Orlando Ochoa: Estamos al borde de una crisis humanitaria
Orlando Ochoa: Estamos al borde de una crisis humanitaria

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El economista Orlando Ochoa señaló que estamos a las puertas de lo que consideró una crisis humanitaria, tomando en cuenta la situación de nuestra economía y sobre todo, de la caída de los precios del petróleo.

“Todavía está comenzando el año, pero en los próximos meses; cuando se trate de poner a funcionar el mercado cambiario modificado, veremos las severas limitaciones”, consideró Ochoa de seguidas en el marco del foro Realidad petrolera y repercusiones económicas organizado por el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro que dirige Ramón Guillermo Aveledo.

Comenzó el economista Ochoa señalando que los desbalances económicos se encontraban en un punto crítico para el 2014 cuando se inicia la caída de los precios del petróleo, y, en ese sentido, presentó tres cifras.

“Uno, ya para junio la medición del índice de los precios al consumidor con todos los atenuantes que suele incluir la canasta de productos subsidiados, y, luego, los cambios en las ponderaciones a objeto de bajar el peso de los alimentos, marcaba una inflación superior al 58%, siendo la más alta del mundo”.

Agregó que para ese mismo mes de junio, el BCV dio recientemente los datos para el primer semestre de 2014, donde se observa una contracción de la economía venezolana en -4,9%, y que los sectores que más empleos generan: comercio, construcción, manufacturas; tuvieron caídas superiores a menos diez por ciento.

-Además, la estimación del déficit del sector público; la parte que el gobierno, Pdvsa y otros actores del sector público que no es cubierta con los ingresos ordinarios y extraordinarios del petróleo, estaba el año anterior (2013) en 16,3% del PIB; y seguía en cifras muy altas en 2014.

Indicó que una economía que tiene un equivalente de 3 ó 4 por ciento de déficit público. se considera que está en el límite de lo aceptable; estando en Grecia en el orden de 8%, mientras que la de Venezuela era de más de 16%; unido al hecho de que se padece de la inflación más alta del mundo. Además, recordó que alrededor de dos tercios del déficit público es financiado por dinero impreso en el BCV.

“Eso todo ocurría antes de que el precio del petróleo pasara de 99,11 dólares  por barril en junio a un

promedio de 40,30 dólares en enero de este año. Evidentemente; la caída del precio del petróleo afecta el ingreso de divisas y afecta el ingreso equivalente en bolívares para el presupuesto. El formal y el informal vía créditos adicionales”.

Consideró que era bueno enfatizar en eso porque, a su juicio, ésa es la diferencia que hace que a nivel internacional, aparte de considerarnos una de las economías más afectadas, junto con Irán y Rusia, nos convierte realmente en el peor caso dados los cuellos de botella del abastecimiento con productos e insumos industriales importados; y nos pone en una situación, sin exagerarla, al borde de una crisis humanitaria, por el desabastecimiento de alimentos, pero sobretodo en medicinas, insumos y equipos médicos. “Todavía está comenzando el año, pero en los próximos meses; cuando se trate de poner a funcionar el mercado cambiario modificado, veremos las severas limitaciones”, consideró Ochoa de seguidas.

Explicó que era en ese contexto donde él quería plantear su visión de la crisis económica pero que lo haría desde un punto de vista constructivo, preguntándose. ¿Qué tan pronto y qué tan factible es un plan de recuperación económica si nos abstraemos de la situación política y de las dificultades que tiene el gobierno?

Mostró en una lámina el comportamiento de los precios del petróleo a lo largo de 34 años, haciendo ver que hubo un precio que llamó nominal que ya a principios de los años 80 había pasado de los veinte dólares; en el 81 había llegado a más de 28 dólares promedio, destacando que, ese precio, en términos reales,  con los dólares de hoy, se trataría de un precio superior a los 100 dólares, en un país con menor población.

