Salario en bolívares versus egresos equivalentes al dólar
Venezuela: Salario en bolívares versus egresos equivalentes al dólar

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Conversión, tasa de cambio, moneda paralela y dolarización, son términos que aunque técnicos se hacen cada vez más familiares para los venezolanos, que ganan sueldos y salarios en bolívares, pero obtienen el referencial de costos por productos y servicios en función del valor de un dólar paralelo o de mercado negro.

En materia de turismo, quienes desean adquirir un boleto aéreo al extranjero no encuentran alternativa más que costearlo en dólares, puesto que las aerolíneas no ofertan cantidades suficientes de asientos en bolívares y aceptan únicamente pago en dólares. Similar situación ocurre con hoteles en destinos como Margarita, que presentan precios excesivamente costosos para los venezolanos. Pero que al realizar la conversión de estos a un dólar próximo a los Bs. 100, se obtiene un estimado del costos del mismo servicio en el exterior.

Este ejercicio se puede realizar con artefactos electrónicos, productos de higiene y primera necesidad, prendas de vestir, objetos para el hogar y otros; dificilmente la referida permuta se pueda realizar a un dólar en Bs. 6, 30 o Bs. 10,30. Pero, ¿Venezuela es o no un país dolarizado? La pregunta es compleja si se toma en cuenta que no se ha puesto en práctica una caja de conversión que recoja todos los bolívares en circulación y ponga a circular sólo dólares.

Al respecto, el economista Aníbal Peña Javitt señaló que el mercado venezolano sufre una dolarización en una de sus partes, la que vende, pero no en el conglomerado que compra.

Expresó que los egresos de los venezolanos son calculados en dólares (conversión), pero no los ingresos, que se siguen promediando en bolívares, lo cual redunda en una disminución del poder adquisitivo.

«La economía está dolarizada en relación al comercio, porque los inversionistas siguen importando a un dólar no preferencial. El venezolano lo ve en los supermercados, cada vez tiene la capacidad de comprar menos”.

Javitt argumentó que si el venezolano aprecia dinero en la calle, se trata de una emisión subsidiada por el Banco Central de Venezuela (BCV), «dinero inorgánico”, que no sirve de paliativo ante la inflación y que mantiene un efecto psicológico en la población que, además, no encuentra productos para adquirir.

 

Se sigue dolarizando el sueldo

 

Resulta familiar escuchar que el salario mínimo venezolano es el más alto de Latinoamérica, calculado en dólares. Pero, ¿qué ocurre cuando la inflación también supera los índices de los demás países? Se hace menos el dinero y continúa disminuyendo el poder adquisitivo.

Recalcular los ingresos y egresos de los venezolanos se convirtió en un patrón a seguir del gobierno, metodología que hace sentir a los ciudadanos cada vez más pobres.

 

 

¿Qué comprende  una dolarización?

 

La dolarización de la economía se implementa generalmente cuando el país registra un proceso de inflación que incrementa continuamente, al punto, de convertirse en hiperinflación.

Una formal dolarización, con proceso de conversión para colocar en única circulación el dólar, requiere de una disciplina económica que, a juicio del especialista, Venezuela no está en capacidad de asumir.

Reconoce, que si bien es cierto que se trata de un proceso que impediría al Estado tener control e implementar medidas fiscales en caso de crisis, como lo señalan sus detractores políticos, a través de una tentativa dolarización disminuiría considerablemente la inflación.

Una dolarización del mercado representaría una nueva devaluación de la moneda. Para paliar sus efectos sería necesario disminuir el gasto público e incrementar los ingresos (una posible medida sería ajustar el precio de la gasolina). Nos obstante, a juicio del economista «prela el interés del voto sobre las medidas económicas”.

 

Divulgación

 

Para el profesor Rafael Alfonso, presidente del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice), es preciso que el venezolano conozca y comprenda la situación económica del país, sobre todo un planteamiento de dolarización, puesto que son los ciudadanos los responsables de su propio bienestar.

«Se debe enseñar a pensar en materia de economía. Al gobierno no le conviene tener gente pensante, sino dependiente. Pero es necesario que haya un control ciudadano”.

Allí reside el propósito de instituciones como Cedice, que promueven el conocimiento de la economía. Sobre todo en temas tan álgidos como una posible dolarización de la economía en Venezuela, que a juicio de Alfonso tendría sus beneficios y perjuicios.

Si bien es cierto que perjudicaría a los menos favorecidos, el gobierno estaría en la responsabilidad de brindar acceso al dólar, medida que aunque parezca sacrificada para la administración venezolana, permitiría bajar los índices de inflación y aumentar la producción, ya que no se adquiriría, por ejemplo, materia primar a cuatro posibles dólares (según cambio), sino a una misma moneda equitativa. «Sería una única moneda fuerte, y no débil y endeudad como al de ahora”.

Se requiere erradicar la corrupción del control cambiario y hacer un uso consecuente de los fondos públicos.

 

 

 

Entre la dolarización y la caja de conversión

 

Tanto la dolarización como la caja de conversión exigen una disciplina fiscal, en la cual el gasto del país no sea mayor al Producto Interno Bruto (PIB), que en el caso venezolano se proyecta que para 2014 cierre con un déficit fiscal por encima del 20%.

El país debe implementar políticas que impidan que el gasto público sea mayor que el ingreso, sin que exista financiamiento alguno del Banco Central de Venezuela.

Peña Javitt considere necesario implementar otras fuentes de ingreso, ya que de cada $100, Venezuela obtiene $96 por concepto de la venta petrolera; monto que no resulta suficiente para la reserva nacional.

Al incrementar la exportación mejoraría el ingreso de dólares, aumentaría el PIB, y el país estaría en las posibilidad de implementar de manera formal cualquiera de las dos medidas, que además exigen índices inflacionarios bajos.

Se requiere de una economía de mercado, como la implementada en Ecuador, que aumentó la producción y exportación, que permite coexistan dos tipos de moneda (dólar y pesos) uno a uno, es decir por el mismo valor, una versión de la dolarización.

A esto sumó Javitt que se debe trabajar con un sistema cambiario unificado, que aminore los índices inflacionarios, y que el precio-valor en el mercado no se comparta entre cuatro valores del dólar.

El economista fue reiterativo al aclarar que la dolarización del mercado, relacionada con el egreso y consumos, calculados en su mayoría en dólares, y la caja de conversión, proceso que establece el dólar como moneda preferencial y única en el mercado.