¡En economía, están raspados! por Francisco J. Quevedo
¡En economía, están raspados! por Francisco J. Quevedo

bolivares

 

Si analizamos los resultados económicos del modelo político que se intenta imponer en Venezuela, así como la gestión de quienes tratan de imponerlo, podemos concluir –sin lugar a dudas– que nunca la felicidad de tan pocos había causado la tristeza de tantos. Inflación, devaluación, desabastecimiento, quiebra de empresas y caída de los bonos soberanos entre otros indicadores que huelen a debacle. Y ahí van quedando las fortunas en manos de nuevos magnates “revolucionarios”, quienes se dan el tupé de comprarse hasta edificios enteros en urbanizaciones de lujo, e incluso los terrenos aledaños para meterles la piscina que le faltaba. Tanta ostentación en el marco de esta catástrofe económica es obscena.

Y más allá de lo económico, el pueblo muere de manos del crimen y las epidemias, mientras sus gobernantes circulan en camionetas blindadas rodeados de escoltas y se atienden en clínicas privadas y del exterior, vuelan en aviones privados (¡Y es que tienen de a tres y cuatro jets!), vacacionan en sus yates cualRico Mc Pato y compran cuadras enteras para aislarse, seguros, en sus hogares, aunque –por lo visto– el crimen no perdona, ni pide carnet político y hasta pasa por encima de los escoltas que son los primeros que caen muertos.

Si el modelo es una mamarrachada, la gestión del Gobierno ha dejado su hedor. Si comparamos nuestro crecimiento económico con el de Ecuador, Bolivia o Perú (ver gráfica), para no hablar de países desarrollados, ni de Panamá que crece 6,2% en 2014 mientras Venezuela retrocede – 4,5%, observaremos que salvo por la recuperación de la actividad comercial después del paro petrolero, la revolución ha sido consistente en su mediocre rendimiento. La curva del PIB Venezolano ha estado más por debajo de la de sus vecinos más cercanos que por arriba. Y si queremos reafirmar los desaciertos del modelo en esta materia, analicemos la experiencia de países socialistas vecinos: El Banco Central de Brasil tuvo que tragar duro para revisar sus proyecciones en año electoral a un mísero 0,7% de crecimiento el mes pasado. ¡¿Y qué hay de Argentina?! Bueno, rayando en default.

 

Crecimiento-del-PIB

Comparemos ahora la inflación venezolana con la de nuestros socios comerciales (segunda gráfica). Ahí quedamos peor. Mientras Venezuela apunta a un 63% de inflación en 2014, y superó el 53% el año pasado, a pesar de los controles de precios y el maquillaje de cifras, los Estados Unidos no llega al 2%, y Panamá y Colombia no alcanzarán el 3%. Esa diferencia impacta directamente el cambio que debe ajustarse por el desmedido aumento de los precios internos vs. la estabilidad de los externos.

Y en materia cambiaria, como quiera que el BCV mantiene un sistema artificial de tasas diferenciales, solo podemos tomar el paralelo como referencia libre. Cinco años atrás (2009), este se ubicó en promedio sobre Bs. 6 p/US$; el año pasado se contuvo en Bs. 28. ¡Y véanlo ahora! Este es quizás el mejor termómetro de la gestión económica porque refleja tanto la desconfianza de los inversionistas como el despelote que tienen la Nación y Cadivi, ahora Cencoex, robando o dejándose robar, y debiéndole a cada santo una vela.

 

Tasa-de-Inflación

 

¿Si el bolívar triste se ha devaluado 800% y los precios han aumentado 138% en los últimos dos años, con controles y todo, cuánto se ha logrado recuperar el salario mínimo por la acción de un Gobierno que se tilda de “socialista”? Respuesta: 108%. Eso es, los asalariados han perdido casi 700% de su poder adquisitivo respecto al dólar, y, en términos oficiales, 30% respecto a los precios. ¿Entonces, quién o quiénes se benefician de la revolución, porque el pueblo parece que no come completo con esta revolución, aunque le insistan que “tenemos patria”?

Nunca la felicidad de tan pocos había causado la tristeza de tantos. Últimas Noticias reportó en Febrero que –de acuerdo a cifras del INE “el porcentaje de hogares venezolanos que vive en situación de pobreza pasó de 21,2% a 27,3%, y el indicador de pobreza extrema también incrementó al pasar de 7,1% en el 2012 a 9,8% en el 2013.”  Los revolucionarios se enriquecen mientras los pobres se empobrecen. El mismo INE informó que en esta “Venezuela, país libre de analfabetismo”  hay al menos 1.447.305 analfabetas (Censo 2011). ¿Quién miente?

Por donde se le mire, ni el socialismo ni el gobierno han obtenido resultados que le sirvan de credencial. Contemos los muertos, contemos los derrumbes de puentes y vialidad, hablemos de corrupción y fuga de talentos, más allá de lo económico, porque aquí pareciera que quien no se ha ido quiere irse. Y es que el país decepciona a muchos. Lamentablemente, quizás sea eso lo que quieren, “que se vayan pa’ Miami” como dicen. Lástima que quienes deberían irse, por ineptos, se queden con Venezuela y con el botín que ello significa. Les estamos dejando el país para que lo saqueen y lo terminen de destruir.

@qppasociados