“En 1998, último año de Rafael Caldera, el precio nominal de nuestro petróleo estaba en 9 dólares 38 centavos. Hugo Chávez solía recordar el piso de 7 dólares, que tocamos en algún mes. Pero el promedio del año fue ese: 9, dólares 38 centavos. (…) Ese año, 1998, el ingreso petrolero cayó respecto a 1997, cuando estaba sobre los 18.000 millones de dólares, a 12.500 millones de dólares. El país estuvo en recesión; hubo que hacer un ajuste fiscal, pero salimos de la situación”.

Considera que en un mal escenario se recibirían en el 2015 tres veces ese ingreso: unos 36.000 millones de dólares. “Esos 36.000 millones de dólares, dieciséis años después no son suficientes para cubrir las obligaciones financieras, las necesidades de compras petroleras y las necesidades del país. Esa es la diferencia de magnitud. Tenemos 3 veces, posiblemente, el ingreso de hace dieciséis años, en una crisis  de balanza de pagos, y, sin embargo, ahora estamos muy mal preparados para esta situación”.

Marcó el 2012 como el año en el cual el precio del petróleo llegó a su tope más alto, sobre 103 dólares el barril; no obstante, ese año el déficit público se ubicó en más de 15% del PIB, mientras el tipo de cambio paralelo se elevó de 8 bolívares a 20 y la inflación se aceleró. “El desbalance económico –enfatizó Ochoa- comenzó en el 2012 con el empuje del gasto fiscal; acompañando la campaña presidencial, y el último esfuerzo de Hugo Chávez por ganar la elección”.

Para ese momento, según Ochoa, los ingresos de divisas de Venezuela se ubicaban en más de 96.000 millones de dólares, petroleros y no petroleros, de los cuales unos 93.000 millones eran por concepto de petróleo; y, no obstante, había sido ahí, cuando había comenzado el gran desbalance fiscal; ese déficit tuvo masivo financiamiento monetario; llevó a la depreciación del bolívar y más alta inflación.

“Entonces no es nuevo el agudo desequilibrio económico; lo que es nueva es la caída de los precios del petróleo”.

De inmediato abordó el tema de la producción de Pdvsa y, a ese respecto, fue demostrando como había ido disminuyendo la producción de crudo liviano y mediano; con el agravante de que Venezuela importó en 2014 crudo y productos por el orden de los 205.000 b/d; que era más o menos la cifra que reportó en lo que se refiere a la caída de la producción propia de Pdvsa en este renglón; unos 180.000 b/d, sólo en crudo ligero y mediano. “Y no es casualidad –añadió-, lo que se está importando es para suplir el mercado interno y para mezclas con nafta y crudo ligero, para exportar parte de los crudos pesados. Estas importaciones han representado importantes erogaciones financieras para PDVSA, de alrededor de 8.000 millones de dólares anuales desde el 2012”.

Admitió que la producción de crudo extra pesado era la que había aumentado, alcanzando el tope en el primer trimestre 2014, con 1.040.000 b/d; una parte de la cual iba a las refinerías de Jose (Puerto La Cruz), en tanto que el resto de la producción se mezclaba con nafta y crudo ligero para poder exportar el crudo como una mezcla; y que dadas las dificultades financieras de Pdvsa.

Por otra parte, se debe tomar en cuenta que Pdvsa ha sido una empresa que ha sido sobreexplotada financieramente por su accionista; y esta empresa bajo Ramírez tomó las divisas de las ventas de las empresas mixtas, lo que representa  ahora una pesada deuda con sus socios y contratistas, por parte de Pdvsa. Es una deuda que según su cálculo se ubica en unos 12.000 millones de dólares.

En total, en lo que se refiere a la producción tanto de crudo liviano y mediano, como de pesado y extra pesado, estimó que se ubica en más de 2.750.000 b/d; una cifra que le resultaba inferior a la que señala el gobierno.

De esa cifra indicó que se destinaban a la exportación 1.900.000 b/d, y en productos más de 300 b/d, y que eso era lo que se puede observar en el comercio internacional registrado; mientras que lo que se importaba en crudo liviano y productos se ubicó en 360.000 b/d en noviembre 2014; y en un promedio para el 2014, de 205.000 b/d; agregando que la factura de importación  se ha venido convirtiendo para Pdvsa en la carga financiera más pesada, muy superior al servicio de su deuda financiera en los últimos 3 años.

