Fe y Alegría cumplió 62 años y lo celebra aprendiendo y emprendiendo
Fe y Alegría cumplió 62 años y lo celebra aprendiendo y emprendiendo

foto: Cortesía

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El movimiento de educación popular y promoción social cumplió 62 años el 5 de marzo. El proyecto, que nació en una humilde vivienda de Caracas, en 1955, gracias a Abraham Reyes y su esposa, se encuentra en 21 países de América Latina, África y Europa, y en el marco de su aniversario reafirman su compromiso con la educación integral orientada al trabajo, a través de su campaña «aprendiendo y emprendiendo».

«A lo largo de estos años nuestro compromiso con la educación en los sectores populares se ha mantenido intacto, con una formación desde los valores y con mucho compromiso social. Nuestra educación está orientada hacia el logro de la productividad en las personas, por y para el trabajo», explica Rafael Peña, director de la escuela San José Obrero, en Antímano.

Durante todos estos años, la motivación de la organización frente a las adversidades no ha sido otra que esa convicción de que “como ciudadanos, tenemos que aportar algo positivo a nuestro entorno. Ante la dura realidad, nuestro compromiso es el de tener mayor servicio y entrega; y nuestro objetivo, el de mirar de frente los problemas, por más duros que sean, para poder plantear soluciones», comenta el director.

La campaña para celebrar

Según el docente, la campaña lanzada el este 6 de marzo de 2017, «tiene un gran sentido porque para nosotros el emprendimiento tiene mucho significado: nacimos como un emprendimiento y lo promovemos en nuestros centros como negocio y como elemento social, que ayude a solucionar la realidad que vivimos”.

Por esta razón, acompañar el aniversario número 62 con la idea de compartir todas las experiencias de emprendimiento que se tejen día a día desde los centros educativos de Fe y Alegría es una «forma de honrar nuestra propia historia y enfatizar que nuestra propuesta educativa no se queda en la formación académica y técnica, sino que va mas allá, hasta enseñar a los jóvenes cómo capitalizar todo eso con ideas positivas para la sociedad, e incluso rentables», explica Rafael Peña.

Ejemplo de esto es el proyecto piloto que se realizó en la escuela San José Obrero de Antímano, donde los jóvenes estudiantes de segundo año de bachillerato, se dividieron en grupos para iniciar distintos emprendimientos. Algunos de ellos, como el de Mayerlin Hidalgo, de 14 años de edad, trascendieron el aula y hoy por hoy son rentables. «Nos dieron conocimientos básicos de marketing y matemática necesarios para acercarnos al mundo del emprendimiento. Yo inicié una venta de tortas y actualmente aún lo hago y me va bien», afirma la joven.

Otra propuesta interesante, según Peña, es el emprendimiento social. Es el caso de Rosmary Requena, de 15 años, que forma parte de un proyecto de brigada comunitaria, «en la que nos instruyen en materia de liderazgo y capacidades sociales que podemos aplicar en nuestras comunidades. La brigada nos forma y nosotros esparcimos lo que aprendemos en nuestras zonas», resalta la estudiante.

En definitiva, el emprendimiento ha acompañado desde sus inicios a esta organización que atiende a 254.137 niños, jóvenes y adultos distribuidos en 498 centros en Venezuela, impartiendo una formación en las competencias sociales, ciudadanas y emocionales, de liderazgo, respeto y compromiso.

«Cualquiera puede emprender, pero no cualquiera sabe hacerlo con corazón», asevera Rafael Peña, y eso es lo que han venido haciendo durante estos 62 años de trabajo.