Los alcaldes Gerardo Blyde, del municipio Baruta; Ramón Muchacho, de Chacao y David Smolansky, de El Hatillo, manifestaron su disposición de encargarse de los servicios de agua y electricidad, que en la actualidad son gestionados por las empresas estatales Hidrocapital y Corpoelec, respectivamente.

“Estaríamos dispuestos a asumirlo. Desde la Asociación de Alcaldes por Venezuela ya hemos solicitado esto por escrito. Claro, siempre que nos asignen los recursos necesarios”, dijo Blyde durante el “Conversatorio: gobierno local, espacio de resistencia”, realizado este miércoles en la Universidad Monteávila.

Muchacho respalda la propuesta, pero señaló que sería necesario discutir si se haría de forma mancomunada entre todas las alcaldías del área metropolitana de Caracas. “Es decir, en el caso del agua, se tomarían en cuenta los embalses y acueductos disponibles. Hay que decidir si se administrará en conjunto el acueducto metropolitano o se asignarán las competencias de cada estructura”, agregó.

Explicó que, por la falta de respuesta oportuna de Corpoelec e Hidrocapital, se debe destinar parte del presupuesto de Chacao al cambio de bombillos o a solventar las fugas por roturas de las tuberías de aguas blancas.

“Menos mal que todavía algunos servicios están en nuestras manos, como la recolección de basura. Si no, tuviéramos montañas de basura en las calles. Y sí, seguramente tenemos fallas, pero no es un servicio fácil. Nosotros tenemos que transportar toneladas de un material que se está descomponiendo hasta el relleno sanitario La Bonanza, que es un maratón. Todo los días hay que hacer esto en un país en el que no hay repuestos para los carros”, agregó Muchacho.

Smolansky propuso la privatización para el manejo local de los servicios, idea que también apoyan Muchacho y Blyde. Sin embargo, consideran que como condición debe haber una licitación adecuada de las compañías contratadas y monitorear su desempeño.

“Es mejor que usted pague un poco más y que tenga un buen servicio, a pagarlo subsidiado y sufrir fallas”, sostuvo el dirigente en el conversatorio de la UMA.

El alcalde de El Hatillo precisó que en el municipio hay al menos 85 averías que Hidrocapital no ha reparado. Resaltó que muchas de ellas afectan la vialidad al erosionar el pavimento.

“Una calle que tenga un hueco o una tronera también le hace un favor a los delincuentes y, si es aguas blancas, no llega a la casa de los ciudadanos”, sostuvo.

Gobernar en medio del caos

El alcalde Ramón Muchacho resaltó que las administraciones locales lidian con problemas que han surgido en el país tras la crisis: el desorden generalizado, la indigencia o las largas colas para comprar productos básicos a diario.

“Con los problemas que tenemos ahora, nos vemos en la obligación de hacer tareas que antes no se hacían. Cuando a mi me dicen: ‘Alcalde, yo extraño el Chacao de Irene Sáez’, yo les respondo: ‘Yo también’. Me dicen que era tan bonito, tan ordenado. Y pregunto: ‘¿Tú te acuerdas lo que hacían con los mototaxistas, con la gente que revisa la basura o con los bachaqueros? Pues nada, porque no existían”, afirmó el alcalde.

Problemas presupuestarios

Gerardo Blyde detalló el escaso presupuesto que le asigna el gobierno nacional a las alcaldías, dinero que pierde cada día su valor debido a la inflación y a la devaluación: “Cuando comencé a administrar Baruta, hace 8 años,  nos asignaban poco más de 40 millones de dólares. Con eso pudimos hacer el gimnasio vertical y hasta pantallas para sostener barrancos. Hoy administramos entre 3 y 4 millones de dólares”.

El alcalde de Baruta destacó que en su municipio se han dedicado a la atención primaria en salud y seguridad.

Los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) que están en el municipio, por ejemplo, ya no cuentan con médicos cubanos. El gobierno pidió a la Alcaldía de Baruta que sus médicos trabajaran en los CDI.

“Hay unos siete u ocho CDI en los que debería haber médicos cubanos. Resulta que se quedaron sin médicos y ¿a dónde volteó el Ministerio de Salud? hacia nosotros. Pidieron que nuestros médicos trabajaran en sus instalaciones y nosotros aceptamos, pero la única condición que se estableció es que nuestros profesionales usen la identificación de la alcaldía. A excepción del Centro de Diagnóstico de Chuao, que es el más grande, todos los demás cuentan con nuestros médicos”, explicó Blyde.

La autoridad de Baruta también destacó que es “prácticamente imposible” renovar el parque automotor de los centros asistenciales y el de los cuerpos policiales.

Hacinamiento en los calabozos municipales

En materia de seguridad, David Smolansky destacó que en El Hatillo resisten el hacinamiento en los calabozos, al recordar que recientemente siete presos se fugaron en su jurisdicción. Detalló que muchos de los privados de libertad ya tienen sentencia firme y deberían ser trasladados a centros de reclusión. Sin embargo, el Ministerio de Servicio Penitenciario no los lleva oportunamente a las cárceles comunes.

La autoridad municipal dijo que se ha reestructurado la policía a fondo, con la dotación de uniformes, equipos, armas y municiones. Además, cuentan con un programa que se llama “Adopta tu patrulla”, en el que los vecinos ayudan a financiar el mantenimiento de los vehículos.

“Buscamos dar un mensaje de esperanza”

El “Conversatorio: gobierno local, espacio de resistencia”, en el que participaron los tres alcaldes de Caracas, fue organizado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Monteávila.

María Verónica Torres Gianvittorio, directora de la Escuela de Derecho de la UMA, explicó que los conversatorios buscan defender la institucionalidad y el sistema democrático que, a su juicio, aún existe en el país y no ha desaparecido a pesar de la crisis.

“En la UMA tenemos varios meses haciendo este tipo de conversatorios. Creemos que es importante llevar un mensaje de esperanza sólida, en la que se demuestre que las instituciones estadales siguen dando la lucha democrática. Tuvimos tres autoridades civiles del área metropolitana, todos ellos muy cohesionados con que en Venezuela existe un espacio de libertad”, concluyó.