Las armas de La Planta: Entre Glocks y M16s existe un menú de armas en nuestras cárceles - Runrun
Las armas de La Planta: Entre Glocks y M16s existe un menú de armas en nuestras cárceles

Tomamos el siguiente artículo e imágenes del periódico Últimas Noticias para poder entender un poco más lo que se esconde dentro de el Centro Penitenciario La Planta:

ÚN.- A raíz de los últimos sucesos violentos en la cárcel de La Planta en la que resultó muerta una persona de los edificios vecinos por una bala perdida, y el inicio de las investigaciones balísticas sobre este hecho, rescatamos para ustedes fotografías que muestran el tipo de armas que se pueden ver en ese recinto penitenciario.

En las fotos se puede observar el gran lote de armamento entre las que se cuentan revólveres, pistolas automáticas, arsenales de proyectiles y rifles de largo alcance con miras laser y, con ellas, los pranes (cabecillas del penal) posando. Muchas de las fotos se realizaron incluso en días de visita.

Estas fotos fueron divulgadas en 2011 a través de perfiles en la red social Facebook de varios de los internos (perfiles hoy en día eliminados). Investigamos si, para la fecha, los internos que en ellas aparecen forman parte del conflicto actual en La Planta.

 Link a la fuente: Últimas Noticias

Para entender un poco más la situación me remito a una de las armas facilmente identificable en dos de las imágenes:

El arma en cuestión es una M16, un arma de guerra altamente poderosa y letal que solo se vende a personas que trabajan en cuerpos policiales o en el ejercito y que no puede ser transportada entre países sin un permiso especial del país de venta y del país receptor del armamento, lo mismo ocurre con sus municiones.

Aquí una breve reseña de la M16:

El M16 (oficialmente Fusil, Calibre 5,56 mm, M16) es la designación de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos para el fusil AR-15, credo por la empresa Colt. El M16 dispara cartuchos5,56 x 45 OTAN. Entró en servicio con el Ejército de los Estados Unidos y fue desplegado por primera vez para las operaciones de guerra de jungla en Vietnam del Sur en 1963, convirtiéndose en el fusil estándar de la Guerra de Vietnam de las fuerzas militares estadounidenses en 1969, reemplazando en ese papel al fusil M14.

El M16 ha sido ampliamente adoptado por ejércitos de todo el mundo. La producción total de fusiles M16 desde el inicio de su diseño es de 8 millones aproximadamente, siendo la arma más producida de su calibre.

Como si fuese poco, los presos no creen que tener un arma de esta potencia y calibre es suficiente… Razón por la cual cuentan -adicionalmente- con un accesorio conocido como «Drum Magazine» (Magazine de Tambor). Este accesorio le otorga a la M16 un arsenal adicional de hasta 100 proyectiles.

El precio de esta arma en el mercado negro puede exceder los 30 mil dólares (U$), mientras que legalmente -con permisos- puede venderse por 25 mil dólares (U$).

Solo se me ocurren dos industrias capaces de pagar por armas de ese nivel narcotráfico y secuestro, adicionalmente solo veo una manera de obtener, comprar y transportar un arma de este calibre y porte: amparado bajo algún organismo gubernamental (cuerpo policial o entidad militar).

Lamentablemente muchos de los reclusos están inclusive mejor armados que la propia Guardia Nacional. Ayer veía en televisión como presos sometían a GNs para que dejaran entrar una «vaca entera» al penal mientras el comando de la Guardia Nacional se arrodillaba ante las exigencias de los delincuentes por encontrarse en desventaja -tanto en números como en fuerza- y los complacían dejándolos hacer prácticamente lo que les daba la gana.

Aunque el problema tiene un aspecto mucho más macro (no se cumplen los plazos de presentaciones ante los tribunales, no se siguen los procesos debidos, no existe un verdadero control en los puntos de entrada a los penales, las instalaciones no están debidamente diseñadas, existe una sobre población de reos, etc, etc, etc) y viendo que su solución no está únicamente en el uso de la fuerza bruta -énfasis en lo de bruta- no nos queda sino pedir la destitución de Iris Valera, Ministra del Sistema Penitenciario, ya que llegando casi a su primer año en el cargo ha sido ineficiente e irresponsable en el cumplimiento de sus labores y en la búsqueda de una solución al problema penitenciario.

