Las 7 noticias petroleras más importantes de hoy #1Ago
Las 7 noticias petroleras más importantes de hoy #1Ago

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Caen rendimientos de Pdvsa y aumentan probabilidades de default

Las curvas de rendimiento de PDVSA y Venezuela, durante los últimos cinco meses, se han invertido una vez más, mostrando una pendiente negativa. Al mismo tiempo, se observa un aumento constante en las probabilidades de default implícitas en los seguros de incumplimiento crediticio (Credit Default Swap, CDS), de acuerdo con el informe semanal de Torino Capital.

El banco explica que, en ocasiones, los deudores que enfrentan una situación difícil, desarrollan estas curvas invertidas porque los mercados temen que tengan problemas de pago en el corto plazo. En caso de default, con frecuencia se asume que todos los bonos recibirán su valor de recuperación, lo cual baja el precio de los títulos de corto plazo de manera significativa, mientras suben sus rendimientos.

Revela el informe que las probabilidad de default en los próximos cinco años subió a 95,6 % el año pasado, mientras que la de PDVSA alcanzó 97,8 %, niveles que son considerablemente mayores que los observados en los últimos meses. Lo mismo ha ocurrido con las probabilidades de default en 12 meses, que se ubican en 62,8 % para los papeles soberano y 67.5 % para la petrolera estatal. Aun así, estas no son cifras récord, puesto que llegaron a ser mucho más altas en enero de 2016 cuando los precios del petróleo llegaron a cerca de 20 dólares.

Se advierte que el precio del petróleo no parece contribuir tanto a este deterioro, puesto que la cesta venezolana cerró en $44,4 la semana pasada, solo un par de dólares menos que en febrero, cuando alcanzó $46,9. Lo que si pudiera tener una contribución considerable a la percepción de la capacidad de pago de Venezuela es la caída en la producción, que bajó a 2.156 tbd en los últimos seis meses.

En el caso específico de Venezuela, el marco de tiempo de deterioro de los indicadores se asocia fuertemente con el inicio de la crisis política en el país, que generó protestas que han dejado un saldo de 122 muertes desde su inicio, según datos del Ministerio Público.

Asimismo, el aumento continuo de las probabilidades de default y del valor absoluto de la curva de rendimiento sugiere que la posibilidad de sanciones de EEUU, ha aumentado la percepción de que un default a corto plazo es probable. También es posible que el éxito de la estrategia de la oposición de cerrar el acceso a fuentes internacionales de financiamiento a través de cartas enviadas a instituciones financieras tanto formales como más informales, generara un aumento de la percepción de que el país no podría cumplir con sus amortizaciones por venir, indica el informe.

Ciertamente, parece improbable que las autoridades puedan lograr un canje similar al ofrecido el año pasado, para los bonos de Pdvsa que se acercaban a su vencimiento, dadas las preocupaciones por repudio de deuda de una nueva emisión realizada sin el consentimiento de la Asamblea Nacional. Si no hay cambios en el ambiente político la tendencia al deterioro continuará, mientras que de realizarse avances en la negociación y mejoras en la situación política se generaría un cambio positivo en la curva de rendimientos del país y de Pdvsa, asegura Torino Capital. (El Impulso)

 

Estados Unidos puede afectar un tercio de las ventas de la estatal Pdvsa

A pesar de que todavía la administración de Donald Trump no ha anunciado sanciones en contra de las exportaciones petroleras de Venezuela, sigue siendo una de las opciones que baraja en contra del Gobierno de Nicolás Maduro. De hacerlo, y cortar cualquier importación de crudo de Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa), Estados Unidos afectaría a un tercio del total de las ventas externas de esta compañía.

La empresa produce y envía al año cerca de 2,6 millones de barriles de petróleo diarios, de los cuales vende a Estados Unidos alrededor de 780.000 barriles diarios. Además, entre los mayores importadores del crudo venezolano en Estados Unidos, está la compañía Citgo, filial en ese país de Pdvsa, que compró 72% de este producto al país latinoamericano en 2016.

