Sistemas de defensa antiaérea del Ejército venezolano fueron probados con fuego real a pocos kilómetros de los límites con Colombia. El 15ABR15 al sur del estado Apure, en San Carlos del Meta, a orillas del río Meta que separa a Venezuela y Colombia, fue ejecutado el Ejercicio Maisanta 2015. El juego de guerra fue encabezado por el ministro de la Defensa venezolano, general Vladimir Padrino quien se hizo acompañar del general ruso Alexandre Dragovaloski y del general cubano Joaquín Quinta Sola como representantes del país proveedor de las armas y del principal aliado del régimen. Según fuentes consultadas, no fueron invitados oficiales colombianos para observar el ejercicio.

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Durante el Ejercicio Maisanta 2015 por primera vez de forma oficial, militares venezolanos lanzaron misiles antiaéreos de sistemas Pechora 2M  y Buc de fabricación rusa. “Por la revolución bolivariana, lanzamiento”, fue la voz de mando para cada uno de los disparos. Igualmente fue disparada artillería desde unidades autopropulsadas MSTA-S y cohetes de los sistemas rusos BM21 y BM30. Al término del evento, el ministro Padrino pronunció una arenga asegurando que los ejercicios continuarán mientras esté vigente la Orden Ejecutiva de EEUU que impone sanciones a funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro.

El “pensamiento  militar” chavista modificó las hipótesis de conflicto bélico de las fuerzas militares venezolanas, identificando y dando prioridad a un conflicto potencial con EEUU el cual contaría con apoyo de Colombia. En noviembre de 2009, el propio Hugo Chávez describió una hipotética guerra que comenzaría con ataques aéreos estadounidenses desde territorio colombiano, hipótesis (sin mencionar a Colombia) que está implícita en el ejercicio ejecutado el 15ABR15. La adquisición de costosos sistemas misilísticos rusos y de radar chinos fue justificada por Chávez con base en esa hipótesis de guerra. Seis años después, los militares chavistas pruebas los equipos antiaéreos justamente al borde de Colombia.

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A media mañana del domingo 12ABR15, en el aeropuerto Panamá Pacífico, el presidente panameño Juan Carlos Varela, vestido de pantalón jean y en manga de camisa, despidió a un Raúl Castro que llevaba traje oscuro y corbata celeste, escoltado de su canciller Bruno Rodríguez Parrilla, también de traje y corbata carmesí. Castro era uno de los pocos mandatarios que aún permanecían en la ciudad tras haberse clausurado el día antes la VII Cumbre de las Américas. El octogenario, tal como se observó en sus apariciones públicas, muestra síntomas de deterioro físico, temblores en las manos, pérdida de memoria y su agenda reflejó la necesidad de largos lapsos de reposo. Llegó a Panamá un día antes y partió al día siguiente de concluidas las actividades oficiales. No participó en eventos oficiales nocturnos y, salvo las sesiones colectivas de la Cumbre al contrario de sus agitados colegas de otros países, Castro sólo realizó dos actividades extras: cortas reuniones con el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon y, con Thomas Donohue el CEO de la Cámara de Comercio de EEUU.

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A media tarde del domingo 12ABR15, Raúl Castro descendió del IL-96-300 de Cubana de Aviación, el mismo aparato con diseño VIP y capacidad para una centena de pasajeros que suele utilizar Nicolás Maduro en sus viajes trasatlánticos. Castro ya no iba de traje oscuro sino que portaba su uniforme verde oliva de General del Ejército. Syu canciller seguía de traje y corbata carmesí. Al pie de la escalerilla le esperaban el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel y el ministro del Interior general Abelardo Colomé. Castro llegó satisfecho a Cuba: sin pagar el precio de firmar acuerdos sobre democracia o Derechos Humanos, el régimen cubano de nuevo forma parte del club de gobiernos americanos. Los pleitos con EEUU siguen, pero Barack Obama le prometió,  como en efecto lo cumplió rápidamente el 14ABR15, retirar a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo. Este hecho mejora las condiciones para Cuba comenzar a recibir inversiones extranjeras. La delegación cubana a Panamá incluyó funcionarios y militantes castristas cuyo papel fue confrontar y apaliar a cubanos disidentes,  pero también incluía al ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, quien intervino en el Foro Empresarial de la Cumbre de Panamá para promover a Cuba como destino de inversiones. En ese foro participaron archimillonarios como Carlos Slim o Mark Zuckerberg.

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Raúl Castro habló por 49 minutos ante la plenaria de la Cumbre el 11ABR15, aunque el tiempo para cada mandatario era de sólo ocho minutos. Ese hecho implicó un retraso en las actividades colectivas y bilaterales, lo cual ofreció la excusa para que Barack Obama y Juan Manuel Santos, quienes tenían prevista una reunión bilateral, abandonaran la sala antes de la intervención de Nicolás Maduro que tuvo duración de 40 minutos.