Creo que su renuncia no sería suficiente para los familiares de las víctimas fallecidas en cada uno de los motines del sistema carcelario en nuestro país (incluyendo a las víctimas de «balas frías»), una recompensa justa sería el encarcelamiento de la ministra en alguno de los penales que se encuentran bajo su custodia, perfecto para que viva en carne propia el dilema diario de un preso y se de cuenta de su incapacidad en el cargo mientras paga su condena.

Esto no sería simplemente un pensamiento, sino una realidad en cualquier país con un sistema judicial limpio, justo, pronto y desligado a la política partidista. Se necesita una solución apresurada y adecuada a la realidad de los que más sufren: los presos y sus familiares. Pero Venezuela es un país atípico… Donde las armas en las cárceles están en manos de los presos y no de sus cuidadores y donde la justicia está a la orden del Presidente y no de su gente.

Copio el artículo de nuestra colega Thabata Molina de El Nacional sobre los pagos de los familiares a pranes, custodios y Guardias Nacionales para resguardar la vida de algunos reclusos. Inclusive se toca el tema de la compra de armamento por parte de los reos.

 

Hasta Bs 1.000 semanales gastan familias de presos por mantenerlos vivos

Thabata Molina

El negocio de las armas, droga y privilegios le puede reportar al pran hasta 10.860.000 bolívares anuales Video Infografía: El negocio del pran

«Yo voy a la visita 3 veces a la semana y gasto hasta 1.000 bolívares con todas las cosas que pagamos, sólo para que mi novio pueda vivir allí lo mejor posible», relató Vanesa Palacios, novia de un recluso de Rodeo I.Para ella y su familia la jerga penitenciaria se ha convertido en parte de su vida, y asumen que allá dentro se paga hasta para tener el derecho de vivir. El negocio está compuesto por una cadena de corrupción entre guardias nacionales, custodios de la Dirección de Servicios Penitenciarios del Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia y los líderes de los «carros» de cada sector del penal.Un informe elaborado por los funcionarios de este ministerio indica que un «pran» puede ganar anualmente hasta 10.860.000 bolívares, producto de los negocios que maneja, pues al final toda la economía penitenciaria gira en torno a lo que el líder permite.Por la vida. Cada recluso paga, sólo por el derecho de vivir dentro del área de poder de algunos de los «carros», entre 50 y 130 bolívares semanales. A esta especie de alquiler se le conoce como «causa». Este cobro le puede generar al «principal» un ingreso anual de 4.860.000 bolívares, si se multiplica por un aproximado de 1.500 reclusos que en promedio es lo que controla cada líder.Pero, además, el pran está en capacidad de someter a un selecto grupo de reos, que por lo general son los que tienen, tal vez, un poco más de poder adquisitivo o que han tenido algún problema con otro recluso, y necesitan protección extra. Esta cuota la llaman «terror base», que no es más que una especie de impuesto o vacuna que cancelan los reos para no morir.El número de sometidos puede llegar a 50 reclusos que pagan entre 4.000 y 10.000 bolívares cada 2 meses, únicamente para que no los maten. Por concepto de terror base, el pran y su carro pueden percibir hasta 2.400.000 bolívares anuales.Privilegios. «Los privilegios se pagan caros. Por lo general es preferible comprar las cosas dentro y no intentar meterlas con la Guardia Nacional o los custodios, porque puede generar más gastos y problemas con el pran», señaló Palacios, que enumeró algunas de las cosas que venden dentro del penal.

«Por un aire acondicionado te pueden cobrar hasta 4.000 bolívares, pero, en cambio, sólo por meter un televisor plasma, 2.000 bolívaresUna botella de ron puede costarle a un preso 400 bolívares, pero obviamente allá dentro todo es mucho más caro: un perrocaliente son 20 bolívares, las hamburguesas 60 bolívares, las consiguen cuando hay pernoctas», agregó.

Otras de las decisiones relevantes que dependen del pran es quién portará las armas de fuego. El líder establece las tarifas de venta. Por una pistola el precio base es de 300 bolívares, pero también decide si la vende o no, pues no se puede arriesgar a que los reos se armen, se organicen y monten su propio carro, por tanto, sólo su gente de confianza tendrá armas.

El principal las negocia externamente con la Guardia, específicamente con los grupos comando que entre ellos se llaman «compañeros de armas».

«Es preferible pagar por el arma al pran y no transarse con la GN, porque si el principal se entera le puede costar hasta la vida al preso», expresó Palacios.

Aclaró que las armas más potentes son exclusivas para los «luceros» y demás miembros del carro.

Aquí una infografía de El Universal sobre el rentable negocio de abastecer a una cárcel: