De la Andrés Bello a Altamira: Colectivos y represión obligaron a bajarle intensidad al segundo día de paro
De la Andrés Bello a Altamira: Colectivos y represión obligaron a bajarle intensidad al segundo día de paro

metras

Francisco Zambrano

@franzambranor

Paola Martínez

@mpaolams

La mañana de este jueves los vecinos de Las Palmas y La Florida no se encontraban protestando en el semáforo de la intersección entre la avenida principal del sector y la avenida Andrés Bello. Solo un grupo conversaba en una de las esquinas mientras patrullas motorizadas de la Policía Nacional Bolivariana circulaban y daban vueltas por la arteria vial.

Al parecer las denuncias de colectivos transitando la noche de este miércoles por la zona, aunado al constante ir y venir de la PNB blandiendo sus armas con perdigones y bombas lacrimógenas hicieron que más de uno optara por quedarse en casa y no salir a trancar.

A mitad de mañana, la Andrés Bello lucía con una especie de sábado, negocios abiertos, gente transitando y el Ministerio de Alimentación semidesierto, probablemente sus empleados estaban en la concentración madurista en la avenida Bolívar.

Frente a la Cantv, en la avenida Libertador, había un estacionamiento de autobuses y contados carros circulando.

Atravesando el río Guaire, en Colinas de Bello Monte la escena «kosoviana» continuaba este jueves. Barricadas por todos lados y gente resguardándolas. «Aquí nos vamos a quedar hasta que sea necesario», dijo Silvia Paz.

Metros más allá, vecinos denunciaron que en la noche del miércoles, efectivos de la Guardia Nacional les dispararon metras y balas desde la autopista. «Hay varios heridos, tuvimos que resguardarnos», sentenció un miembro de la comunidad que no quiso revelar su nombre.

Hacia Sabana Grande había un incremento considerable de gente caminando en dirección a Plaza Venezuela en comparación con el día anterior. Nuevamente los comercios tenían la santamaría arriba, pero casi nadie salía de ellos con una compra.

El centro comercial El Recreo era una fotografía del día anterior, con pasillos desolados y algunas tiendas cerradas, asimismo operaba el de Chacaito.»Mucha gente no vino a trabajar por lo del paro», se limitó a decir la vendedora de una zapatería.

Barricadas y calles desoladas 

El 27 de julio fue una replica del 26 en el este. Calles desoladas, comercios cerrados, ni una unidad de transporte público a la vista y barricadas en las esquinas. Sin embargo, mientras que el miércoles estaban cerradas tres de cuatro calles, este jueves las barricadas eran cada dos. La razón podría deberse a la fuerte represión que vivieron los manifestantes del sector en las primeras 24 horas del paro e incluso durante la mañana del segundo día. Si bien la cantidad de personas bloqueando las calles era menor, la afluencia de personas en la calle también lo era. Las agencias bancarias, al haber pagado pensiones el miércoles, no tenían colas desbordantes en sus taquillas y cajeros automáticos.

A la altura de la calle Elice, la Avenida Francisco de Miranda no exhibía los escudos ni las obras de artes que habían estado el día anterior, llevadas por miembros de La Resistencia y acompañados por vecinos de Chacao. La avenida en esa intersección no contaba con barricadas, aunque la Elice estaba cerrada a cada tantos metros con cordones y pancartas.

Unos metros más allá, en la intersección de la Miranda con la Libertador, justo en el puente en que falleció Neomar Lander el 7 de junio, múltiples cuerdas impedían el paso de lado a lado. Tanto jóvenes como adultos compartían café y refrescos mientras hacían el paro que termina el viernes a las 6:00 a.m. Sus barricadas, comentaron, habían sido destruidas por efectivos presuntamente del Sebin en la mañana. Además, denunciaron que cuerpos de seguridad se acercaron al lugar en una oportunidad y tomaron fotos.

Más abajo, en Bello Campo, los vecinos armaban las «guarimbas» que los cuerpos de seguridad destrozaron durante el miércoles y las primeras horas del jueves. «El Sebin pasó por aquí temprano y quitó todo, pero nosotros volvimos a armar la barricada» dijo una mujer que declaró haber cerrado su negocio y dedicarse a manifestar su descontento hacia el gobierno de Maduro.

Los destrozos en la zona, dejados por la batalla campal del día anterior que dejó más de cuatro heridos y un puñado de detenidos, eran visibles desde metros de distancia. Las pocas motos que recorrían las calles no se atrevían a pasar por miedo de que los escombros dañaran los neumáticos.

En Altamira, el distribuidor que desemboca en la Luis Roche continuaba trancado por la misma barricada del día anterior, la cual se veía quemada y deteriorada tras las 24 horas de paro. La represión que vivieron los manifestantes del sector los alejó de la calle en esta segunda jornada. Uno de los jóvenes que rápidamente arreglaba la barricada para volverse a resguardar comentó que en horas de la mañana un grupo de Policías Nacionales Bolivarianos (PNB) vestidos de civiles estuvo disparando a quienes salieron a protestar. Igualmente denunció que periódicamente se acercaban a tomar fotos, como Runrun.es pudo comprobar al ver una patrulla de PNB con celular en mano capturando el momento.

Tanto Los Palos Grandes como La Castellana mantuvieron sus calles cerradas de la misma forma en que lo hicieron las primeras 24 horas. Gente sentada en las aceras conversando y jugando poblaban varias de las principales avenidas de la urbanización, mientras otros buscaban escombros, muebles dañados, estructuras viejas y demás basura para poner en las esquinas y evitar el paso. A continuación presentamos unas gráficas comparativas de los días 26 y 27 de julio en los mismos puntos de protestas, juzgue usted y consiga semejanzas o diferencias.