La Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales refieren que seis semanas después de reunirse con el gobierno no han recibido respuestas concretas sobre sus planteamientos.
La Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales (AVCH) expone la grave crisis en la operatividad de sus 208 instituciones afiliadas que de no ser reconocida y atendida debidamente por el Ejecutivo puede traer consecuencias lamentables como algunas complicaciones y hasta el decesos por no poder ser atendidos con la calidad, seguridad e insumos para satisfacer el derecho a la salud.
“(…)Seis semanas después de reunirnos con el gobierno no han recibido respuestas concretas a ninguno de los puntos planteados lo cual nos obliga a alertar sobre la crítica situación y la incertidumbre que vive la salud en el país”, refieren en un comunicado.
Aseguran que cada día que pase sin resolver la situación actual “es un día más que muchos venezolanos enfermos continúan sin recibir sus tratamientos adecuados agravando el pronóstico de sus padecimientos”, agregan.
Reiteran su disposición de contribuir con la búsqueda de soluciones. “Las clínicas no somos el problema sino parte de la solución, pero para esto necesitamos sobrevivir como sector”.
Indican que la disminución progresiva en la calidad del servicio en las clínicas privadas es consecuencia de escasez y suministro irregular de insumos, medicinas, material médico-quirúrgico, equipo médicos y repuestos.
“905 de ellos importados, productos de las dificultades para la obtención de divisas y el retraso de los trámites de importación por parte de los proveedores. Las clínicas no importamos directamente, adquirimos nuestros insumos en el mercado nacional a precio establecido por la cadena de comercialización, siendo el eslabón final que presta el servicio padeciendo junto con los pacientes las consecuencias del agotamiento progresivo de los inventarios”.
Refieren que para el 26 de marzo, “de 239 elementos analizados 194 están en falla absoluta y 45 en falla critica. Faltan desde medicamentos y guantes hasta válvulas cardiacas, desde inyectadoras hasta sondas, catéteres y suturas, situación en extremo grave por las implicaciones que tienen en la atención de los enfermos”.
Indican que la saturación de pacientes con servicios de emergencia congestionados sobrepasando la capacidad de atención también incide en la disminución de la calidad de servicio, punto al que agregan la regulación de precios sin toma r en cuenta las estructuras de costos “de nuestras instituciones ni la inflación ni la devaluación obligándonos a cobrar precios por debajo de los costos”.
