El pasado jueves 11 de julio, el periodista Nelson Bocaranda cumpliendo con la citación que le fue hecha por la Fiscalía General de la República, acudió a la sede de ese despacho para declarar en calidad de testigo “sobre los hechos violentos desatados tras las elecciones del 14 de abril y que produjeron varias víctimas y un innumerable ataque a los CDI a nivel nacional”, según divulgó en su tuiter la titular de ese organismo.
Durante cuatro horas, Bocaranda rindió declaración ante tres fiscales sobre las informaciones que difundió a través de su tuiter el 15 de abril y precisó, con toda claridad, que el tuit por el cual se le llamó a declarar no produjo ningún daño en el CDI de La Paz en Gallo Verde, Maracaibo, donde presumiblemente había urnas electorales que personal cubano impedía sacar, ni en otro del Estado Zulia, como quedó reflejado en el prolijo informe de PROVEA sobre los sucesos del 15 de abril.
Sin embargo, desde el momento en que la Fiscal anunció la investigación, el presidente de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, diputado Pedro Carreño, se encargó de difundir tendenciosamente que citaría “al supuesto autor intelectual de los hechos de violencia tras el 14A”.
Conforme a la práctica reiterada del gobierno contra quienes se atreven a informar con veracidad y a denunciar las desviaciones de sus actuaciones, Bocaranda fue atacado por las redes sociales oficialistas y, adicionalmente, el día de su comparecencia un grupo de facinerosos fue llevado desde Anzoátegui al frente de la Fiscalía para cobardemente agredir con insultos a quien el país reconoce como un comunicador de más de 50 años de ejercicio profesional rigurosamente comprometido con la verdad y con las mejores aspiraciones de los venezolanos, a los que ha servido lealmente desde los distintos medios a los que ha honrado con su trabajo, por el cual ha sido galardonado nacional e internacionalmente.
El país conoce perfectamente estas prácticas que bien se pueden denunciar como una política de Estado destinada a tratar de amedrentar, a descalificar y acosar a quienes por su credibilidad y responsabilidad profesional tienen como Bocaranda, una alta influencia en la formación de la opinión pública. Es al poder de la información al que temen y al que de manera abusiva, que no vacilamos en calificar como vil, pretenden acallar de múltiples formas.
Bocaranda, actuando en coherencia con su responsabilidad dio otra demostración de su compromiso social, dio la cara ante el país, protegió sus fuentes y dejó pruebas de que ningún hecho violento se produjo como consecuencia de sus mensajes en las redes sociales.
Expresión Libre, Comunicadores para la Paz y la Democracia, rechaza las presiones, las amenazas y el acoso que se ha ejercido contra Nelson Bocaranda, exige respeto para su libre ejercicio profesional, que no sea molestado ni víctima de retaliaciones para que pueda informar con veracidad, amplitud y oportunidad, tal como lo hizo admirablemente en el caso de la enfermedad y fallecimiento del ciudadano presidente de la República, Hugo Chávez, durante los últimos dos años. Algo que no le perdonan quienes concentran en sus manos el ejercicio del poder en Venezuela.
Al solidarizarnos de la manera más expresiva con el colega Nelson Bocaranda, hacemos suyas sus palabras al salir del interrogatorio en el Ministerio Público: «En Fiscalía no gané nada yo, ganó el Periodismo».
Caracas, 16 de julio de 2013
Por Expresión Libre,
Comunicadores por la Paz y la Democracia
