Ahorro e inversión en Venezuela por Henkel García - Runrun

Tanto el ahorro como la inversión tienen un rol sumamente importante en la economía. Mientras el ahorro trasciende en el ámbito micro (del individuo y el hogar), la inversión lo hace desde el punto de vista macro (el agregado de la economía). En Venezuela, lamentablemente, el comportamiento de ambas variables no ha sido el mejor durante las últimas décadas.

Cifras de Datanálisis acerca del destino del ingreso del venezolano promedio, muestran que sólo 2% del ingreso del hogar es dedicado al ahorro. Esto no es un hecho fortuito, tiene razones para que ello ocurra. La que primero viene a mi mente tiene que ver con que el ingreso real del venezolano promedio no alcanza para ahorrar, la mayor parte del ingreso es gastado en alimentos y otros gastos ineludibles del hogar. En segundo lugar, la inflación promueve a que lo que nos ingresa sea gastado lo más rápido posible por temor a que los productos suban de precio, esto nos lleva a postergar o a descartar nuestra decisión de ahorrar para nuestro futuro. El ser humano tiene como tendencia natural postergar las decisiones que no conllevan a beneficios inmediatos (procrastinar), una de ellas es el ahorro; en Venezuela la realidad económica pareciera exacerbar esa tendencia lo que prácticamente imposibilita el ahorro. La consecuencia de todo esto apunta a que hay una gran cantidad de venezolanos que no tiene asegurado un retiro tranquilo y próspero después de tantos años de trabajo.

Parece paradójico pero a nivel macroeconómico es inconveniente que haya niveles muy altos de ahorro. Buena parte de los agentes económicos deben animarse a invertir: crear y expandir empresas, realizar obras de mantenimiento de infraestructura, etc, etc. La inversión es vital para que el crecimiento económico sea sustentable en el tiempo. Pero para que las personas y empresas se animen a invertir debe existir confianza en el sistema político y económico. La inversión conlleva un riesgo a que ese capital hundido no sea nuevamente recuperado, es decir, ese dinero que muy bien podría quedarse en forma de ahorro de manera segura busca nuevas y mejores oportunidades de retorno pero con un riesgo e incertidumbre mayor. Claro, entre menos confianza y más miedo haya en un país, menor la cantidad de personas y empresas que se verán dispuestas a invertir, y con ello queda pendiendo de un hilo la factibilidad y la sostenibilidad del crecimiento económico. Venezuela ha adolecido de esto durante decenas de años, algo que sin duda debemos cambiar en el futuro.

Como pueden ver el marco económico que un conjunto de políticas desacertadas nos ha dejado, nos agobia a nivel micro y a nivel macroeconómico. Los próximos gobiernos tienen como reto propiciar un ambiente en el que el venezolano tenga un ingreso real suficiente para que pueda ahorrar, garantizar niveles de inflación que permita a los venezolanos dejar su dinero en moneda local sin temor a que el dinero ahorrado pierda poder adquisitivo, ofrecer la oportunidad de que millones de venezolanos puedan tener fondos de pensión que permitan un retiro digno y acorde con el trabajo entregado. Por otro lado, esos gobiernos tienen que generar un clima de confianza y propicio para que buena parte de ese ahorro sea dedicado a la inversión, al desarrollo de un parque industrial que nos permita diversificar nuestra cartera de productos de exportación, además de sustituir la gran cantidad de productos importados que hoy tenemos. Magna tarea, pero que sumando voluntades no dudo que podamos lograrlo.

Henkel García

Analista e Instructor en Finanzas.

Presidente de Visión de Inversión

Director de @Econometrica IE C.A.

Maestría Administración, mención en Finanzas UNIMET

Twitter: @HenkelGarcia