La popularidad y liderazgo de Maduro en picada libre - Runrun

CHAVISTAS CELEBRAN ANIVERSARIO 24 DE "EL CARACAZO"

Maduro bajo el acoso de la crisis y las dudas 

Cuenta con una gigantesca renta petrolera y el control casi absoluto de los poderes del Estado, pero la Revolución Bolivariana bajo el liderazgo de Nicolás Maduro hace aguas, con niveles de impopularidad que superan el 60 por ciento y fricciones internas que amenazan la integridad estructural del movimiento.

Analistas consultados dijeron que Maduro ha perdido el capital político acumulado por el fallecido presidente Hugo Chávez de manera impresionante, en momentos en que la crisis económica y cada vez más aguda escasez de productos acentúa la hostilidad de los venezolanos hacia el régimen y aumenta las dudas entre los distintos sectores del chavismo sobre su capacidad de mantener a flote el proyecto bolivariano.

“El deterioro en el apoyo de Maduro es realmente impresionante, no ha podido conservar el liderazgo que Chávez, aunque golpeado en los últimos tiempos, tenía”, comentó Carlos Blanco, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Boston.

Es una situación evidente incluso dentro del propio chavismo, que obra sabiendo que ya tiene sus días contados, enfatizó.

“Están funcionando ya con horizontes de muy corto plazo. Están en una operación de supervivencia. El buque está haciendo aguas por todos lados”, señaló.

La caída de popularidad del gobernante venezolano está siendo revelada por la mayoría de las encuestadoras, las del gobierno al igual que las de la oposición.

La más reciente de ellas, elaborada por la firma Alfredo Keller y Asociados, mostró que la oposición continúa consolidándose como la mayoría en el país, con niveles de aceptación del 42 por ciento, mientras que el chavismo continúa deteriorándose, colocándose en 34 por ciento.

De la misma manera, el sondeo muestra que continúa el pesimismo de los venezolanos frente al futuro del país, con un 61 por ciento, considerando que la situación en general va de mal en peor y un 39 por ciento considerando que va bien, o está mejorando.

El año pasado, cuando Chávez aún se encontraba con vida, la relación era a la inversa, con el optimismo superando al pesimismo por más de 15 puntos.

En cuanto a la popularidad de Maduro, el desagrado hacia el líder de la Revolución Bolivariana supera al agrado por una relación de 54 a 43 por ciento.

Otras encuestas colocan la desaprobación de la gestión de Maduro ligeramente por encima del 60 por ciento.

Los expertos dijeron que la popularidad de Maduro está siendo duramente golpeada por la crisis económica que atraviesa el país, que aún cuando fue provocada por las decisiones de Chávez es Maduro el que está pagando el costo político de los desaciertos de su antecesor.

Y a diferencia de lo que sucedía con Chávez, Maduro no cuenta con el liderazgo o el carisma que tenía el fallecido mandatario para salir exonerado del peso de sus fracasos.

“Están responsabilizando a Maduro de la gestión, no sucedía así con Chávez. Con Chávez la historia siempre fue escurrir el bulto en sus ministros o en sus colaboradores. Pero Maduro no, Maduro está siendo imputado”, comentó el asesor político Orlando Viera Blanco.

Esa imputación le está incluso generando problemas dentro del movimiento.

“Maduro está generándole entonces a sus propios seguidores una percepción de inestabilidad, de inconveniencia, y de incompetencia, de incapacidad en el manejo del Estado y de que no estaba ni siquiera capacitado para conducir su propio proceso político”, explico Vera.

Por otro lado, Maduro ni siquiera ejerce total control sobre las distintas fuerzas que componen al chavismo.

“Maduro es un primus inter pares (el primero entre iguales). Es el jefe de una facción que debe negociar con las otras. No sólo está la de Diosdado Cabello (presidente de la Asamblea Nacional), sino también está la de Rafael Ramírez (Ministro de Energía y el hombre que maneja a PDVSA) y el de la familia Chávez , entre otros barones del chavismo”, comentó el profesor Blanco.

“Las derivaciones de esto están ligadas a que Maduro no es respetado dentro de las Fuerzas Armadas”, señaló.

