Sobre paños caliente y porque el Gobierno no hará nada por Alexander Guerrero
Sobre paños caliente y porque el Gobierno no hará nada por Alexander Guerrero

Bolívares9

 

Sobre paños caliente y porque el Gobierno no hará nada: La opción optima un Acuerdo Nacional

 

 

Parte primera

 

De los grandes lastres que arrastra el gobierno de Maduro, la carencia de credibilidad, y la mentira como un enorme pasivo. En otras palabras, el privilegio del interés político sobre el interés general y el predominio de grupos de interés, mercantiles, militares y políticos en poder de los mecanismos redistributivos del ingreso petrolero e impuestos de la gente y sus empresas. La caída de la renta petrolera, distorsiones de precios – $ y bienes- y expansión del Estado crearon un déficit fiscal insostenible. El crecimiento del Estado/Gobierno y la caída del ingreso petrolero trajeron la hiperinflación por masiva monetización del déficit fiscal. Ese déficit fiscal en  26-30% del PIB junto a la descapitalización de PDVSA causó colosal déficit en balanza de pagos de 21% del PIB, un mercado sin petrodólares, sin divisas.

Las distorsiones creadas por los controles de precios y de cambio en el mercado de divisas destruyeron una buena parte de la industria nacional que pierde participación de los 12 puntos porcentuales en el PIB. Esas distorsiones de precios provocaron la migración de una buena parte de las empresas multinacionales y nacionales líderes en su mercado en Venezuela hacia países vecinos. Así se fue descapitalizando la economía privada nacional y extranjera, cayendo consecuentemente con ella, la inversión foránea, que hoy muestra flujos de inversión negativos –desinversión y descapitalización.

El cierre y migración empresas afectó capital humano; mercado laboral solo busca trabajadores no calificados, salario mínimo. Así, controles de precios y del dólar descapitalizaron a productor nacional y foráneo, causando cierre/migración de más de 3000 empresas. Los severos problemas que esa economía política causó los vemos hoy en escasez, hiperinflación, y contracción de la economía y desempleo, y en el crecimiento hiperinflacionario del déficit fiscal, el impuesto inflacionario es su fuente de financiamiento y el empobrecimiento por caída del ingreso familiar es inmenso.

Frente a esos colosales problemas, la reacción del gobierno fue la de imponer controles extremos y violentar el debilitado marco jurídico. En una carrera hacia adelante,  el Gobierno creó la ficción de una “Guerra Económica” que vino aderezada con supuesto magnicidio y el Golpe de Estado. Así se violentó el orden económico, se extremaron los controles de precios, de producción y de inventarios, se expropio masivamente al sector comercio, al sector que conforma el 54% del PIB, acelerándose así la descomposición de empresas privadas en el sector medio de la economía, de los sectores medios donde el ahorro familiar es parte de los flujos de inversión, la desolación en esos mercados de electrodomésticos y bienes durables en general, respuestas automotores, industria automotriz, y asociados tecnológicos y mercantiles.

Esa Guerra Económica era en realidad la guerra del gobierno contra empresas del ya empobrecido y descapitalizado sector privado, era el colofón de un proceso que durante 16 años se dedico a acabar con el capitalismo, desconociendo que ello traería pobreza masiva, allí la tenemos frente a nuestras puertas; es decir, con la propiedad de pequeños y medianos empresarios, los grandes nacionales y foráneos vendieron, emigraron o cerraron.

El Presidente Maduro creaba así una cortina de ruidos y una campaña política para cubrir las consecuencias de las reglas de juego impuestas por Chávez y el mismo, que han generado escasez, hiperinflación y contracción de la economía. La irresponsabilidad del Presidente alcanzo niveles insospechables, ya Venezuela había mostraba calificaciones de riesgo que lo situaban como el país más riesgoso del mundo para mediados del 2013, 1700 puntos básicos, que decía claramente que Venezuela, y su economía pública y privada no podía contar con las fuentes de dinero fresco o financiamiento externo para apalancar su economía; la capacidad de pagos externos de Venezuela estaba en el límite y la probabilidad de default se disparó. El argumento del Presidente era y es falaz, porque el sector privado no podía hacer guerra alguna, fue militarizado a mediados del 2013, administración,  inventarios y precios bajo control militar y de la legislación que llego con la Habilitante que imponía controles extremos desde el racionamiento de dólares hasta la distribución al detal de la vitualla criolla.

El poder y control de la economía por el gobierno es total: control de precios y control del mercado de los escasos petrodólares. En este último aparte, el gobierno y asociados mercantilistas controlan CADIVI y al dólar paralelo, al cual alimentan, eso es vox populi en el mercado;  es decir la posibilidad de comprar a 6.30 y reciclar a 200 es evidente, y sin controlabilidad ni transparencia, la tentación es muy grande.  El gobierno monopoliza las importaciones, nadie recibe un dólar, el gobierno importa todo y luego le entrega a los industriales y al comercio. Con esa misma legislación y discreción que le da el poder sobre las armas de la República, el gobierno controla la oferta de alimentos producidos acá –con insumos nacionales e importados- para dotar Mercal y otros establecimientos para venta de víveres de PDVSA y el gobierno;  además también del mercado negro bachaqueros buhoneros que sabemos por regla aparece cuando se destruyen los mercados naturales con precios bajo contratos.

El gobierno controla el 70% del PIB, en manos del sector privado pequeñas y medianas empresas el resto; es evidente de esos números que el gobierno es causante de la escasez, porque además del control de las reglas, de la logística redistributiva, almacenamiento, inventarios controlan los precios e importación.

