The New York Times: Venezuela y el Mercosur, un amor no correspondido
The New York Times: Venezuela y el Mercosur, un amor no correspondido

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No ha sido una semana fácil para la diplomacia venezolana.

Aunque el país es la sede de la Cumbre de los Países No Alineados, y el presidente Nicolás Maduro asumirá el liderazgo del grupo (que en realidad ha perdido relevancia desde el fin de la Guerra Fría), la reunión se desarrolla en medio de protestas por la crisis política y económica que atraviesa el país.

Pero esta semana el gobierno venezolano sumó un revés en el escenario internacional más serio: no presidirá el Mercosur.

El martes los cancilleres del organismo decidieron prorrogar, hasta el 1 de diciembre, el tiempo que se le otorgó a Venezuela para ajustar sus leyes y reglamentos a las normativas del bloque regional.

La decisión se da en un contexto de enfrentamientos entre Luis Almagro, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), y el presidente Maduro, que desencadenaron la invocación de la Carta Democrática por la “alteración del orden constitucional” en Venezuela.

Entre las exigencias de los países del Mercosur resalta la implementación del Protocolo de Promoción y Protección de Derechos Humanos, sobre todo luego de las reiteradas denuncias de organizaciones como el Foro Penal Venezolano que establece la cifra de presos políticos en 95.

Además está el informe elaborado por Amnistía Internacional que resalta el caso del dirigente opositor, Leopoldo López, quien fue sentenciado a una pena de 13 años y nueve meses de prisión, a pesar de que “no existían pruebas fehacientes que respaldaran las acusaciones y las declaraciones públicas realizadas por las autoridades antes de su condena”, dice el documento.

Venezuela ha tratado por mucho tiempo de presidir el Mercosur, un bloque que busca abrirse a nuevos mercados y establecer negociaciones con el resto del mundo. Pero el gobierno de Maduro se aísla cada vez más del espectro geopolítico regional por la honda crisis del país.

Una silla vacía es la imagen recurrente cuando se habla de la presidencia pro tempore de Venezuela en el Mercosur. El 13 de septiembre la cancillería brasileña publicó un comunicado en el que los cancilleres de los miembros fundadores del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) le niegan al gobierno venezolano el derecho a presidir el organismo regional por el “incumplimiento de los compromisos adquiridos en el Protocolo de Adhesión al Mercosur”.

La decisión llega en un momento álgido para el gobierno venezolano, que enfrenta la posibilidad de un referendo revocatorio con el fin de remover a Maduro y convocar a nuevas elecciones presidenciales.