Asimismo, comercializó cerca de 49% de su petróleo a Total Petroleum Services; 23% a Valero; 21% a PBD y 19% a Phillips 66. Con este panorama, el país perdería a uno de sus mayores socios comerciales y al “único país que paga en efectivo” por este producto, señaló el diputado de la Asamblea Nacional, Omar González.

Según datos de la Agencia Internacional de Energía, Venezuela es el tercer país que más petróleo exporta a Estados Unidos (9%). Canadá (41%) está en el primer lugar, mientras que en el segundo está Arabia Saudita (14%).

El asambleísta explicó a LR que dada la situación de su país, tanto China como Rusia importan petróleo venezolano que es “el único producto de exportación pero no lo cancelan en efectivo”, sino que pagan con chatarra militar y artefactos eléctricos de pésima calidad, a diferencia de Estados Unidos.

Otra opción que contempla el Gobierno estadounidense es la prohibición de la venta de crudo liviano a Pdvsa. Según cifras de Reuters, la estatal ha importado en lo que va del año 87.000 barriles por día (bpd) de productos refinados estadounidenses para compensar su red de refinación, que ha operado a la mitad de su capacidad debido a la falta de crudos, recortes y carencia de repuestos.

Las ventas petroleras de Estados Unidos a la compañía venezolana son principalmente nafta pesada y crudo ligero que la empresa usa para diluir y hacer exportable el petróleo extrapesado de la Faja del Orinoco, indicó la agencia británica.

Este producto refinado es usado por Pdvsa y varios de sus socios petroleros para diluir una gran parte de la producción de crudo extrapesado y convertirla en grados exportables. Las importaciones venezolanas de nafta pesada de Estados Unidos promediaron 33.000 bpd este año, menos que los 25.000 bpd en 2016, según cifras de la Agencia Internacional.

El país latinoamericano también compra crudo estadounidense para entrega en Curazao. La estatal comenzó a comprar petróleo ligero para procesar en su refinería y este año han sido 19.000 bpd, menos que los 30.000 bpd de 2016, debido a retrasos en los pagos, según datos de la Agencia de Energía.

Venezuela también ha importado combustibles acabados. Por eso, en los primeros cuatro meses del año compró 48.000 bpd a Estados Unidos de gasolina, destilados y componentes. De acuerdo con las cifras oficiales, se espera que las importaciones continúen creciendo, puesto que Pdvsa adjudicó ofertas para comprar 88.000 bpd en el segundo semestre de este año.

De igual manera, expertos energéticos consultados por The New York Times afirman que Venezuela podría eventualmente encontrar otro mercado para reemplazar al estadounidense. Sin embargo, aunque podría exportar más petróleo pesado a China e India, tendría que hacerles un descuento.

Por su parte, de acuerdo con el diario norteamericano, los barriles diarios de petróleo ligero que importa de Estados Unidos podrían ser sustituidos desde Nigeria y Argelia.

De darse las sanciones, Venezuela tendrá que hacer una movida rápida, pues no solo perdería 75% de todos los ingresos exportadores que salen solamente por las ventas de Estados Unidos, según cifras de la Asamblea Nacional, sino también porque se enfrenta a pagos de bonos en los próximos meses, mientras ve disminuir sus reservas internacionales que están en US$9.968 millones.

UE condena uso excesivo de la fuerza

La Unión Europea condenó el uso excesivo de fuerza en Venezuela por parte de los militares, durante los comicios de la Constituyente este domingo. Asimismo, la comunidad reiteró que no reconocerá estas elecciones porque “está muy claro que el actual régimen se está aferrando al poder. La voluntad del pueblo es cambiar el régimen. Es necesario que haya elecciones ahora”, dijo el presidente del Parlamento, Antonio Tajani.  (La República).

 

Sanciones individuales de EE UU entorpecen el refinanciamiento

Aun cuando Estados Unidos no ha decidido reducir el comercio petrolero con Venezuela, las sanciones que ya se han aplicado al presidente Nicolás Maduro, al tesorero Carlos Malpica Flores y al vicepresidente de Pdvsa, Simón Zerpa, dificultan las operaciones de refinanciamiento, afirmó el economista Alejandro Grisanti, director de Ecoanalítica.

