Diputado señaló a sobrino de Piedad Córdoba y amigos de Delcy Rodríguez de corrupción en Cadivi
Diputado señaló a sobrino de Piedad Córdoba y otros venezolanos por corrupción en Cadivi

Cadivi

 

La comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional admitió este miércoles investigar cinco presuntos casos de corrupción asociados a la extinta Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).

Entre los nombres vinculados a una red de empresas ficticias –creada para sacar provecho del dólar preferencial otorgado por el Estado venezolano– aparecen Álvaro Pulido, sobrino de la senadora colombiana Piedad Córdoba; junto a los empresarios venezolanos Fabrizio Mendoza, Salvador Lairet, Alejandro Berrizbeitia, Germán Carreño y Jonatan Sanchéz, esposo de la excónsul venezolana en Montreal (Canadá). Todos calificados como los “responsables civiles” en los casos.

A la denuncia –realizada por el diputado Robert Alcalá– se encuentra asociado también Alex Saab, representante de la empresa colombiana Fondo Global de Construcción, la cual obtuvo en el pasado contratos del gobierno de Hugo Chávez, según se muestra en el siguiente video.

“Estos señores no tienen como justificar la fortuna, los miles de millones de dólares que tienen, la cantidad de plata que gastan en el mundo y la vida que se dan (…) Se dijo que Cadivi fue creada para ‘blindar’ los procedimientos de asignación de dólares y, resulta, que se convirtió en una máquina de corrupción”, criticó Alcalá.

La petición de iniciar la investigación fue solicitada el 10 de febrero por el Frente Anticorrupción “Venezuela en Positivo”, quienes fundamentaron y respaldaron el expediente con facturas y otras pruebas.

 

A continuación un resumen de los cinco casos presentados por el diputado Alcalá:

 

CASO I

En febrero de 2012 la empresa de telecomunicaciones, Radio Comunicaciones Telocaliza1 C.A (Rif: J–30418335-6), solicitó dólares para importar sulfato de socio de una empresa ecuatoriana: Ecuainsumos S.A. De acuerdo a nueve facturas en poder de la oposición, esta operación sumó $4.670.592,25. “La primera pregunta que hay que hacerse es ¿por qué una empresa de telecomunicaciones trae sulfato de sodio?”, cuestionó el legislador.

Alcalá explicó que los dueños de esta compañía constituida en Ecuador, a través de “los relacionados directos o indirectos” Fabrizio Mendoza, Francisco Lairet, Alejandro Berrizbeitia y Álvaro Pulido –sobrino de la senadora colombiana Piedad Córdoba–; realizaron la misma operación con otra empresa (Inversiones Gones Indonesia C.A). Esta última empresa presuntamente pertenece a los mismos exportadores.

“Según el listado publicado en la página de Cadivi, Inversiones Gones Indonesia C.A obtuvo cinco partidas de $491.641,29 y otras cuatro de $442.447,16”, aseguró el diputado, cuyo monto de este primer caso se elevaría a un total de $8,89 millones.

 

CASO II

Ese mismo año fue registrada en Perú la empresa Gerkat Corporation E.I.R.L., también asociada a Mendoza, Lairet, Pulido y Berrizbeitia; “cuyo objetivo en papel era la importación de químicos”.

Simultáneamente, se constituyó en Venezuela la importadora Representantes ITA 2007 C.A. –con domicilio fiscal en Lara– la cual solicitó dólares preferenciales para importar químicos que terminaba vendiendo a Gerkat Corporation E.I.R.L. De acuerdo a las suposiciones de Alcalá, se trata de una “empresa off shore” que convertía al vendedor y el comprador es “la misma gente”.

“El 9 de marzo de 2012 la referida empresa (Gerkat Corporation) cotizó ante Cadivi una molinera de café bajo el código arancelario 8438.80.10, por un monto de $445.000. Esa máquina estaba valorada en $135.000, según se constató con una empresa nacional; es decir, en esa transacción se apropiaron de $315.000, los cuales fueron adquiridos a 4,30 bolívares por dólar. La adquisición fue introducida 10 veces en la misma fecha y por la misma maquinaria”, aseguró Alcalá.

 

CASO III

Otras dos compañías salieron a la luz en esta presunta estafa. La Corporación 1 TO 1 S.R.L, registrada en Perú, y la importadora Gold Electric C.A, con domicilio en Monagas (Venezuela).

“Concretamente el 8 de abril de 2012, con la factura proforma 401, solicitaron a Cadivi la importación de 2.275 kilos de dióxido de titanio, por un monto de $2,5 millones. Para el año 2012 –fecha en la que fue expedida la proforma y liquidados los dólares–, el precio del dióxido de titanio Anastase KA- 100, en forma cristalizada natural, rondaba los Bs. 2.500 el kilogramo; pero las proformas de ese mismo año indicaban que fueron solicitadas a un precio de $1.110”.

 

Vea la nota completa en El Pitazo