«Yo estoy ciego, llamen a mi mamá que está allá abajo» fue lo último que dijo Edwin Omar Sulbarán Molinares a los funcionarios del Cicpc que entraron a su casa en un operativo policial, no le dieron tiempo de nada, allí mismo lo ultimaron. Su cuerpo se lo llevaron de la casa sin que la familia se diera cuenta, solo les dijeron que había un herido, que estaba en el hospital Pérez Carreño, «pero eso era mentira, lo habían matado».

Paola Molinares, madre de Edwin Omar Sulbarán (23), invidente desde hace cinco años y padre de dos hijas, instó al Ministerio Público abrir una investigación por el asesinato de su hijo. «Desde que quedó ciego no salía de la casa, él no distinguía el día de la noche, no veía, y vinieron a decir que lo mataron en un enfrentamiento, ¡eso es mentira!, no tenía armas».

Molinares dijo que los efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), adscritos a la Subdelegación de Caricuao, estaban buscando a unos sujetos que en horas de la mañana habían atracado y herido a un jeepsero.

«Llegaron a la casa y sin preguntar nos sacaron a todos, no dijeron nada, llegaron tumbando puertas, sacaron a las niñas en paños menores y sin ropa, y a él lo dejaron en un cuarto de su apartamento, donde lo obligaron a arrodillarse y lo mataron».

Agregó que en el informe que elaboraron los detectives asentaron como causa de muerte enfrentamiento y lo identificaron como el líder de la banda de «El Tuerto». «A él no le decían así, no tenía ninguna banda, era un hombre decente que vivía afectado por su padecimiento».

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