Esa desconfianza del estamento militar se debe entre otras cosas a que Maduro aún no ha mostrado capacidad de gobierno, pero también a una serie elementos que han salido a la opinión pública en los últimos días, incluyendo la “actitud complaciente con el gobierno de Guyana”, respecto del diferendo limítrofe entre los dos países, y la sospecha declarada por varios dirigentes políticos de la oposición, de que el jefe del chavismo nació en Colombia.

“Existe la sospecha de que posee doble nacionalidad (venezolana y colombiana), cosa que está expresamente prohibida por la constitución, y que no ha hecho ningún esfuerzo en aclarar. Estos son factores que han erosionado mucho a Maduro en todo el país, pero particularmente dentro de la institución militar”, comentó Blanco.

Para Viera, la gestión de Maduro se asemeja a la de un capitán que no solo está a cargo de un barco lleno de agujeros sino que además debe conducirlo por una ruta plagada de rocas y arrecifes que golpean el casco y “amenazan el barco con hundirlo o ponerlo de lado”.

Esas rocas, que Chávez esquivó con mejor suerte, incluyen la criminalidad (en un país considerado como el más peligroso de América Latina), la inflación (con una tasa que compite por ser la más alta del mundo), la sensación de inestabilidad (compartida por el 73 por ciento de los venezolanos), y la escasez de productos, fenómeno que en pocos meses se ha convertido en uno de los más angustiantes problemas que aquejan a los venezolanos, explicó Viera.

También está la creciente sensación de que el máximo liderazgo del chavismo vive en opulencia cuando los sectores populares, las bases tradicionales del chavismo, enfrentan cada vez mayores problemas ante la caristia de la vida, dijo el analista político Rafael Revilla.

“Se está generado en el país una situación de resentimiento popular”, señaló Revilla.

“Para nadie es un secreto, y es una realidad de la que muchos en Venezuela se dan cuenta, de que altos personajes del chavismo andan por las calles en autos lujosos, Porsches, BMWs, y viven en palacios y viven en el country club, cuando los venezolanos no encuentran leche en los supermercados o tienen que pasar todo el día en una cola para comprar un paquete de Harina Pan (harina de maíz usada para la elaboración de arepas) o un rollo de papel toalé (higiénico)”, explicó.

Para muchos venezolanos es difícil de comprender el por qué las estanterías de los supermercados están vacías cuando el país cuenta con una de las mayores reservas de petróleo del mundo y el Estado obtuvo en renta petrolera la obscenamente alta cifra de un billón (un millón de millones) de dólares durante los 14 años que Chávez estuvo en el poder.

Pero años de políticas hostiles hacia el empresariado han destruido el aparato productivo hasta el extremo que la mayor parte de los bienes consumidos en el país son importados, con una economía que depende en gran medida de la renta petrolera para seguir funcionando.

Y ahora los ingresos petroleros no son suficientes para cubrir simultáneamente los enormes subsidios nacionales e internacionales que mantiene y cubrir los más de $4,000 millones de importaciones mensuales que requiere el país.

Una de las principales dificultades que enfrenta el chavismo para solucionar con algún grado de eficacia los graves problemas del país es que cualquier intento honesto requeriría el desmantelamiento del modelo económico y político instaurado por la Revolución Bolivariana.

Y esa es una píldora muy difícil de tragar, dijo Blanco.

“El gobierno para corregir los entuertos que su propia política ha creado tiene que entenderse con el mundo empresarial privado que queda, y ese entendimiento significaría un reconocimiento de un ámbito de acción del empresariado privado que tiene que ser respetado para que pueda invertir, para que pueda programar a mediano plazo”, explicó el profesor.

“Paro las facciones de izquierda, que están a la izquierda de Maduro, no le permiten moverse en esa dirección. Chávez podía resolver eso fácilmente, como él quisiera o en la dirección que el quisiera, pero Maduro no tiene fuerza para resolver los conflictos que las necesidad de un viraje económico le plantea”, comentó.

Ese es uno de los ámbitos más importantes donde puede verse que Maduro no es Chávez, agregó.

Publicado en: impactocna.com

Fuente: El Nuevo Herald  por Antonio María Delgado