Maduro conmemora el primer año de la muerte de Chávez con una Venezuela en crisis económica y social - Runrun

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El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, conmemorará este miércoles el primer aniversario de la muerte del “comandante” Hugo Chávez en medio de la tensión social generada por las protestas contra su gobierno, que en casi tres semanas han dejado 18 muertos, más de 250 heridos y cientos de detenidos.

Apenas ayer, decenas de personas encabezaron una marcha opositora en Caracas. Con los rostros estampados en pancartas de los fallecidos en hechos relacionados con las protestas, manifestantes recorrieron las calles de la capital venezolana.

Los actos para recordar al mandatario bolivariano, quien murió debido al cáncer el 5 de marzo de 2013, se concentrarán en el llamado Cuartel de la Montaña, un museo militar cerca de la casa de gobierno donde reposan los restos de Chávez.

Maduro dijo que las conmemoraciones se prolongarán por 10 días, con todos los entes oficiales aportando su participación en los actos. Chávez murió a los 58 años y su partida dejó a los venezolanos más divididos entre partidarios y opositores del gobierno, con dudas sobre su fallecimiento e incertidumbre respecto al vacío de su liderazgo.

Este 5 de marzo, los venezolanos vendrán de un largo feriado de seis días, que Maduro decretó en un intento por desmovilizar las protestas contra su gobierno, encabezadas por estudiantes universitarios que reclaman que el gobierno atienda la inseguridad, la inflación y la escasez en los mercados.

Las manifestaciones comenzaron el 12 de febrero, cuando una marcha opositora llegó a la Fiscalía General y derivó en violencia, dejando tres muertos y más de 60 heridos. Luego de casi tres semanas de desórdenes, el saldo ha aumentado.

Las protestas se propagaron luego de la represión de la Guardia Nacional (policía militarizada) y la actuación de grupos armados afines al gobierno, llamado colectivos.

El gobernante convocó una conferencia nacional por la paz para terminar con las manifestaciones, pero la oposición reunida en la alianza Mesa de Unidad Democrática (MUD) se negó a participar, al considerarla un “simulacro” de diálogo.

Antes, había acusado a la oposición de promover la violencia con el fin de promover un golpe de Estado a través de la desestabilización, con el apoyo de Estados Unidos.

Asimismo, Maduro defendió la agresiva actuación de las fuerzas del orden en las tareas para contener las protestas, en medio de acusaciones de organizaciones no gubernamentales de violaciones a los derechos humanos.

La MUD exigió establecer una agenda para el diálogo, en la cual se considere la liberación de los detenidos en las protestas, el desarme de los grupos radicales afines al gobierno y, sobre todo, bajarle el tono al discurso oficial, mediante el cual se acusa a los opositores de “golpistas” y “antipatrias”.

INCERTIDUMBRE ECONÓMICA

Hace un año, el país estaba paralizado por la incertidumbre, en medio de informes contradictorios del gobierno sobre el estado del mandatario.

“Recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitir a nuestro pueblo. A las 4:25 de la tarde (20:55 GMT) de hoy ha fallecido nuestro comandante presidente Hugo Chávez”, señaló Maduro, quien entonces ocupaba el cargo de vicepresidente.

Cinco semanas después, el país votó para elegir al sucesor de Chávez y Maduro superó por un escaso margen, de 1.5 puntos porcentuales, al opositor Henrique Capriles.

El analista de opinión pública Luis Vicente León, de la firma encuestadora Datanálisis, alertó que a un año de la muerte de Chávez la economía está “crítica y el entorno es muy negativo”.

Agregó que el carisma de Maduro es inferior al de Chávez, su control interno es más difícil y su “volátil” popularidad genera menor margen de maniobra para pedir a la población sacrificios y además tiene una mayor dependencia del sector militar.

Maduro aumentó la presencia de los militares en el gobierno y ha amenazado en repetidas ocasiones a la oposición con ampliar sus acciones legales. Ya ordenó encarcelar al dirigente Leopoldo López, a quien acusó de organizar y financiar las protestas.

Además, amenazó con aprobar una ley para castigar “severamente” a los opositores que manifiesten “odio e intolerancia” contra las familias chavistas.

Según dijo, su propuesta busca “reeducar” a los opositores que han sido “inyectados de odio” por sectores “fascistas” de la oposición que, según afirma, dirigen una conspiración para derrocarlo.

Maduro ostenta los poderes especiales que le otorgó la Asamblea Nacional (Congreso), con la cual podrá legislar por decreto hasta octubre próximo y sus primeras medidas estuvieron dirigidas al campo económico.

El intelectual alemán Heinz Dieterich, ideólogo del llamado socialismo del siglo XXI, señaló que el destino del gobierno de Maduro depende de su capacidad de adecuar el modelo político-económico heredado de Chávez a las condiciones actuales de Venezuela y América.

