Nubarrones en el horizonte energético por Tony Bianchi
Nubarrones en el horizonte energético por Tony Bianchi

Hidrocarburos

 

Luego del gran colapso de los precios petroleros causado por la venta del crudo a bajo precio iniciado por Arabia Saudita en una movida  claramente artificial y estratégica destinada a reducir las ventas rusas en el mercado asiático por una lado y reducir  la producción de petróleo no convencional  (fruto de la explotación por fracking o por penetración horizontal) principalmente en los Estados Unidos por el otro, el mercado mundial se está recuperando aunque lentamente.

La grandes reservas monetarias y las ganancia derivadas de su astuto manejo del trading petrolero le permiten a Riad compensar sus ganancias obtenidas a través de los anteriores precios del crudo. Sin embargo, Arabia Saudita no puede seguir esta estrategia por un tiempo indefinido.

Al mismo tiempo los bajos precios petroleros están impulsando la economía mundial y, según la Agencia Internacional de Energía (IEA), la demanda de hidrocarburos que este año sobrepasará los 910.000 barriles diarios (bpd) subirá a 1,130,000 bpd en el 2016.

Finalmente en el horizonte del entorno mundial están apareciendo nubarrones que vaticinan grandes aumentos en los costos generales del manejo de las industrias energéticas que afectarán seguramente los precios petroleros.

El primer nubarrón es la siempre más urgente necesidad de renovar la infraestructura y los equipos que en varios casos han sido utilizados desde el descubrimiento del petróleo hace casi 100 años. Según un reciente estudio reemplazar lo existente y añadir lo necesario para hacer frente al crecimiento energético global  costaría entre  2 y 5 mil millardos (trillion) de dólares entre el 2015 y el 2035.

Varios precavidos países (definitivamente no Venezuela) productores de petróleo cuentan con Fondos Soberanos de Inversión (Foreign Wealth Funds) creados para hacer frente a emergencias y otras necesidades primordiales, otros países también cuentan con grande empresas petroleras (ya PDVSA tienen años que no figura entre ellas) que disfrutan de grandes capitales de inversión, y están más o menos preparadas para renovar sus infraestructuras o tienen la capacidad de obtener préstamos importantes.

Aun así, los fondos disponibles para  la renovación de los sistema y equipos de infraestructura no alcanzan el 40 por ciento de la necesidad mundial.  ¿De dónde saldrá la diferencia, y a qué costo?

En el actual foro de las principales autoridades energéticas de todas partes del mundo  con las mayores instituciones prestamistas mundiales reunidos en Londres, los banqueros están dejando un mensaje muy  preocupante: debido a las grandes cantidades de países y empresas deudoras, los incumplidos  y a la falta de confiabilidad, los prestamistas arriesgaran sus fondos con muchísima más prudencia.

Consideremos solamente a Asia. Es impensable creer que  solamente China pueda contar con los hidrocarburos necesarios para seguir su ritmo de crecimiento. Más  bien los expertos en la materia piensan que a duras penas, entre hidrocarburos y carbón ( con todo lo que esto implica para el  medio ambiente) se logrará proveer electricidad suficiente para cada hogar chino.

No cabe duda que no solamente los precios de cualquier hidrocarburo, sea el que sea, subirá. Las proyecciones son que de inmediato el aumento será suave, pero a partir de finales del próximo año aumentará paulatinamente llegando,  dentro de dos a tres años a afectar considerablemente todo el mercado energético, y eventualmente, como suele,  al consumidor final que es el ciudadano común.