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El retiro de Cuba de la lista de EEUU sobre países promotores del terrorismo requirió el apoyo de los gobiernos de Colombia y España, así como la firma por Cuba de un documento de compromiso. Los gobiernos de Juan Manuel Santos y Mariano Rajoy sirvieron de garantes a Cuba, al señalar que el régimen cubano ya no presta apoyo a las organizaciones terroristas Farc, ELN y ETA. En su discurso ante la Cumbre, Castro reconoció haber apoyado organizaciones terroristas, afirmando que “Sí, hemos hecho algunos actos de solidaridad con otros pueblos, que pueden considerarse terroristas, cuando estábamos acorralados, arrinconados y hostigados hasta el infinito”.

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Maduro llegó a Panamá exigiendo que el gobierno de Obama dejara sin efecto las sanciones impuestas el 09MAR15 contra funcionarios militares y civiles venezolanos. El régimen chavista realizó una intensa campaña propagandística a nivel nacional e internacional en procura de apoyos, que le valió pronunciamiento de bloques de países, la mayoría de ellos llamando al diálogo Venezuela-EEUU. Parte de la movilización del chavismo incluyó la recolección de firmas, incluso entre menores de edad y en el interior de los cuarteles venezolanos. Una encuesta realizada a nivel nacional en Venezuela por la empresa Varianzas concluyó que el 45% de los entrevistados consideró posible que EEUU invada a Venezuela. Pero, el tema de las sanciones de EEUU y la reacción chavista no representó una mejoría en la popularidad de Maduro. Tal como señaláramos en el Informe Otálvora del 27MAR15, la popularidad de Maduro en el mes de diciembre se situó en 13,5%. La nueva encuesta de Varianzas concluyó su trabajo de campo el 02ABR15, en plena agitación chavista contra Obama y según ella, la popularidad de Maduro es de apenas 11,3%. El supuesto “efecto Obama” sobre la popularidad de Maduro no logró compensar la caída de popularidad de los primeros meses del año.

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La solicitud de Maduro para que Obama revocara las sanciones fue negada expresamente por diversos voceros de EEUU que sostuvieron encuentros formales e informales con el gobierno venezolano. Públicamente, el punto final a la campaña pro revocatoria lo colocó el propio Raúl Castro. En su discurso del 10ABR15 en la Cumbre de Panamá, el cubano dijo “que la Orden Ejecutiva sea derogada, aunque es difícil por la ley”. Castro no dudó en ratificar ante el Continente la altísima influencia, casi relación de vasallaje, del gobierno venezolano ante La Habana. Dijo Castro: “Creo que puedo ser de los que estamos aquí reunidos uno de los pocos que mejor conoce el proceso de Venezuela, no es porque estemos metidos allí ni estemos influyendo allí y ellos nos cuenten todas las cosas a nosotros…”.

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Maduro, siempre rodeado de una nube de espalderos, su esposa y la traductora oficial, optó por permanecer fuera de los focos de atención periodística durante la Cumbre de Panamá. La noche del 10ABR15, en la antesala del salón Anayansi del Centro de Convenciones Atlapa, Maduro se mantuvo lejos de Castro y de Obama, sin procurar un encuentro «casual» ante las decenas de fotógrafos presentes. La pareja venezolana no asistió a la cena de Estado ofrecida por el presidente panameño, donde en la mesa principal fueron sentados y brindaron con champan los izquierdistas Tabaré Vasquez y Rafael Correa junto al anfitrión, su esposa y Obama.

Pese a los esfuerzos de Maduro (con apoyo hasta de el Vaticano y empresarios estadounidenses) en procura de un encuentro personal y público con Obama, esto no fue aceptado por la Casa Blanca que procuró evitar todo potencial escenario conflictivo contra Obama. Maduro y Obama hablaron menos de cinco minutos, de pie, al final de la tarde del 11ABR15 cuando ya el estadounidense abandonaba el Centro Atlapa camino al aeropuerto. Según la periodista Madelein García, militante chavista quien cubrió la Cumbre para Telesur, el sitio del encuentro “casual” fue indicado por EEUU a la delegación venezolana. Obama confirmó a Maduro la posición de Washington: no pretenden desestabilizar al gobierno venezolano, están abiertos a un diálogo bilateral, no abandonarán el reclamo por las violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela y continúan apoyando los esfuerzos regionales para garantizar el diálogo Gobierno-Oposición.

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La contra cumbre planeada y financiada por Maduro como una reacción contra EEUU fue desactivada. El acto de cierre, que debió contar con la presencia de media docena de mandatarios, se limitó la noche del 11ABR15 a un modesto acto en el Paraninfo de la Universidad de Panamá en el cual sólo Rafael Correa acompañó a Maduro. Pese a que Raúl Castro y su canciller se encontraban en Panamá, la representación cubana fue delegada en funcionarios de menor rango. Al día siguiente Maduro partió secretamente a La Habana, donde permaneció hasta el lunes 13ABR15.