La gaita zuliana es declarada Patrimonio Cultural de Venezuela - Runrun

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El diputado ante la Asamblea Nacional (AN) por el Sur del Lago, Freddy Paz, informó este jueves que la Asamblea Nacional (AN) aprobó por unanimidad declarar la Gaita, género musical del Zulia, como Patrimonio Cultural de Venezuela.

Paz aseveró que la aprobación fue hecha tanto por toda la bancada del Psuv como la de la MUD.
El Zulia celebra la distinción y a manera de historia, PANORAMA les ofrece datos sobre el origen de este rico género musical.

Un manuscrito fechado el 25 de abril de 1660 (para otros cronistas data de 1689) titulado «Glorioso San Sebastián», constituye el testimonio más antiguo que se tiene sobre la gaita.

El hallazgo de este documento lo realizó el profesor Agustín Pérez Piñango, en el antiguo convento de San Francisco, situado en el centro marabino, dentro de un cofre de madera, escondido en una pared.

Pérez Piñango entregó el cofre al Ejecutivo estatal y en retribución al hallazgo le fueron dados los manuscritos. A su vez, Pérez Piñango le dio los documentos a un familiar y estos, lamentablemente, se perdieron.

En su libro «Hablemos de gaitas y gaiteros», Humberto «Mamaota» Rodríguez citaba a Alfonso Huerta Bracho quien le habló sobre una versión sobre el nacimiento de la gaita.

De una información documental que halló Huerta Bracho se desprende que «la gaita nació el 4 de diciembre de 1782 en el Cantón de Gibraltar (Zulia), como canto de protesta que el negro esclavo Simón Chourio y su hermana María Dolores iniciaron contra sus amos. Los versos encendidos de los negros molestaron tanto a los españoles que muchos de los cantantes fueron flagelados».

La expresión gaita, etimológicamente es un derivado del gótico «gaits» que significa «cabra», «un préstamo lingüístico realizado a la música por la asociación que supone la confección del saco (hecho de piel de cabra) utilizado como fuelle en el instrumento del mismo nombre.

Rafael Salazar, en su libro Música y Folclore de Venezuela, apunta que en el instrumento gaita, al fuelle se le adhiere un portavientos o tubo por donde se sopla, provisto de una válvula que cierra el aire en el depósito, «uno o dos roncones sin agujeros que quedan a la espalda del músico un pequeño roncón, con agujeros, que permite ejecutar la melodía de acuerdo con el juego de aberturas y cierres que se hagan con los dedos».

En España se conocen dos tipos de gaitas: la gallega o gaita propiamente dicha y la zamorana.

Los antecedentes primarios de este género musical atestiguan su origen afroamericano. Se llamó, indistintamente, gaitas a diferentes aires musicales indígenas y mestizos, donde destacaban el sonido de las flautas, acompañados de tambores y maracas.

Aquiles Escalante, historiador colombiano, expresó que «los indios bailaban gaitas (gaita como tonada y danza especial) con dos gaitas (flautas dulces indígenas), dos tambores y una maraca»

A este tipo de gaita se le conoció como porro palitero, dado lo lento y al repique que se realiza sobre el arco de la tambora con los dos palitos, durante los estribillos.

Con esta relación de unidad de orígenes entre gaita y cumbia, Miguel Salazar, en su texto, da cuenta de una gaita, de Olimpia López, que dice: Una gaita de tambora/es un porro palitero/que nació de una cumbiamba/en pueblos cimarroneros.

Para Humberto «Mamaota» Rodríguez, la gaita comenzó a escucharse después de la colonización española, los pobladores zulianos entraron a las iglesias y empezaron a escuchar los villancicos que se entonaban en fechas navideñas. Los curas abrían las puertas de los templos y la gente tuvo contacto directo sin esa música española, acoplándola -con el paso de los años- a la idiosincrasia de la región.