En el lado del mercado del dólar, quedo demostrado con el nuevo viejo régimen cambiario que es mentira que el gobierno buscaba pulverizar el dólar paralelo, asociados al gobierno, mercaderes y mercantilistas que  funcionan como intermediarios mercantiles financieros lo alimentan. Por esa razón, el SIMADI arranco en 170bs/$, lo cual lo convirtió de inmediato en un piso al dólar paralelo, reflejando los vasos comunicantes entre los petrodólares y el mercado paralelo. Cómo demostramos esto?  Sencillo, si el gobierno quería eliminar el paralelo, solo tenía q haberlo legalizado y el dólar se hubiese caído a 120.  Así, con la Ley habilitante, los controles, precios y dólar, con el petróleo en sus manos, los mecanismos de seguridad, colectivos y el monopolio de las armas, ¿quién podría a declarar la guerra económica? Nadie!

 

Parte Segunda

 

Sin un cambio en la economía política, en las reglas de juego, devolución al mercado de la economía privada, no tendrán éxito la medida económica que la opinión pública pide. El problema básico que enfrenta Venezuela es político, negativa del Gobierno a reformar el entorno económico para que se detengan el creciente empobrecimiento.

¿Qué puede y debe hacer Maduro y su gobierno?

No tomaría correctivos porque la inestabilidad política actual podría abatirlo, no tendría opciones a irse. Por ello su “mejor” ruta político, así se perciba paradójico, es inmovilizar la producción maniatar el comercio y retener la inversión y el consumo, porque eso le permite la adopción del récipe cubano, pero manteniendo a fuego y represión las calamidades sociales y económicas creadas por los controles y su visión de gobierno para una sociedad atada al servilismo estatal. Es lo que está haciendo y para cual tiene activada la Fuerza Armada. Maduro no tiene falsos dilemas, o la fuerza o la fuerza, es su única salida. Cuanto durara este experimento de horror socialista, Ha durado 16 años, pero el molde revienta.

Un falso positivo, ¿la economía política de los paños calientes?

Algunos responsables de este desastres socialista durante el periodo chavista, hoy en oposición dentro del gobierno, se han acercado a Maduro con un récipe tipo neoliberal –de controles lights pero sin tocar el socialismo, para destrancar el juego, es su proclama.

La sobrevivencia de toda la nomenclatura, los de ayer y los de hoy depende que Maduro y gobierno se mantengan en el poder, y evitar que los acontecimientos políticos extremen renuncia  y nuevas elecciones, como consecuencia de una crisis política producida por un gobierno que ha creado un monstruo fiscal insostenible.

La inviabilidad económica de los paños calientes emerge de la insostenibilidad financiera de los pagos externos tanto de Pdvsa como del Gobierno. La renta petrolera es negativa, cada dólar de exportación debe pagar 1,3 dólares de obligaciones financieras y no financieras del Estado, incluida Pdvsa.  Un déficit fiscal de 30% del PIB es insostenible, ya nos lleva por una pavorosa escasez y en plena hiperinflación, con el bolívar envilecido. La hora de los paños calientes paso, y el país está en emergencia, y este estado de angustia solo podrá remediarlo las reformas.

¿Qué debe hacer en realidad? Un Acuerdo Nacional político para recuperar la economía. Un programa mínimo bajo ese acuerdo nacional.

  1. Desmontar los controles, de precios y de cambio, estos son insostenibles. En los últimos años los controles acabaron con el plantel económico nacional privado y público, los controles no evitaron que el gobierno “fugara” los  capitales generados en la renta petrolera. Los controles de precio no evitaron que la inflación se convirtiera en hiperinflación.
  2. Solicitar a la AN un estatuto orgánico de respeto de los derechos de propiedad; las reformas requieren del ahorro venezolano y la inversión extranjera para relanzar el crecimiento económico.
  3. Derogar la legislación de los controles, por ahora, Ley de Precios Justos, un corsé impuesto en la economía sobre el sector privado para arruinarlo y convertirlo en subsidiario del Estado y sus mafias.
  4. Bimetalizar el sistema monetario; es decir, permitir la circulación libre de bolívares y dólares, en un sistema de libre de manda y oferta, como el que existe en el Perú, por ejemplo, sencillo y efectivo. En su defecto, dolarizar, y eliminar el bolívar, esta moneda es inservible y costosa.
  5. Imponer un programa de privatización de empresas públicas estatizadas y en proceso de cierre.
  6. Enviar a quiebra a PDVSA, como lo hizo en un momento similar el gobierno de Indonesia, y demandar los acuerdos petroleros con China, Petrocaribe, ALBA, y otros acuerdos bilaterales que signaron el periodo de derroche de renta petrolera que nos trajo a este grado de postración económica.
  7. Reestructurar las finanzas públicas llevando a cabo una reforma fiscal y tributaria.
  8. Recrear las condiciones institucionales y un marco jurídico aprobado por la AN que  despenalice la actividad económica y volvamos a ser un país normal económicamente hablando,
  9. Solicitar asistencia financiera al FMI, ello permitirá rescatar las podridas finanzas públicas de manera que el mercado pueda volver a ver bienes escasos, entre ellos el dólar, y que permitan cumplir con las obligaciones financieras de PDVSA y el Gobierno sin tener que estrangular el estómago de la gente para pagar la deuda.

Desde luego, es necesario una caja de resonancia política, un acuerdo político,  con todo el país detrás de las reformas y las nuevas políticas propias de una sociedad de mercado, el socialismo fracasó, nuevamente, y hay que aceptarlo, de no ser así, el país sería envuelto en la violencia africana de Sudan, Somalia, con las mafias en guerra, y la población peleando por las plumas de un pollo y los políticos peleando como los borrachos por una botella vacía.

 

@AlexGuerreroE