Mucho ruido y pocas nueces sería un sucinto balance del primer mes de gestión del presidente Nicolás Maduro, que fue ungido por el fallecido Hugo Chávez antes de morir el 5 de marzo pasado y haber ganado una cuestionada elección el 14 de abril por un margen «escuálido» de 1,49 puntos a su favor, que ha sido impugnado por su rival opositor Henrique Capriles.

Maduro se ha especializado en subir los decibelios políticos con los insultos a sus rivales y opositores, incluidos los jefes de Estado del hemisferio occidental, entre ellos, Barack Obama y los representantes de Colombia, Paraguay y Perú. Cada vez que alguien pide o se pronuncia por el diálogo entre las partes en conflicto, Maduro salta a despotricar, acusándolo de asesino, por decir lo menos, como en el caso del expresidente de Colombia Álvaro Uribe.

Inaugura su «gobierno de calle»

En clave interna, Maduro ha inaugurado su “gobierno de calle”, un programa mediático que pareciendo a un “Aló Presidente” que mantenía Chávez todos los domingos, tiene el inconveniente que muchos que toman el micrófono no lo hacen para elogiarlo, sino para cuestionar su política estatista e intervencionista.

Así, muchos de los chavistas que intervienen en las “emisiones de calle” de Maduro logran sorprenderlo con reclamos sobre el agudo desabastecimiento de alimentos, la falta de viviendas, la escasez de medicinas, el problema de los apagones de electricidad que ya son a nivel nacional.

Fuente: ABC