Todo por un voto: taxis, casas, pernil y tabletas
Nicolás Maduro o todo por un voto: taxis, casas, pernil y tabletas

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«Por decisión del presidente de la República todos los taxis se entregan con llaves, papeles y sin cobrar ni medio. Yo se los dono». Convertido en un Rey Midas bolivariano, Nicolás Maduro anunció al país la entrega de miles de taxis en medio de la mayor crisis social y económica sufrida por Venezuela.

Es un ejercicio de populismo de cara a las cruciales elecciones legislativas del 6 de diciembre, en las que ministros y candidatos se apuntan a la entrega de vehículos, también regalan pernil para la Navidad, becas para universitarios, pensiones para jubilados, tabletas para estudiantes, acuden a todo tipo de inauguraciones y apabullan con su presencia en los medios de comunicación intervenidos por el chavismo.

El uso de recursos del Estado para promover a los candidatos revolucionarios está prohibido por ley. Pero poco importa cuando la máxima bolivariana es «ganar como sea». El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, jefe del ala militar y candidato por Monagas, también entregó 200 taxis esta semana.

La oposición critica los taxis. Pero si vinieran de Estados Unidos, la oposición estaría feliz», afirmó con su habitual verbo virulento. «Y si quieren agradecerle a alguien, agradézcanle a la revolución, a Chávez y a Maduro», remachó Cabello.

Todo vale en una campaña donde el chavismo necesita remontar al menos 20 puntos de desventaja, según marcan las encuestas.

José Vielma, gobernador militar de Táchira, destacó que para recibir ayudas sociales hay que participar en el operativo oficialista del 6 de diciembre. Y no es el único.

«Independientemente de lo que está en el reglamento electoral nosotros podemos y debemos decir lo que queramos. El presidente no puede hacer campaña en televisión, pero puede decir lo que piensa para desenmascarar a la derecha», destacó Jorge Rodríguez, jefe de campaña del oficialista Partido Social Unido de Venezuela (PSUV).

Y claro que Maduro hace campaña y dice lo que quiere. Todos los días y durante varias horas. «Le di la orden al ministro de que acelere la llegada de los camiones a todas las universidades con las tabletas, que las tenemos listas. Un millón deben llegar», insistió el «hijo de Chávez», mientras comunicaba a un grupo de estudiantes chavistas que ya tienen aprobadas 30.000 nuevas becas universitarias. «Esta debe ser una ofensiva para culminar las grandes misiones, la patria bonita», se ufanó el mandatario.

Entrega de viviendas

El presidente también vive un sprint a toda velocidad en materia de vivienda. Todas las semanas dedica un día para entregar nuevos hogares a las familias. «Esto da 1.016.779 nuevas viviendas. Esto es lo que se llama acelerar la revolución», calculó Maduro. Unas cifras que la oposición niega.

Sean más o menos, se trata de una de las grandes banderas del chavismo, bajo la que todos sus candidatos se quieren arropar. Incluido, de nuevo, Cabello: «Donde esté una obra del gobierno bolivariano, ahí estaremos los candidatos de Chávez porque somos parte de una revolución».

A las protestas de la oposición se unieron otras organizaciones, que recuerdan cómo la comisión enviada por el Parlamento Europeo ya denunció el ventajismo oficialista. «Cabello debería ser privado de libertad por usar recursos públicos en campaña», sugirió la ONG Provea. «La Gran Misión Vivienda Venezuela ha sido usada por el gobierno y por el PSUV de manera proselitista y electoral, violando con ello la Ley contra la Corrupción y la Constitución Nacional», añadió en un comunicado.

Advertencia de Cabello a Macri

El segundo funcionario con mayor influencia de Venezuela, Diosdado Cabello, rechazó ayer un anuncio del presidente electo argentino, Mauricio Macri, por considerar que su pedido de suspender al país del Mercosur constituye una agresión. «Deje quieto al pueblo de Venezuela, no se meta con nosotros, señor Macri», advirtió. Macri confirmó que pedirá la suspensión de Venezuela del bloque mediante la invocación de una cláusula democrática, al alegar denuncias «contundentes» de violaciones de derechos humanos.