El homicidio es el delito más común en el estado Táchira
El homicidio es el delito más común en el estado Táchira

LA VIOLENCIA INTERPERSONAL Y LA CONSECUENTE ruptura de la convivencialidad son los dos ejes temáticos a través de los cuales giran las reflexiones condensadas en el Documento 8 del Observatorio Social del estado Táchira: “El Táchira en cifras 2016”. La investigación emprendida por la institución, parte de la Universidad Católica del Táchira (UCAT), busca multiplicar la reflexión sobre el tema de la violencia en la entidad para así contribuir a la creación de una sociedad fronteriza más humana, digna y habitable.

Cifras de violencia interpersonal en el estado, análisis de la violencia en la frontera Táchira-Norte de Santander, el derecho a la cultura como respuesta a la violencia en la ciudad, y la gobernanza como estrategia para superar la violencia interpersonal, son algunos de los temas desarrollados por los nueve autores de la investigación.

El trabajo se realizó a través de una alianza entre el Observatorio Social de la UCAT, el Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO) y el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), instituciones que coordinan, desde el año 2007, el Observatorio de Prensa del Estado Táchira (OVV- Táchira) dedicado al registro de todos los hechos de violencia interpersonal reseñados en medios regionales.

La violencia en cifras

Dentro de los datos contenidos en el documento destaca que en Táchira se registraron 616 sucesos de violencia interpersonal durante 2016, siendo el homicidio el delito más cometido, con un 49,1% de los datos válidos, seguido por los robos (22,5%).

La mayoría de víctimas (25,6%) y victimarios (33,1%) tienen edades comprendidas entre los 20 y 24 años. Por otra parte, el tipo de arma más utilizado para cometer delitos en la entidad, durante 2016, fue el arma de fuego (79%). Resalta, además, que la causa protagonista de los sucesos fue el robo (34,9%), seguido por el sicariato (27,6%).

El tipo de violencia con mayor registro fue delincuencial (78,5%), seguida por la policial (9,4%), intrafamiliar (3,8%), linchamientos (1,8%), de grupos irregulares (1,3%), pandillera (1,2%) y organizada (1,2%). Todos datos recabados gracias a la colaboración del Observatorio de Prensa del Observatorio Venezolano de Violencia-Capítulo Táchira.

Un desafío para todos

El deterioro social, su cohesión como comunidad de personas y la imposibilidad de crear una sociedad fronteriza más humana, digna y habitable son los principales problemas que se originan debido a la propagación de la violencia en la región, según el rector de la UCAT Javier Yonekura Shimizu. “En el caso del Táchira y su zona fronteriza con el Norte de Santander, el hecho de la violencia interpersonal se ha visto incrementado en los últimos años, por un complejo contexto social, relacional, político y económico que lo favorece y a su vez dificulta la búsqueda de soluciones inmediatas”, indica el presbítero en la presentación del texto.

La violencia interpersonal, para Yonekura, presenta un desafío prioritario que debe ser asumido por todos los ciudadanos, sobre todo por parte de quienes rigen los destinos sociopolíticos y económicos de la región: “Aun cuando las condiciones históricas sean las más complejas, y las necesidades básicas de la población crezcan exponencialmente en tal contexto, los principales enemigos de la acción acertada y eficaz en contra de la violencia, serán siempre la indiferencia, el desaliento, el conformismo, la resignación y la inacción”.

Incentivar el sentido de pertenencia a la comunidad donde se habita, promover una gerencia pública integrada por diversos actores y generar confianza en las instituciones son algunas de las soluciones, para mitigar la violencia interpersonal, planteadas en esta investigación. “El Táchira necesita de una gerencia pública integrada por diversos actores que desde acciones particulares generen alternativas en pro de la seguridad ciudadana”, indica Rina Mazuera, decana de Investigación de la UCAT.

“Es un deseo de la Universidad Católica del Táchira, contribuir una vez más con nuestra sociedad fronteriza, despertar la conciencia cívica y ciudadana a partir de los datos concretos sobre un fenómeno personal y social que, si no es tratado a tiempo, puede llevarnos a una situación lamentable de deterioro social e individual”, advierte el rector de la UCAT.