La política económica, las lluvias, y el PIB - Runrun


Las cosas serían distintas si el gobierno nacional hubiese ahorrado lo suficiente durante la bonanza petrolera del período 2003-2008 (la época de las vacas gordas); específicamente, si en la actualidad hubiese más liquidez en el Fonden, o si no nos hubiésemos endeudado tanto como lo hemos hecho en los últimos años.

Los efectos adversos directos de las excesivas lluvias operarían sobre el comercio, el transporte y almacenamiento, la agricultura, el turismo e inclusive sobre servicios básicos (públicos y privados) en las zonas afectadas. Mientras que los efectos adversos indirectos operarían sobre la manufactura, el comercio, y los servicios, fundamentalmente debido a la reducción de proyectos de inversión en la recuperación de la infraestructura eléctrica de generación y transmisión. En este sentido, cualquier efecto positivo derivado de la actividad de reconstrucción de vías, carreteras, municipios, pueblos y cultivos dependerá de si el gasto de reconstrucción termina siendo financiado vía la reasignación de recursos del Fonden previamente comprometidos en proyectos (i.e. vía la substitución de un gasto por otro), o de si su financiamiento implica un incremento del endeudamiento (i.e. del gasto total).

Me inclino a pensar que el efecto neto de las lluvias en 2011 ha de ser negativo; es decir, pienso que la reconstrucción necesaria a consecuencia de las lluvias se financiará a costa de la reducción del gasto en proyectos previos, que ahora tendrán que ser rezagados.

¡Lamentable!

Ángel García Banchs

PhD en Economía Política de la

Universidad de Siena, Italia y

Profesor del CENDES y FACES/UCV

http://www.pensarenvenezuela.org.ve

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Twitter: @garciabanchs