CADIVI y los estudiantes por Francisco Ibarra Bravo - Runrun
CADIVI y los estudiantes por Francisco Ibarra Bravo

Ya son varios los casos que me han llegado de forma directa sobre las dificultades que están teniendo aquellas personas que quieren cursar estudios en el extranjero para acceder a las divisas. Estos casos no han sido rumores; por el contrario personas que conozco personalmente, en algunos casos estudiantes a quienes di clases y que hoy en día son colegas. En CADIVI actualmente se sigue un proceso arbitrario para asignar los dólares a los estudiantes donde algún burócrata siguiendo las directrices de algún otro burócrata se siente con derecho a decidir que carreras y que postgrados son los que “requiere” el país o concretamente que carreras son afines al proyecto político que actualmente pretende entronizarse en el país.

Este tipo de situaciones son las que nos hacen recordar que el actual proyecto político no busca darle libertad a los individuos para que escojan su propio camino sino que pretende imponerles el camino que deben transitar. Usted no puede ir a estudiar lo que usted quiera sino que tiene que ajustarse a lo que algún iluminado considere que son los estudios que el país necesita. Esto se podría entender en la entrega de becas y créditos de Fundayacucho, donde las necesidades técnicas del país podrían pensar y ante la limitante de los recursos forzar a que se privilegiaran carreras técnicas que en gran medida son las que requiere el país. En Fundayacucho se empleaba dinero público para financiamiento de proyectos que, aunque tengan enormes externalidades positivas, son privados y lo lógico era que se exigieran ciertos requisitos. De todas formas, Fundayacucho no nació bajo esa concepción excluyente y siempre fue bastante amplio en cuanto al financiamiento de diversas carreras, probablemente de ahí el venga aquel chiste de “sobador de tortugas”. Pero lo de CADIVI es otra cosa. Es sencillamente negar la oportunidad de cursar los estudios que se desean forzando a los estudiantes o bien a abandonar el proyecto o a tener que ir a conseguir los dólares en el mercado que no existe pero de que vuela, vuela. El atropello que se está cometiendo es tal que se obliga a cometer en teoría  una ilegalidad para poder conseguir financiamiento para un proyecto de estudios. Todo esto cortesía de un control de cambio que ya no da más y de unos burócratas que pretender erigirse como conocedores de las necesidades educativas de un país. Por supuesto, siempre que se le entrega un poder discrecional a un personaje de estos se genera además el incentivo para que ejerza esa facultad de la mejor manera posible para su bolsillo. Quizás el peor daño que genera el control de cambio es la arbitrariedad y corrupción que genera a su alrededor.

Detrás de cada estudiante que sale el país a mejorar su formación y regresa hay, además de una historia de enriquecimiento personal, un enriquecimiento del capital humano con el que cuenta el país. No solamente aquellos que luego se dedican a enseñar lo que aprendieron sino a todos aquellos que generan un país más productivo. Lo que ocurre actualmente con CADIVI y las divisas para los estudiantes en el exterior es costoso para el país; mucho más de lo que los burócratas detrás de estas decisiones piensan.  Es necesario que esta actitud en CADIVI se termine y que aquellos que puedan y deseen hacerlo prosigan sus estudios afuera. Para aquellos que no cuenten con los mecanismos es necesario que Fundayacucho vuelva a ser  aquella promesa que una vez fue. Este país necesita mejorar su capital humano como el monte en verano necesita la lluvia, CADIVI y sus burócratas no ayudan.

 

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10