Recordó que las sanciones del Departamento del Tesoro les impiden viajar a Estados Unidos, les imposibilitan movilizar las cuentas bancarias que pueda tener en esa nación, así como les prohíben que, a título personal o en representación del Estado, puedan entablar negociaciones o firmar acuerdos de financiamiento.

“Las compañías estadounidenses o las empresas que quieran hacer negocio con ellas no pueden firmar contratos con estas tres personas. Eso afecta al gobierno. Zerpa, por ejemplo, es la figura detrás de la mayoría de las operaciones de endeudamiento”.

Precisó que entre las operaciones que ha estado negociando Zerpa se encuentra la venta de notas estructuradas del Banco Central de Venezuela, que se ofrecieron al banco Nomura.

“Nomura y las otras compañías que pudieran estar interesadas en las notas, pero que tienen operaciones en Estados Unidos, tienen que abstenerse de firmar con él”.

Indicó que el gobierno tiene la opción de destituir a estas personas, para evitar las limitaciones que imponen las sanciones. Sin embargo, cree que es poco probable que lo hagan.

Lo que viene. Fuentes cercanas a la Casa Blanca han asegurado que en los próximos días llegarán las sanciones directas al sector petrolero, lo que afectará aún más las finanzas nacionales.

Grisanti insistió en que lo más probable es que el gobierno de Trump opte por aplicar sanciones de manera fraccionada. Que inicie por evitar que las compañías estadounidenses vendan aditivos necesarios para la elaboración de combustible en Venezuela.

La limitación en la venta de crudos livianos de Estados Unidos dificultaría la red de refinación de la estatal y dejaría, al menos, un tanquero en el limbo, agregaron fuentes de Pdvsa citadas por Reuters en su página web.

La agencia recordó que Pdvsa ha importado este año 87.000 barriles por día de productos refinados estadounidenses para compensar su maltrecha red de refinación, que en 2017 ha operado a menos de la mitad de su capacidad, debido a la falta de crudos, frecuentes cortes y carencia de repuestos.

Grisanti agregó que para Estados Unidos no es un problema dejar de venderle aditivos a Venezuela, pues pueden colocarlos en otros mercados sin mayor dificultad. “Para Pdvsa sí es perjudicial, pues puede producir escasez de gasolina. Y si deciden importar los aditivos de otras latitudes, habrá que pagar mucho más”.

Insistió en que es muy importante para el gobierno evitar que se concreten las sanciones petroleras, pues mientras más pasa el tiempo es más difícil revertir el daño. (El Nacional)

 

Gobierno evalúa opciones para comercializar crudo

El gobierno nacional  estudia redireccionar sus exportaciones  petroleras a otras naciones como Rusia, China y la India, en el caso de que Estados Unidos  cumpla con sus amenazas contra el sector energético, especialmente sobre Pdvsa,  según se desprende de las declaraciones ofrecidas por el vicepresidente de Planifiacación, Ricardo Menéndez.

Tales  afirmaciones están referidas a las advertencias formuladas por la gestión del presidente Donald Trump, en caso de que se concretara la votación para dar paso a la ANC, proceso que tuvo lugar ayer.

Aunque aclaró que  el país sigue dispuesto a mantener abiertas sus líneas de relación económica con todas las naciones del globo, especificó que “si alguien decide  no comprar el petróleo venezolano, existen mercados en el mundo donde se puede colocar”, afirmó.

Menéndez coincide con lo sostenido el  17 de julio por  el embajador de Venezuela en Moscú, Carlos Faría, quien apuntó, “(…) ante esos escenarios Pdvsa viene trabajando y tiene sus planes de contingencia. Si ocurriese el boicot, o el cierre del mercado de EEUU al petróleo venezolano —estamos hablando de unos 700.000 barriles de petróleo al día— ya se tiene previsto cómo ese volumen de crudo va a ser redireccionado  a otros mercados”.

