Poniéndole el cascabel al gato por Francisco Ibarra Bravo - Runrun

Confieso que tenía pensado escribir sobre la ley de desarme pero pocas cosas son más llamativas que Chávez en campaña. El presidente firmó el decreto ley de la Misión Hijos de Venezuela. Ahora que ya se esta viendo más recuperado se ha subido al lomo de la renta petrolera para hacer campaña; con petrodólares se cabalga muy bien.  La Misión tiene por objetivo brindarle apoyo a las madres en situación de pobreza, le ofrece 100 dólares, a precio CADIVI, para ayudarle a ellas y a sus hijos. Esta política puede ser criticable en dos ámbitos, en su fondo y en su forma.

Para algunos una ayuda de este estilo genera profundos incentivos para aumentar la tasa de embarazos. Según esta tesis, 430 bolívares son suficientes para hacer que una mujer salga en estado y cobrar la bequita, la verdad es que con 430 Bs.F el cielo es el límite… Habría que ser realmente ingenua o ingenuos, para asumir lo que representa traer un hijo al mundo solo por una beca temporal y que en la Venezuela actual, también debería ser descontada por la posibilidad de que realmente se termine recibiendo. Es muy posible que lo que algunos temen se convierta en un festival de nacimientos tenga un escaso impacto en las decrecientes tasas de natalidad del país. Sin embargo, para aquellas madres que logren recibir el dinero, alguna pequeña diferencia hará en su vida y en la de sus hijos. Es posible que la beca tampoco tenga incidencia importante en la participación en el mercado laboral de las madres, aunque creo que siendo la beca una fracción respetable del salario mínimo podría llegar a tener alguna. Esta segunda arista me parece que tiene más validez, de todas formas ambas siguen siendo preguntas abiertas y sería interesantísimo que en un futuro pudiesen responderse.

El punto a tratar va más allá de la transferencia a las madres. En el fondo el argumento es que las transferencias generan distorsiones e ineficiencias. Ese es un argumento muy válido.  El problema de muchos es que creen que las transferencias en Venezuela se limitan a la base clientelar del presidente. Algunos creen que la gasolina cuesta 0,09 Bs.F el litro, que el valor real del dólar electrónico de CADIVI es 4,3 Bs.F, incluso, algunos creen que en la asignación de los bonos en divisas no hay un subsidio implícito. El gran problema de Venezuela es que está llena de subsidios y transferencias a todo nivel y que por ende la distorsión e ineficiencia están a todo nivel. Ese es el verdadero problema, no una política que busque aliviar la miseria de algunos por más que pueda generar algunos efectos negativos.

El verdadero problema en Venezuela, como he escrito en otras ocasiones, es que tiene una relación entre el estado y el ciudadano totalmente distorsionada. El Estado Venezolano recibe ingresos petroleros de una riqueza que en teoría es de todos, sin que ese dinero pase primero por mano de sus “verdaderos” dueños. El problema no es, como muchos piensan, la existencia de una renta, el problema es que esa renta es canalizada al Estado sin que aquellos que creen tener derecho a ella entiendan con claridad ni su origen, ni su magnitud. Es perfectamente entendible que en este esquema el venezolano se sienta constantemente estafado por sus gobernantes. Si el orden de las cosas fuese diferente y la renta se distribuyese directamente para que luego el Estado cobrase impuestos, muy probablemente las mujeres en la Maternidad Concepción Palacios habrían linchado al presidente al enterarse que este les estaba ofreciendo en el mejor de los casos 1.200 dólares al año. Asumiendo que se exporten los 2,5 millones de barriles diarios que dice Ramírez se exportan, y que los costos de producción de PDVSA fuesen 20 dólares por barril, la renta por habitante, sería de más de 2.430 dólares al año. Si el gobierno le cobrase a esa mujer el 50% de impuesto sobre su renta y la de su hijo, todavía tendría más de lo que se le está entregando con bombo y platillo en cadena nacional. Esas mujeres sonreían porque carecen de la información necesaria para entender que en la política venezolana no hay nada más fácil que hacerse el simpático a costilla del dinero público. La razón es que la mitad del dinero público no se le saca del bolsillo a los venezolanos porque nunca les entra. Mientras esa situación no cambie, seguiremos siendo presa de los mesías y justicieros de turno. Lamentablemente son pocos los que en este país promueven algún cambio en esta dirección, son pocos los que de verdad quieren ponerle el cascabel al gato.

Dicho lo anterior, no puedo concluir sin hacer una crítica a la forma como se ha establecido la política de asistencia a las madres en situación de pobreza. Chávez es superado solo por sus peores versiones. La cadena que realizó fue un burdo espectáculo populista pero esta vez cruzó aun más la raya, si cabe, para hacer declaraciones criminales. Cuando hizo afirmaciones como “así tratan los ricachones a los pobres”, juega a radicalizar a su electorado pero también a acrecentar el cisma existente en la sociedad venezolana. Aprovecharse de la miseria humana, del dinero público y además propiciar el odio entre venezolanos solo cabe en una mente enferma como la de Chávez, pero en este caso, que es una raya más para un tigre.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10