“La pregunta decisiva es si el gobierno de Maduro tiene la capacidad de innovar el sistema heredado o no. Ahí se decide su destino”, señaló en una entrevista con la prensa venezolana.

Mientras avanza la inestabilidad política, Maduro trata de apagar el fuego en el flanco económico con más controles de precios y a las ganancias de los empresarios, con lo que espera reducir la cifra del 56,2 por ciento de inflación que se registró en 2013.

El gobernante aprobó una reforma de la Ley de Ilícitos Cambiarios que prohibía publicar el cambio en el mercado paralelo. Tras la decisión, Venezuela cuenta con cuatro tipos de cambio, desde el mínimo de 6,30 bolívares por dólar hasta un máximo en el mercado negro de 81,00.

Los especialistas alertan sin embargo de que el problema cambiario, después de 11 años de controles, es apenas uno más en una economía con graves trastornos.

EL LEGADO DE CHÁVEZ

“Chávez vive, la lucha sigue” es el lema oficial del gobierno del Presidente venezolano Nicolás Maduro, que se proclama desde en los cuarteles hasta en las reuniones del gabinete del Ejecutivo.

En los escenarios públicos abundan los afiches y fotografías de Chávez, los actos oficiales se inician con el himno nacional grabado en la voz del “comandante” y Maduro sigue autocalificándose como el “hijo” de Chávez.

En sus episodios de misticismo, Maduro ha exaltado la memoria “eterna” del comandante. “Cristo redentor se hizo carne, se hizo nervio, se hizo verdad en Chávez. Hugo Chávez, en el encuentro que tuvo con este mundo, se encontró con los valores de Cristo y se compenetró con sinceridad de corazón con los valores de nuestro redentor, el Cristo de los pobres, el Cristo de los humildes, el que vino a proteger a los que nada han tenido”, dijo en una de sus últimas visitas al Cuartel de la Montaña.

El gobierno que lo sucedió tras 14 años de mandato de Chávez alega ser heredero del líder y de sus tesis sobre el socialismo del siglo XXI. Sin embargo, está lidiando con escenarios distintos a los que enfrentó el fallecido mandatario, incluyendo el deteriorado cuadro económico.

Maduro comparte el mando con un liderazgo “colegiado”: junto al presidente de la Asamblea Nacional (Congreso), Diosdado Cabello; el canciller Elías Jaua y el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez.

Siguiendo la tendencia de años anteriores, Maduro amplió la presencia de los cuadros militares en el Ejecutivo, dejando a sus generales el manejo en áreas clave de la economía.

Aunque organizaciones no gubernamentales pidieron investigaciones imparciales sobre los hechos con víctimas mortales, Maduro se adelantó en la defensa de la Guardia Nacional (policía militarizada) como la fuerza que dirige las operaciones para contener los desórdenes.

La especialista en temas militares y portavoz de la organización no gubernamental Control Ciudadano Rocío Sanmiguel advirtió en su cuenta de Twitter que el país va “hacia un proceso de radicalización”. “Avanza el aplastamiento de la oposición en Venezuela”, alertó.

La activista denunció que el gobierno utiliza “falsos positivos” para achacar a la oposición los hechos violentos que han ocurrido en el país desde el 12 de febrero.

Dijo que la estrategia del gobierno para inculpar a los grupos opositores ha generado “serias dudas” respecto a los responsables de los incidentes violentos.

“Ante los hechos ilícitos que ocurren, uno se pregunta por qué el gobierno no los impide y por qué no detiene a los que los provocan. En la teoría de los falsos positivos se ponen en relieve hechos que se les atribuyen a un bando contra otro”, dijo a dpa.

Maduro acusó al dirigente opositor Leopoldo López de haber organizado y financiado las protestas y de inmediato un tribunal ordenó su detención. López se entregó voluntariamente a las autoridades y ahora enfrenta varios cargos por su desafío al gobierno bolivariano.

Capriles advirtió que para calmar los ánimos en el país Maduro debe propiciar un diálogo sincero y fijar una agenda para la paz.

“El gobierno debe cesar la represión de los manifestantes y las torturas, debe detener la violación de los derechos humanos. ¿Dónde están los responsables de los abusos cometidos durante las protestas? El paso no es llamar a dialogar, sino dar verdaderas muestras de que hay voluntad para responder a los reclamos”, indicó.

Señaló que lo primero que debe hacer el gobierno es liberar a los presos por causas políticas y desarmar a grupos radicales que dicen ser defensores de la revolución bolivariana.

“Tenemos que seleccionar un mediador para el diálogo que represente al país entero y no a una parcialidad. Nosotros creemos que podría ser la Iglesia Católica, porque tiene la capacidad de convocatoria y la representatividad para ser una instancia que convoque al diálogo en el país”, destacó.

FUENTE: Sin Embargo