Indicó que durante los últimos tres años hemos importado en crudo y productos, en promedio, unos 8.000 millones de dólares, y que el servicio de la deuda en  2014 de Pdvsa fue menor a 5.400 millones de dólares; lo que significa que la factura de importaciones de crudo y productos por ineficiencias de refinación y por caída de la producción propia de Pdvsa equivale a más 150% el servicio de su deuda financiera. Calculó que las importaciones para el 2015 pudieran estar en 5.000 millones de dólares, por la caída en los precios del crudo.

De seguidas mostró un cuadro donde se reportaba que, en tanto que en el 2012 la producción de crudo se ubicaba en 2.800.000 b/d, en el 2014 caímos a 2.740.000 b/d, y así llegó a la conclusión de que la caída de la producción de crudos, sobre todo, livianos y medianos se hace sentir tanto más en el renglón de exportaciones donde se observa que hemos pasado de 2.400.000 b/d en el 2012 a 2.200.000 b/d, que se estima que se produzcan en el 2015.

Una de las observaciones que formuló, en ese sentido, es que a lo largo de 16 años no se ha vuelto a construir en la Faja del Orinoco un nuevo mejorador de crudo extra pesado, y esto lo atribuyó a los errores de política petrolera y económica del Gobierno, que desestimularon esas iniciativas de este tipo.

“Las dificultades políticas y la falta de estabilidad económica y jurídica; el régimen cambiario con una moneda sistemáticamente sobrevaluada; la falta de recursos humanos calificados de Pdvsa; de la cual se quejan amargamente los gerentes de las empresas internacionales en privado. Todo estos son impedimentos que tenemos para desarrollar al sector petrolero”.

Según Ochoa, debemos desarrollar un parque industrial especializado alrededor de nuestra industria petrolera, a la manera como lo llevó a cabo Noruega, donde se desarrolló ingeniería y actividades industriales asociadas, creando nuevas ventajas comparativas; so pena de convertirnos sólo “en una mezcladora de crudos extra pesado con crudo ligero”, y agregó que esto evidenciaba el que había que atacar los problemas operacionales, lo cual amerita, en primer lugar, sanear financieramente a Pdvsa.

“Sanear, financieramente, a Pdvsa es además el primer paso al saneamiento de las finanzas públicas

venezolanas. Yo veo difícil que el ministro de Economía y Finanzas pueda hacer mucho por sí solo; cuando el 96% de lo que se exporta es petróleo. Del déficit del sector público, 2/3 está en Pdvsa, el cual se financia monetariamente por el BCV; y la estrechez de divisas que padece el BCV y el país, viene de los compromisos financieros que Pdvsa ha adquirido. Esto significa,  que todo el ajuste de la economía venezolana pasa, de modo fundamental, por sanear a Pdvsa”.

Por esta vía reconoció que el único que podía adoptar un plan de ajuste hubiera sido Rafael Ramírez; aun cuando lo acusó de ser él mismo quien había iniciado la enorme sobrecarga financiera de Pdvsa en divisas y el que también cubrió el hueco financiero de Pdvsa de bolívares con el apoyo de Nelson Merentes desde el BCV; por lo que se mostró escéptico en cuanto a la adopción de una política de rectificación de fondo. Es por esto que Ochoa insistió seguidamente en el hecho de que había que darle la vuelta a Pdvsa desde el punto de vista financiero.

A continuación mostró dos escenarios para el 2015; el primero, al que juzgó como muy optimista, pues allí se estimarían los ingresos petroleros con un precio del barril a 55 dólares, son aproximadamente de unos 43.600 millones de dólares; habiendo tenido ingresos estimados por el orden de los 72.000 millones de dólares en 2014; lo que significa que habría una caída de más de 30.000 millones de dólares en este escenario optimista, al que calificó casi de inalcanzable.

