La inflación le gana la carrera a los salarios. El presidente de la República, Nicolás Maduro, aumentó 30% el salario mínimo y a partir del 1 de noviembre será de 9.648,18 bolívares, 2.226 bolívares más con respecto al salario vigente de 7.421,6 bolívares.
Se trata del cuarto ajuste del año, luego de que en febrero, mayo y julio decretara mejoras de 15%, 20% y 10%, respectivamente. Al sumar todos los ajustes el salario mínimo aumentará este año 97%.
Algunos economistas interpretan esa política de sucesivas alzas salariales como otra señal de que la economía se encamina hacia la hiperinflación, pero Nicolás Maduro defendió la medida al asegurar que está “protegiendo” el ingreso de los trabajadores y que “vamos a picarle adelante a la inflación”.
El ritmo con el que están subiendo los precios derrumba el argumento presidencial. Aunque el mandatario dijo que este año la inflación será de 80%, según las proyecciones que le ha pasado el Banco Central de Venezuela (BCV) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), consultoras nacionales e internacionales estiman que la inflación bordeará y hasta sobrepasará 200%.
“Si de verdad este aumento interanual fuera mayor a la inflación revelarían las cifras de inflación porque reflejarían una mejora del poder de compra”, advierte Henkel García, director de la firma Econométrica.
La estimación de esa consultora es que aún con el nuevo ajuste salarial, el poder de compra de salario mínimo retrocederá entre 30% y 40% con respecto del año pasado, si se toma en cuenta una proyección para la inflación que oscila entre 200% y 220%.
“Los precios están yendo a un ritmo mayor que el de los sueldos, no hay manera de ir al ritmo de la inflación”, aseveró García. Agregó que en esta oportunidad el ajuste se traducirá en un aumento más violento de precios en el mercado porque más bolívares saldrán a buscar bienes y servicios en un mercado cuya oferta está en picada por el recorte de las importaciones.
“En un ambiente muy limitado de bienes y servicios este aumento se reflejará en subida de precios y escasez, no se va a transformar en un aumento del poder de compra (…) La única manera de que este aumento venga con mejora del poder de compra es que aumente la oferta de bienes y servicios”.
En la práctica el ajuste salarial supondrá 74,2 bolívares más al día en los bolsillos de los trabajadores, una cifra baja si se toma en cuenta que incluso con el billete de más alta denominación (100 bs) es poco lo que se puede comprar en el mercado.
“Hoy pagué Bs. 90 por una empanada. Maduro hace un show para vendernos un aumento de salario de Bs. 75 diarios”, cuestionó el economista Luis Oliveros en Twitter.
Mejora en el ticket de alimentación
El presidente de la República también informó que autorizó una modificación al alza para el cálculo del ticket de alimentación al pasarlo de 0,75 a 1,5 Unidades Tributarias y ampliarlo de 22 a 30 días.
A partir del 1 de noviembre el pago por ticket de alimentación ascenderá a 6.750 bolívares mensuales, que sumados a los 9.648,18 del salario mínimo dejarían el salario “integral” en 16.399
bolívares.
“El aumento más pronunciado en el ticket de alimentación es consecuencia de una mayor inflación a lo largo del año en el sector”, opinó en Twitter el economista de la firma Ecoanalítica, Carlos Miguel Álvarez.
