La política del desastre por José De Bastos - Runrun
Sendai Zea Oct 31, 2012 | Actualizado hace 11 años
La política del desastre por José De Bastos

Si las primeras preguntas por estos días en la costa Este de Estados Unidos son sobre las pérdidas económicas ocasionadas por el huracán Sandy, o sobre la recuperación de vías y sistemas de transporte público o sobre la normalización del servicio eléctrico y aeropuertos en las grandes ciudades, seguro que en una segunda línea hay que colocar la pregunta: ¿a quién beneficia, políticamente, este desastre natural a menos de una semana para la elección presidencial?

Sin esperar a que se sequen las costas de New Jersey, New York o Delaware, los analistas políticos (y más aun los estrategas de ambos candidatos) sacan cuentas de lo que ocurrió en estos últimos días, sabiendo que cada detalle es crucial en una situación tan delicada y con la esperada votación a la vuelta de la esquina.

Por lo general, toda crisis favorece a quien está gobernando, a menos que ésta sea manejada de forma claramente equivocada. A pesar de la vergüenza que representó para el orgullo estadounidense, el ataque terrorista del 11 de Septiembre de 2011 duplicó la popularidad del entonces presidente Bush, quien tres años después pudo ser reelecto en buena medida gracias a esa ola. Por otro lado, los atentados a los trenes de Atocha, en Madrid, tres días antes de las elecciones generales de España en 2004, fueron tan mal dirigidos por el gobierno de Aznar, que las preferencias se voltearon y le costaron la derrota a su Partido Popular.

En el caso actual, pareciera que la respuesta decidida del Presidente Obama desde el domingo, de retornar a Washington D.C., suspender sus actos de campaña y monitorear todas las urgencias que se iban suscitando, le podría dar el empujón que necesita para revalidar su triunfo el próximo martes. Incluso el conocido gobernador Republicano de New Jersey, y potencial aspirante a la Casa Blanca en el futuro cercano, Chris Christie, felicitó y agradeció a Obama por su labor en estos días para solucionar los graves problemas que sufrió su estado.

Romney, en la difícil situación de ser opositor y no tener ningún cargo público en el cual mostrarse ocupado, decidió suspender sus mítines la tarde del lunes y todo el martes, y ha hecho distintos llamados a la población a colaborar con la Cruz Roja. Incluso se le vio bajando alimentos y botellas de agua de un camión hacia un centro de ayuda la tarde del martes.

El otro problema para Romney, además de haber quedado forzosamente reducido en los medios de comunicación, es la posición que ha tenido en el pasado con respecto a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA por su significado en inglés). Algunos críticos han sacado a relucir declaraciones de 2011, cuando Romney indicó que tal Agencia debía reducir su peso, en favor de un mayor protagonismo de los gobiernos locales y regionales en la atención de las emergencias. Obama, en cambio, ha sido un amplio defensor de la función de FEMA.

Así pues, el único obstáculo que tras esta crisis natural parece tener por delante el candidato a la reelección, es la dificultad que puedan tener para votar algunos habitantes del este del país, una región mayoritariamente demócrata y en la cual los más afectados por la tormenta son el bastión del voto de Obama: la clase media baja, los latinos y los afroamericanos. Si de aquí al martes continúan con dificultades para movilizarse, el Presidente podría sufrir sobre todo en Virginia y New Hampshire. Si la movilización fue solucionada, la victoria y la Presidencia por cuatro años más serán suyas.

 

@JDeBastos