Trajo a colación la circunstancia de que el año pasado el país no había podido ser bien abastecido, en parte,  por la falta de divisas; además de los serios problema de distorsión  en la asignación de recursos causados por el control de cambio y de precios, en tanto que la economía caía, y se tenía la inflación más alta del mundo. Añadió que, según la estimación que habían hecho algunos colegas y él, a propósito del servicio de la deuda pública para este año, República, Pdvsa y China, el mismo ascendía a unos 17.300 millones de dólares.

Ochoa le sumó a esta cifra las necesidades de  importación de Pdvsa de crudo y productos, por el orden de los 5.000 millones de dólares, junto a las necesidades esenciales de mantenimiento y renovación de equipos, estimada en otros 5.000 millones de dólares; o sea, unos 10.000 millones de dólares, los que sumados a los 17.300 millones de dólares, daba 27.300 millones de dólares.

En cuanto al segundo escenario, con una canasta petrolera venezolana en 46 dólares, calculó que nos entraban casi 37.000 millones de dólares; al tener presente unos compromisos financieros y petroleros, que sumaban 27.300 millones, de ese modo quedarían unos 10.000 millones de dólares de ingresos petroleros, más unos 3.000 millones de dólares de ingresos por exportaciones no petroleras; permitiéndose en este punto mencionar la necesidad previsible de vender parte de las reservas de oro; por parte de un Gobierno que tomó en los últimos 10 años gran parte de las reservas internacionales en divisas, para transferirlas a un fondo de gasto público extra-presupuestario,  según Ochoa.

“Las reservas internacionales en lingotes de oro que no se habían tocado en más de 40 años. Se pueden conseguir en total, quizás unos 20.000 millones de dólares, para cubrir las necesidades de la economía no petrolera, no financiera; sin pagar parte de las obligaciones comerciales pendientes. Sólo las importaciones de alimentos han estado alrededor de los 8.000 millones de dólares. Evidentemente hay vicios de sobrefacturación en las importaciones públicas y privadas. Ahí empieza a jugar un papel crítico, para asignar divisas escasas, el tener un régimen de control cambiario disfuncional”.

Se permitió citar a su colega Felipe Pérez Martí quien llegó a la conclusión de que un déficit fiscal crónico, financiamiento monetario de ese déficit y caída en la demanda de dinero, por preferencia a mantener inventarios de bienes, son tres características previas a caer en la hiperinflación.

“¿Es en ese momento cuando el chavismo; que no ha tolerado un solo mercado libre en más de 12 años, va a liberar parcialmente el control de cambio con una tasa libre? ¿Va a tener el BCV la posibilidad de limitar operaciones, fijar techos, designar cantidades?; ¿será un régimen cambiario tutelado, en una situación muy adversa con aguda falta de divisas? Esto es un cuadro malo”.

Al referirse a lo que había que hacer, indicó que, en primer lugar, había que hacer un reordenamiento fiscal, considerando que hay más de 2.6 millones de funcionarios, y que no se pueden lanzar a la calle de la noche a la mañana;  acabar con el financiamiento monetario por parte del BCV, sin falsificación de estadísticas por parte del mismo, bajo una política monetaria coordinada con la política fiscal.

Asimismo mencionó el reordenamiento financiero y operacional de Pdvsa como eje central de un plan económico, mientras se recupera el sector privado de su decaimiento actual; se requiere revisar el perfil de vencimiento de la deuda pública en bonos y con China; además, estimó que la deuda comercial y con contratistas y proveedores, pública y privada, ascendía a al menos 40.000 millones de dólares.

Admitió que normalizar la relaciones comerciales del país; cumplir con las obligaciones financieras, así como abastecer al país; mientras se estabiliza la economía, simultáneamente, es una tarea compleja, sobre todo, en la América Latina, donde a su juicio, la política tiende a ir rezagada con respecto a las exigencias de la economía, por lo difícil que resulta tomar algunas medidas; pero que en Venezuela había dos ventajas.

“Una –enfatizó-, tenemos una balanza de pagos petrolera, y el petróleo se va a recuperar; dos, somos el último país de la región que va a hacer esta maniobra económica de estabilización, y el mundo hoy es de baja inflación; de modo que podemos buscar aprovechar bien estas ventajas”.