En 2011 persistirá la estanflación; es decir, la recesión económica con inflación. Probablemente, el crecimiento pasará de negativo (contracción) a nulo (estancamiento); y, de darse un crecimiento positivo, éste sería tan leve que se sentiría como una recesión. En pocas palabras, en el año 2011 volverá a caer el ingreso por habitante en nuestro país, puesto que, aún corriendo con suerte, el crecimiento de la economía nacional no excederá el de la población (1.6%). Las erradas políticas económicas son la causa, pero, ante todo, en particular, lo que ellas implican en término de la escasez de divisas, y la devaluación. Lo primero limitará la expansión del producto privado, y lo segundo hará mermar la capacidad de compra del salario (i.e. el consumo, que representa más del 70% del PIB); lo anterior, sin dejar de señalar el efecto perverso del riesgo político sobre la economía.

De un 25% a un 29% excede la demanda a la oferta de divisas; de allí que observemos el endeudamiento progresivo de Pdvsa y la República, y la venta de sus activos reales y financieros en el exterior: el gobierno está urgido de dólares.

Al comparar las cifras anualizadas (la variación en los últimos 12 meses), se observa que: el PIB real cayó -3.4%; el petrolero -4.9% y el no petrolero -2.7%; el consumo privado disminuyó -4.3%; la inversión bruta fija cayó -10.5%; las exportaciones cayeron -12.7%; las importaciones cayeron -21.1%; el PIB privado cayó un -3.9%, y el público un -1.1%; en pocas palabras, a nivel anualizado sólo aumentó el consumo del gobierno en 2.2% (que es algo así como la mitad del gasto fiscal real, el cual cayó).

Todas las actividades privadas, salvo comunicaciones, cayeron en los últimos 12 meses. Y en 2011, además de ésta, sólo crecerán las que tengan acceso a las divisas.

Ángel García Banchs

PhD en Economía Política de la

Universidad de Siena, Italia y

Profesor del CENDES y FACES/UCV

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