Nuevamente el gobierno decreta el alza del salario mínimo, cuyo decreto requiere de erogaciones que vendrán a presionar la inflación interna debido a que el país continúa atrapado con una baja producción de bienes y servicios.

El gasto que requiere cubrir el Ejecutivo para dar cumplimiento al decreto de salario mínimo viene a sumar liquidez en el mercado interno. A ello hay que agregar que se sumará por la vía de la extensión de bonos de alimentación a empresas de un solo trabajador y en días no laborales, la demanda de productos básicos, que actualmente son escasos.

Súmele el lector los aumentos en el sector salud, el incremento espectacular para la administración pública y el del sector universitario. Sin esos incrementos había fuerte presión sobre la inflación, lo que viene es un panorama nada halagador en cuanto a precios.

No se trata de que no se haga aumentos porque no se tiene que presionar la inflación, pues esa sería una manera injusta de que el trabajador venezolano pague los efectos que produce el alto gasto fiscal y los déficit del Ejecutivo, además del desorden en las cuentas públicas, que no se traducen en desarrollo y crecimiento sustentable.

Hay que decir que el gobierno cubrirá algo de esas erogaciones con los excedentes petroleros que ahora tiene con el precio del barril por encima de USD 100. Hay que recordar que el gobierno hizo un presupuesto de USD 40 por barril. Pero ese excedente no será suficiente, pues el mismo efecto de inyectar al país de circulante por la vía de incremento de salarios, continuará generando presión contra el bolívar, porque el problema no es el aumento de la cantidad de dinero que recibe un trabajador, el problema que hay en Venezuela es la poca oferta de bienes y servicios que tiene este trabajador, porque el sector productivo privado ha sido perseguido, confiscado y prácticamente paralizado, por medidas políticas que ya fueron ensayadas en otros países y fracasaron. Las llamadas empresas socialistas no cubren las expectativas.

Los trabajadores que militan en el partido del Presidente, debería explicar a sus camaradas, luego de aplaudir la medida de aumentos, cómo hacer rendir el dinero recibido teniendo poca oferta de productos, lo que es propicio para que los precios se disparen. Los dirigentes sindicales que aplaudieron esas medidas, podrían ir a Cuba y pedir algunos consejos sobre los resultados de 50 años de intervención estatal, asunto que trata de reversar Raúl Castro, al encontrarse con la realidad.

El aumento del salario se hace porque la inflación ya avanzado contra el ingreso del venezolano, pero seguir aumentando salarios sin tomar en cuenta la oferta de bienes y servicios, que respalde la emisión de dinero, es como tratar de apagar fuego con gasolina, porque seguirá presionando la inflación.

La estimación de inflación para este año, con los aumentos entre 40% y 50% en la administración pública, de 26,5% en el salario mínimo y la extensión del bono alimentario, con una situación de producción en “quirófano”, debe revisarse al alza, lo que dejará las metas del Ejecutivo muy atrás, en 2008 el Presidente retaba que el petróleo se lo pusieran en “cero”,  llegó a USD 32 y crujió el país, ahora nos toca decir que se lo pongan a USD 100, que tan mala administración no salvará al país de la inflación (e) año 2011 29,5%.

Profesor Jesùs Casique

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