El Presupuesto nacional propuesto para 2011 no es diferente de los anteriores en cuanto a estimaciones irreales del precio del petróleo (40 $/barril), de la expansión económica (+2%) y la tasa de inflación (23-25%). A 40 dólares por barril de exportación diaria los ingresos fiscales de origen petrolero se subestiman deliberadamente, lo cual dejará una diferencia de más de 30 dólares por barril en 2011 para uso discrecional por diversas vías, cualquiera sea el volumen efectivo de exportación.
A pesar de que el “petróleo es de todos los venezolanos” no sabemos cuánto del volumen exportado es pagado al precio internacional que corresponde (el petróleo lo comercializa Asdrúbal Chávez, primo hermano del presidente Chávez), cuánto es subsidiado a otros países, sólo porque el presidente Chávez tiene simpatía por el extremismo ideológico del gobierno de ese país, porque le cae bien el jefe de estado o porque comparte el antinorteamericanismo militante. No sabemos por qué sólo la mitad o menos de las divisas recibidas por exportaciones de petróleo por Pdvsa se entregan al BCV.
El desorden fiscal actual está marcado por estilo personal del Hugo Chávez quien actúa como un caudillo llanero del siglo XIX, que adapta los negocios petroleros y la conducción fiscal a sus deseos personales. El régimen fiscal bajo el gobierno de Hugo Chávez está hecho a la medida de sus planes vía el uso discrecional de recursos fiscales desviado directamente de Pdvsa o del BCV hacia diversos Fondos, con cuentas en el exterior, que se usan para fines poco claros u ocultos fuera del proceso presupuestario que conduce la Asamblea Nacional. El uso de los recursos petroleros directamente y la desviación de decenas de miles de millones de dólares vía fondos en el exterior destruyeron la unidad del Tesoro Nacional, pilar del orden fiscal venezolano desde 1918.
El agudo deterioro de la institución fiscal, como de otras tantas instituciones bajo el gobierno de Chávez, ha facilitado el uso de dinero públicos para fines dentro del interés personal e ideológico del presidente Chávez, el cual es muy distinto al interés nacional permanente de Venezuela; además ha facilitado una enorme y sistemática corrupción en Pdvsa, administración del Estado y turbios manejos financieros dentro y fuera del país. La decadencia económica de Venezuela está íntimamente ligada a esta actuación personalista, ideológica y primitiva de la gestión del Estado.
Por Orlando Ochoa P. para Runrun.es
Twitter: @orlandoochoa