Según divulgó ayer la agencia  Reuters, “los mercados estadounidenses de crudo se preparaban para las consecuencias de las posibles sanciones de Estados Unidos contra el sector petrolero venezolano (…) Aún no está claro cuáles podrían ser las medidas, pero no se espera que incluyan una prohibición a los envíos de crudo venezolano a Estados Unidos. Se considera más probable que se impidan envíos desde Estados Unidos de crudo ligero, los que Venezuela mezcla con su crudo pesado para prepararlo para la venta”, aclara la nota.

El embajador Faría dijo que  “un eventual embargo  petrolero no le vendría bien  a la propia economía de EEUU, ya que tendría que lidiar con el problema de las refinería que están adaptadas para procesar petróleo pesado venezolano(…) no dudamos que saldrán adelante y buscarán una salida si quieren hacer el boicot pero tendrán problemas”. (El Universal)

 

La reserva estratégica de petróleo que Estados Unidos guarda en cuevas (y que Donald Trump quiere vender)

El gobierno estadounidense almacena ahí cerca de 700 millones de barriles de crudo, suficientes para suplir al país de varios meses de importaciones petroleras en caso de una emergencia de desabastecimiento.

Por eso no sorprende es que en semanas recientes varios dirigentes de Washington hayan dado a entender que, como parte de eventuales sanciones contra el gobierno de Venezuela, habían considerado la posibilidad de detener las importaciones de petróleo del tercer proveedor de crudo a Estados Unidos sin arriesgarse a un hara-kiri económico.

El gobierno de Estados Unidos almacena unos 700 millones de barriles de crudo en un sistema de cuevas subterráneas en Luisiana.

Sin embargo, este lunes se supo que el gobierno estadounidense decidió limitar las anunciadas nuevas sanciones a Venezuela a la imposición de sanciones personales contra el presidente Nicolás Maduro.

Pero si en el futuro decide expandir esas sanciones, la Reserva Estratégica Petrolera de Estados Unidos está llamada a jugar un papel mayor.

Aunque el presidente estadounidense Donald Trump haya propuesto en meses recientes vender buena parte de esa reserva para aliviar los problemas fiscales de su gobierno.

Por el embargo árabe

El origen de la Reserva Petrolera Estratégica de Washington se remonta a 1973, cuando los estados árabes impusieron un embargo petrolero a Occidente en retaliación por su apoyo a Israel.

La economía global sufrió un golpe desastroso con ese embargo, del que Estados Unidos no escapó. Los precios de la gasolina se multiplicaron. La gente tuvo que hacer fila para reabastecer sus autos. Y una buena parte de la infraestructura industrial estadounidense, basada en la premisa de combustible barato, empezó a verse amenazada con la obsolescencia.

En 1975 el gobierno estadounidense reaccionó estableciendo la Reserva Estratégica, almacenando el combustible en cuevas rodeadas de formaciones salinas.

El mantenimiento del sistema cuesta cerca de US$200 millones anuales.

A cambio, Estados Unidos ha salido airoso en numerosos incidentes que involucraron interrupciones de las importaciones de petróleo.

Entre otros casos, se produjeron durante la Guerra del Golfo en 1991, y luego del huracán Katrina de 2005, que afectó parte de la infraestructura energética estadounidense, en donde se usó petróleo de la reserva estratégica para compensar la caída.

Riesgo latente

En realidad, el abastecimiento de petróleo a Estados Unidos ha enfrentado riesgos geopolíticos con cierta frecuencia.

Más aún, una de las más notorias interrupciones en el suministro de crudo a Estados Unidos en décadas recientes ya tuvo como protagonista a Venezuela, le recuerda a BBC Mundo Jorge Piñón, experto en asuntos energéticos de la Universidad de Texas.

«A la gente a veces se le olvida que en 2002 y 2003 el flujo de crudo venezolano a Estados Unidos se vio afectado por la huelga petrolera en ese país», indica Piñón.

Estados Unidos perdió por un tiempo el suministro de cerca de 1,5 millones de barriles diarios provenientes de Venezuela.

El impacto de un cierre de las puertas al petróleo venezolano en Estados Unidos hoy sería más reducido, asegura Piñón, recordando la caída en años recientes de las exportaciones venezolanas.

Estados Unidos no es el único país que emplea estos enormes sistemas de almacenamiento de crudo.

