Diputados jóvenes acusan el golpe, pero afirman que lucharán por Requesens
Diputados jóvenes acusan el golpe, pero afirman que lucharán por Requesens

SON DIPUTADOS DE LA REPÚBLICA. Líderes emergentes de los partidos. Pero también son compañeros. “En lo personal es muy duro ver a José Manuel Olivares en el exilio, a Juan Requesens preso, son mis amigos”, reconoce el diputado Carlos Paparoni (PJ-Mérida), visiblemente afligido por la persecución que hoy sufren sus “hermanos” de lucha.

Requesens, de 29 años, es el último de una serie de dirigentes jóvenes que han sido víctimas de la represión desatada por el chavismo. Figuras de una nueva generación, las “caras distintas” de las organizaciones políticas que son aplastadas y sacadas del juego por el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

“Aunque somos jóvenes, tenemos muchos años conociéndonos. Hemos tenido nuestras discusiones, compartimos buenos momentos, incluso nos hemos adversado y luego hecho amigos. Los que venimos de la universidad tenemos una relación diferente con respecto al resto de los parlamentarios”, cuenta Paparoni, representante de Primero Justicia que en septiembre cumplirá 30 años.

En mayo de 2017, el legislador merideño fue impactado en su pantorrilla derecha por una metra presuntamente disparada por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), en medio de las protestas que se registraron en la autopista Francisco Fajardo de Caracas. Posteriormente, una “ballena” de la GNB le lanzó un potente chorro de agua que literalmente lo volteó, ocasionándole heridas en cabeza y hombros.

“Esta es una llamada de atención muy fuerte, que anuncia el incremento de la represión. A todos los dirigentes nos coloca en la difícil situación de pensar hasta dónde estamos dispuestos a llegar. Ya no es plantearse hipótesis, es que llegó la represión y eso obliga a todos a decidir hasta dónde continuar con nuestras luchas”, expone en legislador.

Paparoni dice que con el encarcelamiento de Requesens “los diputados jóvenes no solo perdimos a un orador con verbo encendido, uno de los más efervescentes, sino también a un amigo, el del humor pesado, que con un chiste malo te hace reír en un momento de tensión. Pero tenemos que correr hacia adelante, el miedo no puede ser la solución, no podemos abandonar la lucha”.

Espejo roto

“Hasta hace no mucho yo estaba en la calle con Requesens, Olivares, Freddy Guevara y David Smolansky, y ahora no podemos estar juntos. Ese es el costo que tiene estar dando la cara, aquí nos estamos jugando el futuro”, sostiene Juan Andrés Mejía, parlamentario suplente de Miranda y vocero de Voluntad Popular (VP).

Mejía, de 32 años, sostiene que pese a las agresiones, deben mantenerle el pulso al régimen chavista. “En realidad, no tenemos alternativa, somos iguales a esos miles de jóvenes venezolanos que están en la calles”, subraya el portavoz de VP.

“Yo tuve la oportunidad de crecer con Requesens en la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Con el equipo de Impulso 10 lo apoyamos en su campaña por la Federación de Centros Universitarios cuando formaba parte de nuestra organización política y después seguimos con el mismo cariño”, describe Ivlev Silva, diputado suplente por Caracas y secretario juvenil de Acción Democrática (AD).

Silva observa que el gobierno pretende “neutralizar a la generación que quiere un cambio, que se ve golpeada por la diáspora y la inseguridad”. Afirma que “los diputados jóvenes no vamos a salir corriendo” y cree que la ocasión es propicia para que los mayores entiendan la necesidad de “unirse en defensa del país, la Constitución y la Asamblea Nacional, no podemos seguir separados o divididos”.

La diputada Nora Bracho (UNT-Zulia) advierte que con el encarcelamiento de Requesens la revolución chavista “envía el mensaje” de que “pueden hacer lo que les dé la gana y arrecian”. “La gravedad del tema no es solo la violación de la inmunidad parlamentaria, sino que tratan de demostrar que todos los venezolanos estamos expuestos y que no hay Constitución que valga para el régimen”, subraya Bracho, de 46 años.

“Todo esto es muy duro, muy duro”, insiste el legislador Ángel Medina (PJ-Bolívar). “El caso de Juan (Requesens) es como ver el reflejo de uno mismo. Ver al amigo secuestrado y torturado nos mueve, nos hace pensar en nuestras familias y sin duda, nuestros amigos y familias se preocupan”, comenta el asambleísta de 39 años.

Medina considera que “todo esto pasa como una especie de mensaje macabro del poder hacia todo un país: si pueden tratar así a un diputado, qué queda para cualquier persona. Eso es lo que está de fondo, que no hagamos más nada, que nos asustemos, que todo el mundo se olvide de la política, pero como generación nos toca entender esto y seguir”.

A pesar del riesgo que enfrentan, el parlamentario está convencido de que “el peor camino que podemos tomar es aquel donde el miedo nos gobierne, por el contrario, por Juan (Requesens) y por los miles que todos los días viven este sistema, debemos luchar”.

@pppenaloza