El presidente Maduro acuñó el término cadivismo, en realidad no sabemos si ha sido creación de él, o de otra cabeza, posiblemente calva, dentro de su gabinete. De lo que si estamos seguros es que el discurso que leyó ayer se lo redactó Giordani, quizás la cita de Al Capone se la haya recomendado Diosdado. En una lamentable sesión parlamentaria, de esas que ya son costumbre en Venezuela, el presidente fue a pedir la ley habilitante y se llevaron parte de la barra del Caracas FC para que amenizara la sesión. El cántico más empleado fue aquel de “no volverán”; el más fiel recordatorio de que la piñata pública tiene dueño y que no la entregarán fácilmente.

La verdad es que la capacidad del presidente Maduro para dar un discurso y conducir una sesión es bastante limitada; menos mal que detrás tenía la mano que mece la cuna y a su ministro de planificación para que le redactase el discurso. Ayer me preguntaron varias veces sobre cómo interpretar el nombramiento de Ramírez como Vicepresidente del Área Económica, mi respuesta fue que lo realmente relevante es que Giordani sigue en el gabinete. Toda la parafernalia que se ha tratado de montar sobre los supuestos “pragmáticos” resultó servir únicamente para generar expectativas y escribir reportes económicos. Ayer todo quedó bien claro en los pases de televisión durante el discurso: Giordani en primera fila y Merentes en segunda, se veía chiquitico, aunque aplaudiendo fervorosamente, más le vale que lo haga en esta Venezuela que va teniendo visos del Estado al norte de donde vino el Gangnam Style.

El discurso estuvo lleno de citas de personajes que Maduro no ha leído nunca pero no importa, el que ha leído basura hasta intoxicarse es su ministro de planificación, quien le ha tomado el gusto a las habilitantes para dar saltos cuánticos hacia su nirvana económico que nos es otro que el comunismo. El discurso estuvo lleno de los trazos giordanianos de siempre: la burguesía parasitaria es la culpable de todo lo malo que ocurre en el país, no generan ni un dólar, no agregan nada de valor, etc. Las afirmaciones son tan simplonas y denotan tanta carencia de nociones económicas básicas que no vale la pena ni refutarlas. La parte de discurso que si merece ser comentada es la crítica a CADIVI y en general al cadivismo. Finalmente entendimos lo que el presidente Maduro ha querido decir con el término. El cadivismo no es más que la corrupción asociada a la entrega de los dólares a tipo de cambio oficial.  En Venezuela ya hubo entonces Recadivismo y Otacismo, pero no hay dos sin tres, eran  necesarios 10 años más para darnos cuenta que los controles de cambio fomentan la corrupción.

El chavismo como modelo político nació para canalizar el descontento social para luego transformarse en un enorme esquema clientelar de distribución de renta. El auge de los precios petroleros reforzó esta tendencia. CADIVI nació de la coyuntura en una crisis económica y política, luego se transformó en un arma de control político. Durante los 10 largos años de funcionamiento, CADIVI ha ido mutando hacia lo que es hoy: el mayor esquema de distribución de renta que existe en Venezuela. Han tardado mucho en darse cuenta de ello en el gobierno, o para decirlo más claro, no les ha interesado darse cuenta sino hasta cuando el problema se ha extendió a tal punto donde ya pone en peligro la estabilidad misma del gobierno. Los mismos que crearon CADIVI nos dicen ahora que hay cadivismo. Los mismos que han basado su esquema de dominación en el reparto de la piñata petrolera nos dicen que el mayor esquema de distribución de renta ya no funciona y genera corrupción. El nivel de descaro de esta gente es solo comparable con su incapacidad para resolver la situación.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10

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