Japón, por ejemplo, tiene cerca de 500 millones de barriles almacenados en tanques sobre la superficie en el suroeste del país.

Y otras potencias como China están expandiendo sus instalaciones con ese propósito.

Trump lo pone en venta

Irónicamente en un momento en que la Reserva Estratégica podría adquirir mayor relevancia por cuenta de la crisis venezolana, el gobierno de Donald Trump ha venido considerando vender una parte sustancial de ella.

En mayo de este año, su gobierno propuso, como una estrategia para reducir la deuda pública, vender casi la mitad de la reserva, cerca de 300 millones de barriles, en el curso de la siguiente década.

La venta de estos recursos le podría representar al país cerca de US$16.000 millones en ingresos, asegura el gobierno de Trump.

Lo que nadie sabe es cuanto le costaría a Estados Unidos una crisis externa en la que se quedara sin petróleo por cualquier período de tiempo, y en donde ya no pudiera acudir a esa reserva de emergencia.

La propuesta sigue en discusión.

Entre tanto, bajo las formaciones salinas de Luisiana sigue almacenado un verdadero tesoro energético de cientos de millones de barriles de crudo, el mismo que le ha permitido por décadas a Estados Unidos respirar más tranquilo en su interacción con el volátil mundo de la industria petrolera global. (BBC)

 

En la semana dorada del petróleo, las acciones del sector no acompañaron

Las correlaciones entre los distintos activos dentro del mercado financiero no han estado funcionando de la forma en que estamos acostumbrados y el comportamiento de distintos instrumentos financieras en las últimas semanas y meses dan cuenta de tal distorsión.

Para comenzar, uno puede ver que la semana pasada el petróleo ha protagonizado su mejor semana en lo que va de 2017 y, sin embargo, la mayoría de las acciones de empresas locales relacionadas no rindieron de la forma en que uno debería esperar ante semejante recuperación. Es decir, una suba de 8,5% en el crudo debería al menos generar un avance similar en las acciones petroleras, sin embargo, a nivel local, los ADRs de Tenaris, YPF o Petrobras no sólo tuvieron subas similares sino que mas bien subieron menos que el subyacente.

Para ponerlo en números, el crudo paso de u$s 42 a comienzo de semana pasada y alcanzó valores de u$s 50. En el mismo periodo, YPF acompaño al crudo con una ganancia de 4%, Tenaris perdió casi 1% la semana pasada y finalmente Petrobras avanzó cerca de un 2%. A nivel internacional, el ETF de sector energético (XLE) también se mostró casi indiferente a la evolución del crudo, subiendo un 8% en la última semana. Mismo comportamiento tuvo el índice de productores de petróleo a nivel internacional (IEO) que también subió poco mas de 2% en el mismo periodo en que el petróleo se recupero un 8,5%.

Mirando más a mediano plazo, uno puede ver que la correlación entre el petróleo y dichos activos ha disminuido. Puntualmente, la correlación entre el petróleo e YPF ha descendido a casi la mitad de lo que era entre 2012 y 2017. Es decir, la correlación semanal entre YPF y el petróleo era de 27% en los últimos 5 años y ha caído a 15,5% en el ultimo años.

La correlación entre el petróleo e YPF desde comienzo de año a la fecha ha caído al 12,5%, con PBR muestra una correlación poco significativa del 32% y quizá la más elevada sea TS con niveles de casi 60% de correlación.

Incluso, en una visión de mediano plazo se puede observar que el impacto de la debilidad del dólar a nivel mundial no está generando los efectos supuestamente positivos que podría llegar a tener sobre las materias primas. Un dólar más caro tiende a ser nocivo para la comercialización de materias primas dado que, en términos de moneda local, tiende a encarecer dichos productos. En sentido opuesto, un dólar débil y/o una moneda local más fuerte, tiende a generar un comercio internacional de materias primas más firme dado que el poder de compra con la moneda local se incrementa, pudiendo adquirir más cantidad de dicha materia prima.

