#MonitorDeVíctimas Cada tres días una mujer fue asesinada en Caracas en 2017
Cada tres días una mujer fue asesinada en Caracas en 2017

Han pasado 47 días desde que Danyerlin Josefina ya no está en la casa de que su madre, Luz María Heredia. Familiares dicen aún despierta de madrugada para llamar a su hija de 14 años, todavía le prepara el desayuno y le arregla el uniforme para que vaya al liceo. La adolescente fue asesinada en la comunidad donde residía por un vecino a quien todos frecuentaban.

Su homicidio consternó al sector El Cardón de Carapita en Caracas, el 15 de octubre de este año, al punto de que la ira e indignación fue el motor que llevó a los vecinos a desvalijar y demoler la vivienda de Rigoberto Enrique León, de 36 años de edad, señalado por el crimen.

Pese a que este hombre fue detenido por las autoridades y es procesado por los delitos de homicidio y violación, además de que sus vecinos aplicaron la mal llamada “justicia social”, para Luz María ningún tipo de justicia es suficiente, porque “nada me la va a devolver. Esto marcó mi vida para siempre“, manifestó con la mirada perdida.

233 mujeres víctimas

Esta es la cantidad de víctimas de femicidios ocurridos en Venezuela en los último dos años. Fue en 2014 cuando el delito fue tipificado e introducido en las legislaciones penales. Los informes de 2015 y 2016 del Ministerio Público, único ente que revela estas cifras, señala además que otras 189 venezolanas estuvieron a punto de ser asesinadas solo por su condición de mujeres.

En lo que va de 2017, registros periodísticos han tomado nota de 114 casos de mujeres asesinadas en la Gran Caracas, mientras que el Monitor de Víctimas ha podido archivar los casos de 40 víctimas de homicidio, solo entre mayo y noviembre de este año. Al menos, nueve de ellas entran en la categoría de violencia de género. Una es Danyerlin Josefina Heredia Salavé.

Esta estadística pone a Venezuela dentro de la lista de las 15 naciones con más femicidios del mundo, según la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La reforma a la Ley sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia, promulgada hace tres años, abrió paso para la clasificación del femicidio en tres tipos y estableció penas para cada uno de ellos.

“El femicidio, tal y como corrientemente se lo ha denominado, deduce un conjunto de hechos impulsivos o violentos, misóginos contra las mujeres, que no solo atentan contra su seguridad e integridad personal, sino que degeneran en su muerte. El femicidio es el homicidio de una mujer, cometido por un hombre, por motivos estrictamente vinculados con su género (entiéndase: por el simple hecho de ser mujer)”, se lee en la exposición de motivos de este texto legal.

Aquellas personas que hayan cometido un femicidio pueden ser condenadas a 20 años de prisión hasta 30 años (máxima pena en Venezuela). La pena va a depender del grado de vinculación o motivo por el que se cometió el crimen: si es su pareja o expareja; si se valió de una relación laboral, académica, profesional o cualquier otra que implique confianza, subordinación o superioridad; el acto se haya cometido en menosprecio del cuerpo de la víctima o para la satisfacción de instintos sexuales; o cuando el acto se haya cometido en la trata de mujeres, niñas y adolescentes o redes de delincuencia organizada.

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Doble dolor

“El Cicpc me culpó por el asesinato de mi hija“, recuerda Luz María del día en el que vio la cara del presunto asesino de Danyerlin Josefina.  Dice que en las oficinas del Cuerpo de Investigación Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) los funcionarios la acusaron de no haber hecho lo suficiente para evitar el homicidio. Ahora ella se pregunta si ellos tienen razón.

Desde los 13 años, la adolescente le había comentado a su madre que se sentía intimidada por los “piropos” que recibía de León, quien es mayor que ella por 22 años. “Estás bonita”, “Tienes unas bonitas piernas“, “Buen trasero” eran algunas de las frases que él solía decirle a Danyerlin y a otras vecinas del sector.

Estos comentarios llevaron a Luz María a sostener en tres ocasiones una discusión con el hombre, una de ellas por un reclamo de la pareja y madre de las dos hijas de León. “No sé si tuve que ser más fuerte con él, yo le pedí que dejara de decirle esas cosas a mi hija porque ella era una niña. Él solo se reía y aseguraba que era echando broma”, reflexionó la madre.

La familiaridad con la que era tratado León en la comunidad era tal, que muchas mujeres del sector El Cardón solían reunirse con él e incluso Luz María aceptaba montarse en su moto para trasladarse a lugares cercanos en Carapita. Movilizándose con él sufrió un accidente que lesionó su pierna izquierda y es la razón por la que debe usar bastón a sus 43 años de edad.

“Jamás le vimos una mala intención. Era un muchacho que se crió aquí, que compartía con nosotros”, aseguró Ales Heredia, hermana de Luz María.

El viernes 13 de octubre, Danyerlin salió de su casa para visitar a su abuela, en una residencia que está a menos de 50 metros de distancia. En el camino se topó con León, quien se encontraba en la puerta de su vivienda. Al parecer, éste la golpeó y la obligó a entrar.

En la noche, la búsqueda de la adolescente comenzó y terminó el domingo 15 de octubre cuando sus tías encontraron en la avenida principal de El Cardón una bolsa negra. Dentro estaba el cuerpo sin vida de Danyerlin Josefina.

Los médicos forenses determinaron que la muerte de la niña fue causada por tres puñaladas en el pecho. El cadáver además fue sometido a tratos crueles como violación y quemaduras con químicos en rostro y partes íntimas, según declaró Eduardo Benítez, actual pareja de Luz María. El velorio de la adolescente fue con la urna cerrada.

La familia Heredia llora todavía la muerte de la adolescente, a quien catalogaron como dicharachera y colaboradora. Sueñan con Danyerlin Josefina todavía. En este grupo hay 14 mujeres de tres generaciones distintas y todas tienen miedo a andar solas. Su misión ahora es apoyar a Luz María para que “Rigoberto sea trasladado a una cárcel”.

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Estatus del caso

Martes y viernes son los días que Luz María dedica para revisar qué ha hecho sobre el caso la fiscal 107° con competencia en la protección de los niños, niñas y adolescentes.

Para esto debe bajar 50 escalones con su lesión en la pierna y luego subir otros 50 más, aproximadamente, tomar un transporte público hasta la estación del Metro Carapita, trayecto que le quita 30 minutos de su tiempo. Otros 30 minutos más, si no hay retraso, debe invertir para llegar hasta la estación Parque Central donde en al menos dos horas más es atendida por la fiscal del caso.

El dinero que usa para esta diligencia proviene de su pareja y hermanas, porque desde que su hija fue asesinada, ella dejó de trabajar. Sus otros cinco hijos viven con parientes y su padre.

Su última visita fue el 23 de noviembre, fecha en la que la abogada le señaló que el próximo martes se realizaría una audiencia para presentar las pruebas anticipadas.

Según la legislación venezolana, la fase de investigación dura 45 días después de que un detenido es presentado en tribunales. Si esto se cumple, la primera semana de diciembre el Tribunal 1 de Control del Área Metropolitana de Caracas debería revisar nuevamente el expediente de León en una audiencia preliminar.

Mientras tanto, el presunto asesino está recluido en la sede del Cicpc de la avenida Urdaneta en Caracas; según Luz Marina, otros 11 denunciantes aseguran que fueron víctimas de acoso y abuso sexual por parte de este hombre; y ella solo vive para llevar a la cárcel a León.

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