Desde que Nepal se vio sacudido el sábado por el terremoto de magnitud 7,9 que se ha cobrado miles de vidas y deja a millones de personas sin nada, el equipo de UNICEF en Nepal trabaja para conocer el alcance del desastre para los niños, niñas y adolescentes y para prestar la asistencia necesaria. Según las primeras estimaciones, millones de niños necesitan ayuda humanitaria de manera urgente, aunque la cifra seguirá creciendo a medida que se vaya logrando acceder a zonas afectadas a las que no se ha podido acceder aún.
A lo largo del fin de semana UNICEF Nepal empezó a distribuir suministros que ya tenía preposicionados, como tiendas que ha entregado al Ministerio de Salud y Población para que pueda ampliar la capacidad de los hospitales bajo estas carpas temporales. UNICEF también ha proporcionado sales de rehidratación oral y tabletas de zinc, para ayudar a prevenir brotes de enfermedades diarreicas, y está coordinando el servicio de distribución de agua en camiones cisterna a los 16 campamentos instalados en el valle de Katmandú. Entretanto, la organización prepara 120 toneladas de artículos humanitarios –incluyendo suministros médicos y hospitalarios, tiendas de campaña y mantas- para su envío a Katmandú.
UNICEF Venezuela activó este fin de semana sus mecanismos de captación de fondos para contribuir a las enormes necesidades de esta emergencia en una campaña que ya cuenta con el apoyo de los Embajadores de UNICEF Venezuela Edgar Ramírez y Alejandro Cañizales, además de socios y seguidores de la organización en la República Bolivariana de Venezuela que, a través de redes sociales y de sus donaciones, están contribuyendo al trabajo de UNICEF en Nepal en estos duros momentos para millones de niñas, niños y adolescentes.
Cualquier persona puede apoyar a los afectados por este desastre donando a través de la web www.sociosunicef.org.ve y difundiendo en sus redes sociales para que todos aquellos que quieran ayudar a los niños de Nepal conozcan qué está haciendo UNICEF y cómo cualquier persona puede apoyar ese trabajo.
Esta crisis humanitaria deja a los niños particularmente vulnerables, el acceso limitado a agua potable y saneamiento les pondrá en riesgo de contraer enfermedades que se transmiten por el agua, mientras que algunos niños pueden haber quedado separados de sus familias.
En sus primeros testimonios desde que se produjo el terremoto, funcionarios de UNICEF en Nepal describen la dureza de la situación y las grandes necesidades de la población afectada. Karin Hulshof, directora regional de UNICEF para Asia Meridional, explicaba ayer: «Me estoy dando cuenta poco a poco del enorme impacto que tendrá en la gente y los niños de Nepal. Tantas vidas perdidas, tantas casas destruidas y un daño irreparable a lugares patrimonio de la humanidad. Fui a Bakhtapur, las carreteras están rotas y todo el mundo estaba por las calles mostrando su solidaridad y ayudando a los demás. Es duro, muy duro, seguir adelante, pero sé que el pueblo de Nepal lo hará».
Por su parte, la responsable de Comunicación en UNICEF Nepal, Rupa Joshi, en su primer testimonio publicado en medios de comunicación de distintos países, expresaba con estas palabras el dolor que vive su país:
“Mi familia está traumatizada. Somos cinco generaciones viviendo bajo el mismo techo – desde mi abuela de 100 años a mi nieta de 16 meses-. Todos estamos viviendo las fuertes réplicas.
Cerca de la ciudad, vi una camioneta con las puertas abierta precipitándose hacia el hospital. En la parte trasera, rodando por los baches del camino, iba el cuerpo de la que debía ser una chica muy joven. Boca abajo, cubierta de polvo, con el pelo enredado en el polvo. Me hizo darme cuenta de la magnitud del impacto. Siento dolor por todas las familias. La vida se apagó en un minuto».
Donativos en www.sociosunicef.org.ve