Ahora bien, el dólar a nivel mundial acumula una caída desde los máximos de casi 104 puntos del Dólar Index hasta los 93 puntos actuales de 10,3%, permitiendo que el euro pasase de u$s 1,03 hasta los máximos actuales de u$s 1,175 actuales. Generalmente, dichos procesos de debilidad del dólar deberían permitir subas importantes en las materias primas, tanto el petróleo, oro y comoditties agropecuarios. Sin embargo, este no es el caso para este año ya que ninguno de los activos mencionados han ralleado con firmeza.

Mientras el dólar cayó un 10% desde enero a la fecha, el petróleo no solo que no subió sino que se ubica un 10% debajo de los máximos de enero, cuando el crudo supo tocar u$s 55,25 el barril. La soja por su parte se ubica en los mismos valores de comienzo de año sin poder mostrar retornos positivos, de igual manera que el maíz. El trigo si ha generado fuertes avances, colocándose un 16% por encima de los valores de comienzo de enero, aunque a la vez actualmente cotiza un 17% debajo de los máximos de fin de junio pasado.

Un párrafo aparte para el oro que, al igual que las monedas que se miden contra el dólar, se ha apreciado un 10% ganando el mismo terreno que el dólar perdió desde enero a la fecha.

En concreto, podemos ver que la caída del dólar no está generando fuertes movimientos alcistas en las materias primas como si solemos ver ante escenarios similares de debilidad del billete americano y, particularmente para el petróleo, este ha tenido una recuperación interesante en la última semana aunque poco ha repercutido en las acciones del sector. Las correlaciones y el comportamiento de los distintos activos ha perdido fuerza no solo entre el tipo de cambio y las materias primas sino también entre las materias primas y las acciones del sector petrolero. (El Cronista)

 

Banco de España prevé que el precio del petróleo no experimente un alza marcada

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Los precios del petróleo no experimentarán un alza sustancial por la previsible contracción de la oferta y la demanda, según el informe ‘Evolución reciente y perspectivas del mercado de petróleo’ publicado por el Banco de España.

Aunque se considera cierta retracción de la oferta por la caída de la inversión, la demanda también estará contenida por el aumento de la eficiencia en el uso de combustibles derivados del petróleo y la concienciación social sobre sus externalidades negativas.

Según el Banco de España, a corto plazo «no parece haber elementos para considerar un alza sustancial en los precios», a no ser que se produzca una reducción adicional de la producción de la OPEP y otros productores o un aumento de las tensiones geopolíticas.

Además, señala que el papel del cartel, en general, y el de Arabia Saudita, en particular, parece haberse debilitado en el mecanismo de determinación de precios, por lo que dependerán en mayor medida de los costes de los productores de Estados Unidos.

Las perspectivas de precios de los principales analistas recopiladas por Bloomberg consideran que el barril de Brent se situará por debajo de los 60 dólares a finales de 2018.

En cuanto al medio plazo, el informe tampoco pronostica un retorno al entorno de precios elevados del petróleo, aunque reconoce que existen «importantes elementos de incertidumbre». Así, la caída de la inversión o el aumento de los costes asociados al petróleo no convencional pueden reducir las reservas viables económicamente, lo que tensionaría la oferta.

Los aumentos de precio serían aún menores según la curva de futuros sobre el barril de Brent, con cotizaciones ligeramente crecientes sobre los precios de contado, que alcanzan los 55 dólares en los contratos con vencimiento en 2015.

LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA REDUCIRÁ LA IMPORTANCIA DEL PETRÓLEO

Más a largo plazo, la demanda se encuentra condicionada, entre otros factores, por el impulso a la eficiencia energética propiciada por consideraciones medioambientales, que podría modificar el papel prominente del petróleo como fuente de energía en el transporte.

El estudio recoge un trabajo reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) que analiza la revolución tecnológica en el transporte, que desplaza los vehículos de combustión por vehículos eléctricos y que, en consecuencia, reduce la importancia del petróleo como fuente principal de energía para el transporte.

De confirmarse esta tendencia, la elasticidad-precio de la demanda de petróleo aumentaría, lo que tendería a presionar sus precios a la baja, al tener que competir en el mercado eléctrico con otras fuentes de energía como el carbón, el gas natural, la nuclear y las renovables. (La Información)