Volar barato sale caro - Runrun
Luisana Solano May 28, 2014 | Actualizado hace 10 años

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Cuando el gobierno toma alguna medida económicamente sensata es deber respaldarla. En muchos casos ese respaldo incomoda y hasta ofende a algunos. Si se está constantemente demandando un mejor manejo de la política económica seríamos inconsistentes al criticar la adopción de medidas necesarias. Llevar los boletos aéreos a tasa Sicad II era necesario y es solo el comienzo, a medida que pase el tiempo se irán migrando muchos más gastos a esta tasa. Como hemos venido diciendo desde hace ya varios meses, la realidad económica llegó para mordernos la pantorrilla, cerrar los ojos no ayuda, va a doler.

Hasta hace algunos días la preocupación con las líneas aéreas era que cesaran su operación en el país. Hasta esa especie de Indecu sin fondos públicos que es Anauco, se había venido quejando del posible cese de los vuelos con un argumento tan tirado de los cabellos como que la suspensión de vuelos menoscaba el derecho al libre tránsito. Ahora que de alguna manera se están adoptando medidas para que las aerolíneas continúen operando comenzamos a quejarnos por el precio. Es necesario que entendamos que en el mundo real hay dilemas. No podemos tener vuelos baratos calculados a un tipo de cambio ficticio con un gobierno que no honra sus compromisos y pretender que la oferta de ese servicio se mantenga indefinidamente. Sencillo, ya no hay dólares para subvencionar el turismo internacional como se ha venido haciendo en los últimos años. No ha habido dólares desde finales de 2012, el año pasado lo cubrieron las aerolíneas que ya han dicho basta. Los boletos baratos al final le han salido inmensamente caros al país, esos dólares pudieron ser empleados en actividades más productivas. En Venezuela operó un subsidio efectivo al viajero internacional, vuelos baratos y además cupo Cadivi. Esto se acabó.

Si se quiere garantizar el servicio se deberá ajustar el precio pero esa es solo una de las condicionantes. El gobierno deberá dar la certeza de que honrará los compromisos adquiridos y además deberá garantizar a las aerolíneas el acceso oportuno a las divisas a través de Sicad II. Nada se gana permitiendo esta nueva tasa si no se entregan las divisas. Si bien el ajuste permite generar cierto optimismo en cuanto a la solución del problema existente con las aerolíneas, todo depende de la existencia de los dólares. Al final todos los caminos conducen al control de cambio, que a este punto luce como una red que no aguanta un remiendo más. Mención aparte merece el  ridículo comentario del ministro Izarra, luego de tantos años en el gobierno no ha aprendido la cualidad más elemental de un ministro: saber callar.

Si deseamos una sociedad diferente a la que tenemos debemos entender que para lograrla es necesario deslastrarnos de la adicción a los subsidios. Contrariamente a lo que se piensa esta cultura está bastante extendida en la sociedad venezolana. Es entendible  la incomodidad que un ajuste en los precios en bolívares de los pasajes pueda generar pero es necesario entender que la situación del país reclama sacrificios. Quizás lo más difícil de explicar sea tener que decir que el ajuste de las tarifas de los pasajes es solo el comienzo. La farra petrolera ha sido larga, algunos se han beneficiado más que otros y al final alguien tendrá que pagar la cuenta. Por ahora le va tocado a los viajeros, hay gente en cola.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10