RASPADO DE OLLA: REFORMA DE LA LEY DE PRECIOS EXTRAORDINARIOS DEL PETROLEO - Runrun

Alexander Guerrero E

Existen consideraciones fiscales, financieras y económicas muy serias que explican ciertamente las razones por la reforma a de la Ley de Precios Extraordinarios del petróleo con el objetivo de elevar la contribución fiscal del sector petrolero.

Esas consideraciones están asociadas a tres factores que pesan sobre la posición fiscal del gobierno. El 1er de ellos tiene que ver con la descapitalización de PDVSA y el sector petrolero llevada a cabo para elevar la contribución fiscal de PDVSA reduciendo su gasto en inversión,  independiente de las consecuencias en el mediano plazo y que ya están presentes, porque las restricciones a la inversión en petróleo para mantener un mayor flujo de renta fiscal afectarían de todos modos la contribución fiscal por caída en la producción de petróleo en el mediano plazo y es precisamente lo que hoy ocurre.

El 2do factor está asociado al crecimiento del Estado fiscalmente insostenible que ha presionado de modo extremo al ingreso fiscal, para lo cual el gobierno impuso sus consideraciones políticas de corto plazo como mencionado en el párrafo anterior. El 3er factor tiene que ver con el agotamiento del endeudamiento público, exacerbado entre 2005 y 2010 y que ha dejado poco espacio por los enormes riesgos que marca la deuda venezolana ya impregnada de “revolución” pagando por lo tanto una enorme prima de riesgo (12.75% de interés) que no paga hoy nadie en el mercado internacional, solo PDVSA y el fisco venezolano!!

En esas condiciones a cualquier esquema de ingreso fiscal  subyace  la natural crisis fiscal, independiente del nivel de precios  de petróleo, lo que convierte a la acción fiscal en algo así como un raspado de olla para graficarlo de alguna manera, y consistente con la enorme arruga fiscal que arrastra el gobierno desde el 2009 con pagos pendientes  a la administración pública, empleados, pensiones, otras administraciones descentralizadas y que reflejan ciertamente una situación angustiosa de caja, que comienza con la caída de los precios del petróleo el último trimestre del 2008. El estancamiento de la economía en estos últimos cinco trimestres  tiene  también su componente fiscal.

Hay otros aspectos administrativos del gasto público que hay que tomar en cuenta  parta completar el análisis en la posición fiscal del gobierno  a propósito de la reforma de la Ley de Precios Extraordinarios.

En primer lugar un aspecto central que tiene el sentido político de la política fiscal del régimen caracterizada en el derroche y la asignación de recursos sin parámetros económicos,  y sin controlabilidad institucional alguna, la Contraloría de la Republica ha actuado celestinamente al respecto. Por otro lado es fácil constatar que el problema de caja mencionado no es consistente, tomando la data oficial, con que el precio promedio del petróleo reportado por el gobierno para el 2010 y que remonto a 70 dólares el barril; un parámetro que en ningún modo justificaría el problema de caja acotado líneas arriba. Es pertinente preguntarle al gobierno si los precios y producción de petróleo son ciertos, donde están los reales?

EN ese sentido, en las cuentas del BCV que reflejan por descomposición de su posición de política monetaria la trama fiscal, encontramos que durante todo el 2010, las reservas internacionales muestran una situación estable que en ningún modo justificarían la posición de balanza de pagos y de reservas internacionales a los precios y producción de petróleo que el gobierno reporta. Esas inconsistencias se han extendido hasta el 2011 y pareciera que el déficit de caja es de tal magnitud que el gobierno necesita de un incremento –adicional- del ingreso, ahora por vía de la modificación de la Ley de Precios Extraordinarios y Exorbitantes (¿!?).

La reforma de esa Ley seria parte de ese curioso comportamiento fiscal de raspado de olla mencionado, porque el ingreso fiscal y parafiscal ha incorporado todos los fondos disponibles de PDVSA y otros soberanos, además de los cuatro reales que quedaban en el FEM, a la Hacienda pública y otros ingresos del Estado, además de las maniobras monetarias del BCV para extenderle dinero en efectivo al gobierno, como por ejemplo la marco negociación con el BCV del pagare que adeudaba PDVSA al MEM y que monetizado a una tasa de 4.3 Bs el dólar, de una obligación acordada en 2.60 Bs el dólar previo a la devaluación del 31/12/2010.

En este caso, una deuda en pagare de PDVSA al Tesoro por 3000 millones de dólares, fue vendida al BCV días después de la devaluación, la magia fiscal monetaria convertía, 7800 millones de bolívares que recibió PDVSA en ese pagare, a 13000 millones de bolívares!!, un “ingreso adicional” de 5200 millones de bolívares, aunque suponemos que en manos de un gobierno dispendioso, se convierten en 4 conchas de ajo. Eventualmente el BCV recibió de PDVSA los 3000 millones dólares resultado de la colocación de los bonos PDVSA  a principios de año

Sobre esas consideraciones y parámetros fiscales y monetarios, los nuevos precios petroleros de 100 dólares parecen que resuelven la crisis de caja del gobierno, y por ello requerir de la modificación de Ley de Precios Extraordinarios. Algunas cuentas nos ayudan a expresar que es el camino por donde transitan las finanzas públicas, que marchan junto al esfuerzo en propaganda e ideología que el gobierno tendría suficientes recursos para pagar su gasto, y con ello de alguna manera enfriar el apetito electoral de la oposición.  Veamos estos detalles.

De las exportaciones petroleras, las únicas que podrían registrar el precio de 100 y tanto dólares   son las entregas de petróleo y productos a la filial CITGO, por la transparencia que esas operaciones exigen y que reposan en los documentos de compra de CITGO por parte de PDVSA. En la entrega de petróleo CITGO encontramos un serio problema en virtud que el petróleo despachado a CITGO se ha reducido a la mitad, el mes de marzo refleja ventas por  680 mil barriles por día, es decir menos de la mitad de principios del 2009. LO que quiere  decir que el mejor cliente de Venezuela en términos de precios es donde menos se está vendiendo petróleo. El Ministro de Minas se disparó a los pies.

El resto del petróleo que se exporta, 1.200.000 barriles está sujeto a trueques, ventas financiadas por PDVSA, despachos a China donde llega el petróleo con descuento cercano al 30%, además de las entregas a Cuba,  desde donde se despacha parte del petróleo a los países del Caribe y América Central. Se puede apreciar en consecuencia que los nuevos precios no alcanzan para resolver la crisis de caja del gobierno, por razones que podrían escapar a las económicas.  De manera que la reforma de la Ley de Precios Extraordinarias para tomar el 90% del excedente del precio sobre 100 dólares el barril es parte del raspado de olla que mencionamos arriba.

Hay una observación adicional que permite configurar hipótesis, las reservas internacionales en Venezuela son reflejo del ingreso fiscal, y pese a los nuevos precios no se ve el incremento en reservas por los nuevos precios. Creo entender que la situación fiscal inclusive a estos circunstanciales altos precios luce compleja de ser superada.