A lo largo de los años el salario mínimo ha sido referencia importante para monitorear el nivel de remuneración en nuestra economía. Muchos venezolanos, trabajadores y empresarios, están atentos a los anuncios que el gobierno hace al respecto. Los primeros lo hacen con la esperanza de que ese nuevo aumento les rinda más que el anterior, los segundos lo hacen para estimar el impacto en el aumento en los costos de funcionamiento de su empresa. En mi caso en particular estoy atento a dichos anuncios para poder estimar cuál es el comportamiento real de dicha variable.
La inflación hace estragos en lo que ganamos y en lo que ahorramos. En una economía como la venezolana es extremadamente importante analizar las diferentes variables en términos reales, es decir, ajustadas por inflación. Esto suena más complicado de lo que realmente es. Todos sabemos que un BsF de 2008 vale más que un BsF de 2011, en otras palabras, un BsF de 2008 compraba más cantidad de productos que un BsF 2011. Veamos un ejemplo con el mismo salario mínimo. En mayo de 2008 el salario mínimo era alrededor de BsF 799, pero esos BsF 799 compraban lo que hoy podemos comprar con BsF 1.820. A pesar de que el salario de 2008 es menor en términos nominales, en términos reales es un 18% superior al salario mínimo actual.
El ejemplo anterior deja evidenciado en números lo que miles de hogares deben estar sintiendo en estos momentos: el salario no me rinde igual que hace tres años. Y eso es totalmente cierto, a partir de 2008 la tendencia del Salario Mínimo Real (SMR) ha sido hacia la baja, y esto también va de la mano con la disminución de las ventas que también deben sentir los empresarios cuando comparan sus números actuales con los de 2008.
Pero no todo es malo para el SMR actual. Si lo comparamos con septiembre de 1998 encontramos que el SMR actual es 13% superior al que teníamos en ese año. Con esto podemos concluir que el salario mínimo está muy lejos de ser lo que era en 2008, pero por lo menos es mejor que lo que teníamos 1998. Para otra discusión queda el tema del achatamiento que ha habido entre el salario mínimo y los niveles de salario para los escalafones de ocupaciones que requieren mayor preparación y capacitación, pero es claro que los salarios reales de estos empleos han tenido un peor desempeño que el mismo salario mínimo.
Queda para la reflexión que después de todo el boom petrolero vivido entre 2005-2008 nuestro salario mínimo (en términos reales) sea sólo 13% superior al de 1998. En este punto pareciera imponerse la tesis que para poder aumentar el salario real de manera significativa el camino a recorrer tiene que ser el del aumento de la productividad y no el del reparto de la renta. Algún día aprenderemos esto y espero que sea pronto.
Henkel García
Analista e Instructor en Finanzas.
Presidente de Visión de Inversión
Director de @Econometrica IE C.A.
Maestría Administración, mención en Finanzas UNIMET
Twitter: @HenkelGarcia
