Las tradiciones navideñas serán difíciles, pero no imposibles de llevar a cabo en este 2016. Una acelerada inflación ha hecho que el venezolano desplace o modifique las costumbres típicas en esta época del año, el alto costo de la vida no ha permitido que la familia pinte la casa, haga hallacas en conjunto o monte un arbolito.

Aquí les ponemos algunas tradiciones de navidad o fin de año para que usted decida si está en condiciones de llevarlas a cabo todas, algunas o ninguna. Su cartera tendrá la última palabra.

Las doce uvas

Cerca de las doce de la noche del 31 de diciembre se acostumbra engullir doce uvas, una por cada campanada. Pero con el kilo de uva a 16 mil bolívares (roja) y 19 mil (verdes) no será fácil llevar a cabo este ritual que viene de España y se ha propagado en Latinoamérica. Ni siquiera se pueden reemplazar las uvas por mamones, porque no es temporada, además correría el riesgo de atragantarse y pasar las fiestas en la emergencia de una clínica.

Lentejas 

La costumbre de la ingesta de lentejas en Nochevieja es tan antigua como la de las doce uvas, viene también del Viejo Continente y hay dos versiones de su origen, algunos dicen que la gente en la Edad Media solía regalar una bolsa con estos granos en señal de abundancia otros afirman que era lo único caliente que podía consumir la gente con escasos recursos en invierno, lo certero es que en Venezuela el kilogramo de este alimento está por el orden de los 8 mil bolívares por kilo.

Misa de Gallo

Estas celebraciones de la iglesia católica tienen lugar muy temprano en la mañana, anteriormente desde las 5 am, la familia venezolana acudía a capillas en toda Venezuela, sin embargo los sacerdotes se vieron en la obligación de subir la hora en vista de la inseguridad. Y es que no está fácil estar transitando antes del amanecer por la calles de Caracas u otra ciudad del interior. Bien sostienen los curas que Dios dijo «Cuídate que yo te cuidaré».

Patinatas 

En el populoso sector de La Pastora en Caracas eran tradicionales las patinatas con niños, adolescentes y alguno que otro adulto. Asimismo en la avenida Bella Vista y en El Saladillo en Maracaibo, pero con un patín en línea a un precio cercano a los 250 mil bolívares y patinetas que oscilan entre 20 y 50 mil bolívares, probablemente los pequeños de la casa opten por quedarse en el hogar. Aunado a los elevados costos hay que agregar el mal estado de las vías y el hampa desatada.

Salir con las maletas 

Algunas personas acostumbran agarrar maletas, bolsos y maletines en Nochevieja para salir a pasear por las calles en procura de viajar el año siguiente. Pero cada vez se hace más cuesta arriba tomar un avión. La Asociación Venezolana de Mayoristas y Empresas de Representación del Turismo reportó en el último trimestre una caída en la venta de boletos aéreos que alcanza el 75%. 987 mil bolívares costaba un boleto a Miami a principios de diciembre, 700 mil a Buenos Aires y 393 mil a Bogotá. Para la mayoría la única opción es viajar a través de la televisión o internet.

Ropa interior amarilla

Cuenta la leyenda que ponerse ropa interior amarilla para recibir el Año Nuevo tiene que ver con el color del sol, el elemento más noble que representa la riqueza. Por ello, el amarillo significa energía, abundancia y también fecundidad. Una buena pantaleta podría costar entre 10 y 20 mil bolívares, aunque hay opciones más económicas, pero con una durabilidad probablemente inferior. Unos interiores para caballeros están entre 5 y 10 mil bolívares. Así que a ponerse los «viejitos», sino es que ya están blancos de tanto entrar y salir de la lavadora.

Pintar la casita

Las brochas parece que se quedarán secas en esta ocasión, un galón de pintura cuesta alrededor de 25 mil bolívares y un cuñete está por el orden los 60 mil.

Estrenos

Atrás quedó esa época donde los venezolanos inundaban los centros comerciales en busca de los estrenos de Navidad. Ahora la realidad es distinta y quienes persiguen ofertas acuden a los mercados populares. Un pantalón Levi’s cuesta entre 60 y 120 mil bolívares, una camisa 15 mil, una blusa 12 mil, un conjunto femenino 18 mil, una guayabera 27 mil y la ropa de niños de 7 mil 500 hasta el infinito y más allá.