González López: La banda de "El Topo" cuenta con financiamiento paramilitar y tiene "fines políticos" - Runrun
González López: La banda de «El Topo» cuenta con financiamiento paramilitar y tiene «fines políticos»

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El ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Gustavo González López, reiteró que la masacre de los mineros se produjo a raíz de un «enfrentamiento» entre cabecillas de organizaciones criminales: las bandas de «El Topo», quienes ejecutaron a las víctimas, y «El Gordo Lizandro». Ambas ejecutaban «acciones de corte paramilitar para hacerse del control político y económico de la zona minera».

«El lamentable desenlace se produjo luego de que estas organizaciones paramilitares, con fines políticos, tuvieran diferencias por el cobro de vacunas y extorsiones practicadas a compradores de oro y comerciantes de esa localidad del estado Bolívar», dijo González López.

En la matanza, dijo el ministro, se llevaron a cabo «prácticas cruentas heredadas de otras latitudes».

Adelantos e implicados

Informó González López que uno de los implicados en la masacre fue detenido este viernes en el estado Zulia. Se trata de Francisco David Carache Zambrano, alias ‘Goliat’, capturado en el Hotel La Llovizna de Lagunillas, luego de salir por vía aérea del estado Bolívar. Su oficio era reclutar personas en Tumeremo para trabajar en las minas controladas por «El Topo»: Hoja de Lata, Botanamo, Cafetal y Vuelvan Caras.

Recordó que hay otros dos detenidos por el hecho: Rosa Gil, quien coordinaba las operaciones logísticas, y Luis Rueda, sobrino de Gil y colaborador de «El Topo». Los hermanos Carlos y Manuel Balaguer, propietarios de la retroexcavadora incautada en Nuevo Callao, zona donde fue hallada la fosa con los cuerpos de los 17 asesinados, están retenidos de manera preventiva.

Por ahora, los funcionarios policiales están tras la pista de Jamilton Ulloa Suárez, alias «El Topo» y de Carlos Alcorce, alias «Cocó», encargado de compra de armas de la banda. Las autoridades también buscan a Yenny Abadesa Ulloa Suárez, alias «La Bacha», quien es hermana de «El Topo» y colabora con él.

De acuerdo con lo expuesto por el ministro, en rueda de prensa, la banda de «El Topo» tenía cinco jefes de mina, entre quienes se cuentan dos hermanos del cabecilla: Harry Ulloa y alias «Coro». En ese equipo también están Carlos Ortiz, alias «Cara e’ Niña», además de dos delincuentes no identificados, conocidos como «Nardo» y » El Morocho».

«El Topo» contaba además con 18 sicarios, comandados por un hombre de nacionalidad colombiana y de nombre Edwin Toribio, alias «Toribio».

Los otros

La otra banda implicada en el hecho es la de Alixandro Lizandro González Montilla, alias «El Gordo Lizandro», y José Enrique Zurita Arévalo, alias «El Potro», quienes actuaban con la colaboración de alias «Coporo», su lugarteniente. Todos, según el ministro, están solicitados por extracción minera ilegal, extorsión y secuestro y mantienen vínculos con «sectores políticos y financieros» del municipio.

Declaró el ministro que el grupo delictivo cuenta con 15 sicarios y cuatro personas de alta confianza como Joangel José Granados, alias Marihuana y Lizangel Alexander Romero, conocido como «El gato». Los otros dos colaboradores eran José Ángel Ruiz Montilla, alias «Tita» y José Armando Ruiz Montilla, alias «Ku», asesinados en la masacre.

Título de caja

Por el caso han declarado dos testigos: Jairo Rojas Vaca, quien había sido declarado como desaparecido y otra persona que se encuentra bajo protección. Los dos fueron rehenes, durante 10 días, de los hombres de «El Topo».

Según los testigos, una de las frases repetidas por sus captores era «tenemos dos, faltan nueve».

En la matanza participaron alrededor de 30 y 40 personas. Contó el ministro que, después de enterrar a las víctimas, cuatro delincuentes se dirigieron en vehículos hasta la casa de Rosa Gil, ubicada en un caserío que está en la vía a Nuevo Callao, cerca del basurero de Pedeca. En ese sitio permanecieron unas horas y desde allí partieron hacia el sector Las Luisas. y luego a pie hasta San José, un caserío cercano a la mina Hoja de Lata, una de las que controla «El Topo». Allí, los rehenes fueron liberados «por la presión de los cuerpos de seguridad».

El ministro cerró su declaración asegurando que no descansarán «hasta dar con los culpables de este fenómeno paramilitar importado desde Colombia».

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