico predice que su paciente morirá en breve, ello no quiere decir que lo desee”.

La implementación de una cultura liberal en todo el país no solo es urgente, sino que garantiza la posibilidad de éxito de las nuevas generaciones, las cuales están llamadas a lograr estos cambios que tanto necesitamos.

Ya sabemos que el camino al éxito es proporcional a la libertad y a la responsabilidad ciudadana. Si generamos una visión enmarcada por estos fundamentos, demostraremos a la larga que sí hay salida. Es solo cuestión de dedicarnos a ello.

RAFAEL ALFONZO H. 
@cedice