Piensa Rodríguez que primero se cantó gaitas a la Virgen de Chiquinquirá, a Santa Lucía, a San Sebastián, a los motivos navideños…y cuando la gaita se fue escapando de la iglesia, comenzó a escucharse la protesta, a hacer temas propagandas, a cantarle a personajes populares y del gobierno, se fue nutriendo, poco a poco, hasta ostentar la gama temática de hoy.

Los grupos gaiteros de antes los integraban familias, las cuales se daban a conocer por sus apellidos (Los Arrieta, Los Ocando, Los Robles, etc). Más tarde, pobladores de un sector se organizaban y si tenían por costumbre gaitear todos los años, la gente hacía referencia a determinado grupo relacionándolo con el nombre de algún local comercial, de allí se habla de la «cuerda gavilanera», grupo ligado a la tienda El Gavilán, o de la «cuerda pilonera», cuyos miembros vivían cerca de una casa donde pilaban maíz

Fernando Guerrero Matheus refiere que Maracaibo, hacia 1800, tenía unos 12.000 habitantes, pero ya se cantaba gaitas.

Existe un registro de la gaita entonada para recordar la Batalla Naval del Lago, del 24 de julio de 1823, cuyo estribillo dice así: Morales con su escuadrilla/ a Maracaibo tomó/pero luego al diablo vio/en el general padilla/que a laborde hizo tortilla/ya sus marinos osados/en su mayor parte ahogados/de tiburones hambrientos/fueron sabrosos bocados…

Guerrero Matheus asegura que en 1877 se comenzó a cantar gaita en la iglesia de Santa Lucía, siendo el párroco Francisco Delgado.

Por su parte, el historiador Raúl Aragón, autor del libro La gaita zuliana, desmiente que la gaita haya nacido en El Empedrao. Cuenta que el templo luciteño fue bendecido el 30 de enero de 1881y se conocen muchas gaitas anteriores a esa fecha. Antes, a Santa Lucía le cantaban sus devotos y piragüeros. El padre José Tomás Urdaneta no era antigaitero sino que salió contra este ritmo pues habían cánticos dedicados a la Virgen que rayaban en lo chabacano.

«Mamaota» Rodríguez afirmaba que la evolución de la gaita aquí en Maracaibo comenzó a darse en 1890. Una de las primeras gaitas, según la historia, se la compuso el pueblo a José Tomás Morales, que era en forma de coplas.

Después de un letargo, la gaita comenzó a salir de su letargo en 1900. «Empezó la promoción en gaita de las Fábricas de Cigarrillos que tenían su asiento en Maracaibo, como La Flor de la Habana, Mascota, La Estrella de Cuba, Indio Mara y otras que fueron clausuradas en 1906, para formar un monopolio de las mismas en Caracas y Valencia. De ahí en adelante, sólo en 1914, cuando la primera guerra mundial y la gripe española, sonaron dos gaitas que causaron furor, una decía:

«Allá viene el hidroavión/que es el que nos va a llegar/pues la gripe va a acabar/con toda la población/pidámosle a Dios perdón/no vamos a fracasar».

Rodríguez llegó a afirmar que a partir de ese momento no se conocen otras gaitas que hablen de algún suceso nacional.

Dos años más tarde, revela el cronista de la gaita, se hicieron temas a los rones, cigarrillos y hasta piraguas. Un gaita que sonó muchísimo, acotaba Rodríguez, fue la de Marcial Valbuena, quien homenajeó a Ana María Rodríguez, primera mujer en graduarse de médico en el país.

La gaita se dio a conocer y a divulgarse de manera definitiva después que cayó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

Para 1958 apenas existían cuatro o cinco conjuntos gaiteros que se disputaban la participación en diferentes actividades.

Desde 1959 y gracias a los conjuntos Cardenales del Éxito y Rincón Morales, la gaita se dio a conocer en todo el país.

Señalaba el cronista de la gaita que la reina del folclor zuliano, a partir de los años 60, logró apoderarse de la capital, «silenciando» los villancicos y aguinaldos en la época navideña.

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